Greenpeace rebautizan a Industria como el Ministerio «del Cementerio Nuclear»
A tal efecto, los miembros de la organización medioambiental se han colgado de la fachada del edificio de Industria y la han taladrado con letras nuevas y un escudo o emblema nuclear, con el firme propósito de mostrar a los ciudadanos «la orientación pronuclear y contraria a las energías renovables del Gobierno».
Unas veinte o treinta personas secundaron el acto con la reivindicación de «No al cementerio nuclear», según la pancarta situada sobre la puerta, para exigir al Gobierno y al presidente del ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que «deje de mentir» y «llenarse la boca con apoyo a las renovables» mientras sigue apostando por la energía nuclear, aseguró Carlos Bravo, portavoz de de la campaña nuclear de Greenpeace.
Al lugar acudieron seis coches de Policía Nacional y nueve agentes antidisturbios, además de los guardias civiles que habitualmente están en los organismos oficiales.
Según los ecologistas, «un policía con su porra» intentó evitar que siguieran «cambiando las letras» desde el interior del edificio y, posteriormente, trabajadores del propio Ministerio «sacaron una manta por la ventana» para tapar la nueva pancarta.
«La policía intenta cargarse las letras a porrazo limpio, aunque no parece que les esté resultando demasiado fácil», aseguraba la ONG desde su blog en Internet.
Bravo ha señalado que el objetivo de esta acción pacífica es que los ciudadanos conozcan «la verdadera cara del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en materia de energías», porque en su opinión, aunque el Gobierno y el jefe del Ejecutivo insisten «con la boca pequeña» en su apoyo a las energías renovables, la verdad es que el Gobierno ha llevado a cabo una política «de apoyo explícito a la energía nuclear y al resto de energías sucias», como el carbón.
Además, asegura que «ha emprendido una intensa campaña de acoso y derribo a las energías renovables, liderada por el ministro Miguel Sebastián».
En ese sentido, ha recordado que Rodríguez Zapatero prometió cerrar las centrales nucleares aunque «lo que está haciendo el gobierno es tratar de alargar la vida» de éstas, puesto que algunas están a punto de finalizar su permiso de explotación y están dispuestos a renovar sus licencias. «El gobierno está equivocándose absolutamente en su política energética y además está vulnerando de forma clarísima sus compromisos electorales y programáticos», ha denunciado.
Asimismo, ha subrayado que para favorecer a la Industria nuclear, el Gobierno pretende construir con dinero público un «costosísimo cementerio nuclear» centralizado para residuos de alta actividad que, a su juicio «no es necesario, no es urgente y que ha provocado un amplísimo rechazo social territorial y político en todas partes». Además, «varias centrales aún tienen capacidad de almacenamiento en sus piscinas, y las otras cuentan con almacenes temporales individualizados (ATI)».
Por este motivo Bravo ha demandado al gobierno socialista un «cambio radical» en su política energética y «el cumplimiento de su compromiso de abandonar la energía nuclear». Para ello, le recomienda que paralice el proceso de construcción del almacén temporal centralizado de residuos nucleares de alta actividad, que «no cuenta con el apoyo social territorial ni político que el mismo gobierno dijo que tenía que tener».
No obstante, la ONG quiere que la política energética se oriente hacia las renovables porque la nuclear es «cara, sucia y peligrosa y constituye el mayor obstáculo para el despegue de las renovables, que sí son limpias y generadoras de empleo».
Greenpeace demanda una puesta en marcha urgente de un calendario de cierre de las centrales nucleares para poder implementar a gran escala las energías renovables en el sistema eléctrico y para reducir la producción de residuos radiactivos.


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