Iberdrola amplía ante la Comisión Nacional de Energía sus alegaciones contra ACS
Un día antes de que el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía tratase en su sesión ordinaria las alegaciones que había realizado la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán respecto de los poderes otorgados a ACS hace poco más de un año, Iberdrola presentó un escrito en el que amplían las alegaciones iniciales que realizó ante el organismo que preside Maite Costa para solicitar la anulación de los permisos que había concedido este organismo en su particular interpretación de la legislación que rige a las empresas que participan con más de un 3% en dos operadores dominantes del sector eléctrico.
Las nuevas alegaciones que formula la compañía se centran en tres elementos. El primero, el hecho, una vez conocidas las cuentas de la constructora que preside Florentino Pérez de la consolidación de resultados de Unión Fenosa en el grupo ACS. El segundo, la comprobación de existencia de concertación entre EDF y ACS. Y, el tercero, los efectos que los rumores de OPA están teniendo en la operación que Iberdrola sigue para hacerse con Energy East, y que llevaron a la Comisión del Estdo de Nueva York a paralizar el expediente.
Endurecimiento de la estrategia jurídica
Fuentes jurídicas consultadas, señalan que ,con esta ampliación de las alegaciones formuladas ante la CNE y el recurso conocido ayer ante Bruselas contra Francia, se endurece la línea jurídica de defensa de Iberdrola frente a la operación que promueve el grupo energético francés EDF y el grupo de construcción y servicios ACS. Del mismo modo, la eléctrica da los primeros pasos en la ofensiva jurídica, que anticipó el propio Sánchez Galán en la comparecencia que tuvo lugar en la presentáción de resultados 2007, la semana pasada.
Según se pudo saber ayer, a partir del informe de los servicios de la Comisión al que han tenido acceso distintos medios de comunicación, la propuesta de los servicios de la Comisión a la luz del primer escrito y que los consejeros encargados de analizar la petición de Iberdrola de que se revoquen las autorizaciones concedidas a ACS en 2006 y 2007, propondrían al Consejo de Administración del organismo que se rechazasen la solicitud de la eléctrica. Ahora el Consejo tendrá que analizar los nuevos escritos presentados por Iberdrola.
El pasado 6 de febrero, Iberdrola envió sendos escritos al organismo en los que solicitó la anulación del permiso dado a ACS para tomar hasta el 24,9 por ciento (dentro de la función 14) y la limitación, de forma provisional y sin ninguna excepción, de sus derechos de voto al tres por ciento.
Según el orden del día, el Consejo votará sendos informes elaborados por el consejero Jose Sierra y el vicepresidente Fernando Martí, que actúan como ponentes de los expedientes. Ambas propuestas se inclinan por desestimar las solicitudes de Iberdrola.
Según la eléctrica, las conversaciones de ACS con el grupo público francés EDF sobre una eventual operación corporativa, reconocidas públicamente por ambos, contradicen los objetivos manifestados en su día por el grupo constructor e invalidan los permisos. Cuando ACS solicitó a la CNE las autorizaciones pertinentes para ser accionista dijo que el objetivo «estratégico» de la operación era constituir un «núcleo accionarial estable» y de carácter «nacional».
En noviembre de 2006, el regulador energético otorgó permiso a ACS para alcanzar el 24,9 por ciento de Iberdrola, pero se reservó la potestad de iniciar un nuevo procedimiento de autorización si la evolución de su participación le otorgara capacidad para ejercer «una influencia decisiva equivalente a control exclusivo o conjunto sobre la gestión».
El pasado lunes el grupo constructor calificó su participación en Iberdrola como una «palanca estratégica» con la que crear valor «a través de un proceso de consolidación» que le permitirá posicionarse como «accionista industrial de referencia» de una gran eléctrica europea, mientras que definía a Unión Fenosa como la «cabecera» de el futuro grupo.
ACS tiene una participación total en Iberdrola del 12,4 por ciento, 7,2 por ciento directo más otro 5,2 por ciento en derivados financieros, y controla el 45,3 por ciento de Unión Fenosa.
Las conversaciones entre ACS y EDF han producido una guerra abierta entre la constructora que preside Florentino Pérez y la eléctrica dirigida por Ignacio Sánchez Galán. La semana pasada el presidente de Iberdrola cargó contra ACS, a la que acusó de ser «su principal competidor» y amenazó con llevar a los tribunales si perjudica los intereses de la compañía.
ACS, a través del presidente de Unión Fenosa, Pedro López Jiménez, replicó que su incorporación al accionariado de Iberdrola respondió a una petición del propio Sánchez Galán, a quien recriminó que, tras lograr su propósito, intentara que la constructora no tuviera representación en el consejo.


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