«Habría que definir la titularidad de las redes de transporte de electricidad según su funcionalidad»

PREGUNTA. El Gobierno, antes de finalizar la legislatura, para reducir el déficit tarifario ha detraído por Real Decreto Ley el importe de los derechos de emisión, lo que ha causado un fuerte enfrentamiento con el sector eléctrico ¿Cómo valora esta medida?¿Cree que la asignación de los derechos de emisión de CO2 se ha efectuado siguiendo criterios que premien a las energías renovables y penalicen a las energías más contaminantes? ¿Considera que la detracción del coste de los derechos de emisión debe aplicarse a toda la industria, incluso a las instalaciones que no han recibido esos derechos?

Este es precisamente un ejemplo de regulación mal gestionada. No entro a cuestionar si tiene sentido que las eléctricas hubiesen percibido unos derechos por la emisión de CO2 de forma gratuita y que no sólo no trasladaron al precio del mercado mayorista, sino que se enfrentaron en varias ocasiones al Gobierno influyendo sobre el precio final (subiéndolo o bajándolo, según el caso). Lo que constituye una mala praxis regulatoria es insistir en los bandazos regulatorios de forma coyuntural como reacción a lo que se ha venido a interpretar como un “tour de force” entre el Sector Eléctrico y el Gobierno y que acaba de formalizarse con la denuncia de UNESA ante la Comisión Europea, precisamente por este tema. No parece beneficiar a nadie esta inseguridad regulatoria, ni siguiera a los consumidores que, vía déficit tarifario, acabarán pagando, aunque más tarde de lo que sería lógico, esta fiesta de despropósitos.

PREGUNTA. ¿Cómo valora la política exterior energética española y cuáles son los focos hacia dónde se debería dirigir? ¿Cómo valora la reestructuración del sector energético español y que en esta reestructuración participen compañías públicas europeas, procedentes de países donde el grado de liberalización ha sido menor que el español?

Hay que recordar que en los sucesivos Tratados de la Unión Europea, nunca se ha abordado el hecho de que coexistan empresas de mayoría pública controladas por los Estados Miembros correspondientes, con empresas totalmente privadas, procedentes la mayoría de las veces, de anteriores prestatarias de capital público. Aquellos Estados Miembros que más han retrasado su camino hacia la privatización se han encontrado mejor posicionadas para acceder al control de empresas ya privatizadas. La doble moral es evidente. Por un lado, la Comisión Europea, garante de los Tratados, ha denunciado ante el tribunal de Luxemburgo a aquellos Estados Miembros que se han opuesto al control de sus empresas energéticas por parte de otras empresas de la UE y, en cambio, ha silenciado el hecho del mantenimiento en la esfera pública de los campeones nacionales energéticos bien conocidos (y reconocidos como estrategas del éxito, por cierto).

PREGUNTA. ¿Cuáles son las novedades que incorpora la reforma de la Ley del Sector Eléctrico en materia de transporte de electricidad? ¿Cómo valora que se haya conformado el transporte en términos de monopolio? ¿Qué diferencias existen entre la definición funcional de la red a que se defina por tensión? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Debe Red Eléctrica gestionar red de 220 kV en las grandes ciudades?

Las actividades asociadas a las redes son monopolios naturales. Esto quiere decir que, si no existe otra consideración que lo impida, la mejor manera de gestionar estas actividades es a través de una empresa que posea su exclusividad. Los problemas aparecen cuando se mezcla esta simplificación con otros temas conexos: 1) división entre la actividad de transporte y la de distribución; 2) roles diferenciados entre el OS y el transportista; 3) usuarios del transporte con problemáticas distintas según sean generadores o distribuidores; 4) responsabilidades diferenciadas entre agentes frente al consumidor final; 5) retribución del transporte más incentivadora de la inversión que la de los distribuidores; 6) rol de garante ante las autoridades de la seguridad del abastecimiento como único interlocutor, frente al resto de agentes. Muchos de estos puntos resultan conflictivos en momentos determinados y aconsejan replantearse la conveniencia, sin paliativos, de otorgar la exclusividad a una sola empresa. Sin duda la exclusividad de la red a 400 kV está fuera de duda, pero quizás la separación de las líneas a 220 kV en función de su papel más de transporte o más de distribución podría ser una tercera vía.

No dudo de la calificación de transporte en el caso de la red de 400 kV, pero sería razonable repensarlo para la red de 220 kV, mejorando la definición funcional del transporte, frente a la definición técnica de las redes capilares de distribución, claves en la configuración de la calidad del servicio a los usuarios finales.

PREGUNTA. Como sabe Vd, en estos momentos a nivel europeo se está produciendo un debate muy intenso sobre la configuración del transporte y la operación del sistema, lo que se denomina ISO (Independent System Operator) frente a TSO (Transmission System Operator) ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de uno y otro modelo? ¿Cuál es el modelo español? ¿Qué consecuencias tiene esta configuración? ¿Cómo valora que se esté produciendo a nivel europeo una evolución clara hacia el ISO?

Lo que se está discutiendo en Europa es quién tiene el poder: la Comisión Europea, que tiene la capacidad de proponer nuevas Directivas y, en este sentido, la ha ejercido con el denominado Tercer Paquete de medidas regulatorias, o los Estados Miembros, con conflictos de intereses entre el avance hacia el Mercado Interior de la Energía o los propios intereses de sus empresas públicas. La alternativa entre ISO y TSO viene a cuento para afrontar el hecho de que en diversos Estados Miembros, el sector eléctrico sigue verticalmente integrado como antes de la primera Directiva, allá por el año 1998. Con la propuesta ISO, la CE pone en la encrucijada a los Estados Miembros renuentes de elegir entre la creación de un ISO independiente, dejando los activos de transporte en manos de sus actuales dueños, o crear un TSO con un verdadero OU (“ownership unbundling”), es decir separados de sus actuales propietarios. Frente a este compromiso, Francia y Alemania han presentado una tercera vía, la iniciativa EEU, que consiste en no hacer ninguna de estas dos cosas y dejarlo todo como está. El tema es completamente político y corresponderá a los Estados Miembros buscar el compromiso final. Para los EEMM que proponen la tercera vía EEU, parece que poseer los activos de transporte significa contar con un poder explícito en el funcionamiento del sistema eléctrico. Por otro lado, hay que valorar en este contexto los modelos regionales de interconexión en Europa que propone EURELECTRIC. En todo caso, lo que no parece admisible es el privilegio de las situaciones actuales de determinados operadores, integrados verticalmente en generación, transporte, distribución, y además, operadores del sistema eléctrico.

Los críticos del modelo ISO denuncian su desconocimiento del funcionamiento real del sistema, de las necesidades de inversión o de dónde actuar para solventar problemas o cuellos de botella en las redes. Su única ventaja podría radicar en su mayor neutralidad. Por otra parte, y desde el punto de vista de una configuración aséptica, con un funcionamiento separado, correcto y bien regulado, un TSO puede hacer también su papel. La clave es que además de hacer bien su papel, los usuarios del mismo estén satisfechos con su funcionamiento, cosa que, si nos referimos a la realidad en muchos casos no ocurre. Si yo fuera responsable de un operador de red, mi objetivo sería tratar muy bien a mis clientes, generadores y distribuidores, obviamente.

En este sentido, en el caso español, parece que lo que ha sido más publicado en los medios ha estado enfocado más bien a la búsqueda de responsabilidades que a plantear soluciones que aseguren el funcionamiento y la gestión correcta del sistema.

PREGUNTA. ¿Qué valoración puede hacer de lo ocurrido en el apagón del pasado verano en Barcelona?

En primer lugar, señalar que lo primero es sacar conclusiones para que situaciones así no se vuelvan a producir, pero eso no quiere decir volvernos locos. En Barcelona, había un mala comunicación, un mal diálogo entre los operadores, un mal mantenimiento de los activos, una serie de supuestos que eran irreales (que el suministro en estas subestaciones era firme), una situación precaria derivada de incendios e incidentes, la ausencia de un análisis de contingencias conjunto y una red precaria para superarlos. A eso se unió, un pasado reciente, el proceso de compra, muy precipitado de la red de 220 kV que hizo REE de la antigua red de FECSA ENDESA.

Tampoco, pienso, que derivado del incidente de Barcelona sea preciso modificar el marco legal y tomar medidas como las que prevé la ley catalana: que todos los usuarios puedan recibir suministro desde dos subestaciones: a eso se le llama doble suministro. Esto también plantea el problema de ¿y esto quién lo paga? ¿Por qué a las Comunidades Autónomas se les ha proporcionado competencias en materia de distribución pero ninguna en materia de financiación?

Lo importante, en este caso, es definir la titularidad de las redes según su funcionalidad (discrepo que la red de 220 kV en las ciudades tenga consideración de red de transporte), establecer las normas de lo que cada uno debe hacer y que cada palo aguante su vela. En esto, la misión del transportista, tendría que ir hacia lo que fue la definición del modelo británico que centró su responsabilidad en perfeccionar los mecanismos de gestión de pérdidas y de gestión de congestiones en la red.

PREGUNTA. ¿Cómo valora que debe configurarse el mix de generación energética español en el futuro para que sea sostenible económica y medioambientalmente? ¿Qué futuro ve a la energía nuclear? ¿al gas? ¿a las renovables?

Como he venido repitiendo en diversas ocasiones, la total dependencia energética de España no aconseja abandonar ninguna energía. Las renovables deberán seguir siendo desarrolladas y subsidiadas. El techo sin duda en el caso de la eólica, será la estabilidad de los sistemas eléctricos. El gas natural, utilizado en las nuevas y eficientes centrales CCGT (ciclo combinado), deberá seguir creciendo y la diversificación de los orígenes, mantenida. La energía hidráulica tiene menos recorrido, pero algunos proyectos de bombeo, asociados a la producción eólica, serían muy beneficiosos. La energía nuclear no debería abandonarse y tal vez pensar en iniciar un profundo debate sobre su uso y las ventajas e inconvenientes que implica. El carbón, en su utilización más limpia, también debería ser tenido en cuenta, sobre todo a tenor de las existencias mundiales. La investigación, en todas las tecnologías, debe ser el eje de cualquier estrategia de cobertura de la demanda, sin olvidar el consumo, por la vía de su reducción y búsqueda de una mayor eficiencia.

PREGUNTA. ¿Cuáles son las actividades de Mercados EMI en el ámbito español e internacional? ¿Cuáles son los planes de la compañía?

Ofrecemos servicios de consultoría muy especializados dentro del sector energético, enfocados a asesoramiento estratégico y soluciones de gestión a utilities, estudios tarifarios, evaluación de negocios para inversores, privatizaciones y fusiones, políticas energéticas, diseño de mercados competitivos y marcos regulatorios y fortalecimiento institucional. En estos temas hemos trabajado para grandes compañías europeas de gas y electricidad, principalmente en España e Italia, así como para la Comisión Europea y para empresas eléctricas en Europa Oriental y en los Balcanes. Fuera del mercado europeo, Mercados EMI lleva trabajando con organismos multilaterales (como el Banco Mundial, Banco Asiático de Desarrollo, Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, etc.) y gobiernos en países emergentes desde hace más de 10 años. En estos momentos, nuestros principales mercados se encuentran en Rusia, Turquía, Oriente Próximo, Sudeste Asiático y África Oriental.

En cuanto a nuestros planes estratégicos, llevamos creciendo en torno a un 30% anual y en los próximos dos años pretendemos doblar el número de consultores y el volumen de negocio hasta alcanzar los 10 millones de euros anuales. El plan estratégico contempla el fortalecimiento de nuestras actividades en las sedes actuales, así como la creación y puesta en marcha durante el primer semestre de 2008 de la filial de Mercados EMI en India para atender al mercado asiático.

Hasta el momento venimos actuando en más 60 países, en situaciones muy diferentes y con modelos de mercado muy distintos. Desde el punto de vista de la diversidad y gestión de nuestro equipo de consultores, somos una empresa global. En esta oficina de Madrid hay muchos perfiles profesionales diferentes: consultores, economistas, ingenieros, también algún abogado. A su vez, nuestros profesionales proceden de muy diversos orígenes: España, Francia, Italia, Reino Unido, EE.UU., Latinoamérica. Por último, contamos con capacidades en todos los sectores de la energía: gas, petróleo, electricidad y renovables.

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