Greenpeace pide a Iberdrola que cierre sus plantas «sucias» y apoye el autoconsumo y las renovables
Durante la presentación de, «Iberogreen«, «la empresa que no puede ser por culpa» de las actuales condiciones del mercado eléctrico, que según Greenpeace se deben, principalmente a Iberdrola, el director ejecutivo de la ONG, Mario Rodríguez, explicó que en la actualidad «ya es posible una empresa energética en un sistema eficiente, inteligente y 100 por 100 renovable», pero denunció que es imposible porque Iberdrola lo impide.
«Hemos cruzado la línea roja del cambio climático, de la inseguridad nuclear, de la crisis económica y del paro, y necesitamos las energías renovables como solución. Por eso, Iberdrola tiene que abandonar, de inmediato, su campaña de acoso a las renovables y dejar de presionar al Gobierno para someter la política energética a sus intereses«, manifestó.
Así, el responsable de energía de Greenpeace, José Luis García, presentó el informe «Iberdrola, empresa enemiga de las renovables» en el que la ONG afirmó que desde 2005 a 2012 el principal negocio de Iberdrola es el gas, el uranio, el carbón y no las renovables «como quiere hacer ver», y añadió que la electricidad producida con renovables supuso el 14,99%.
Además, acusó a la empresa de haber liderado la burbuja del gas y de desprestigiar las renovables y utilizar todo su poder para lograr una legislación favorable a sus intereses. Para la organización, el más claro ejemplo de esto es el «trato de favor recibido» por la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para que pueda permanecer un año más abierta, aunque sin generar electricidad.
Para García, con «sus ataques» a las renovables, Iberdrola trata de impedir la competencia de las múltiples empresas que han invertido en estas tecnologías, en las que «no puede mantener la posición de dominio a que ha estado acostumbrada con las energías sucias».
Asimismo, el representante del área de contaminación de Greenpeace, Julio Barea acusó a los distintos gobiernos de doblegarse ante las pretensiones de Iberdrola.
Por ello, subrayó que la ONG pidió a Iberdrola que abandone su campaña de ataque a las energías renovables; que deje de presionar al Gobierno y de pretender que la política energética esté sometida a los intereses de la compañía y que apoye una regulación del autoconsumo de energía limpia, que facilite que todos los ciudadanos puedan ejercer en condiciones favorables su derecho a producir y consumir su propia energía.
Igualmente, añadió que reclaman a la eléctrica que reconozca que España debe ir hacia un sistema eléctrico 100 por 100 renovable y que adopte un nuevo plan estratégico en el que sus inversiones se alinen con es nuevo modelo. Al mismo tiempo, la ONG instó a Iberdrola a establecer un calendario de cierre de las energías sucias, como la nuclear o la térmica de carbón y que abandone sus inversiones en estas tecnologías dentro y fuera de España.
Finalmente, instaron al Ejecutivo a que ponga fin a la moratoria de las energías renovable, a que modifique la ley de incompatibilidades y que elabore una planificación energética a largo plazo y que esté alineada con la hoja de ruta de Europa en materia de energía y clima. Por último, aspiraron a que elabore una ley de reforma del sector eléctrico que introduzca las reformas necesarias para que España se dote de un sistema 100 por 100 renovable y que regule el derecho al autoconsumo.
La parada de cuatro plantas demuestra que la nuclear es sustituible
Por su parte, Ecologistas en Acción aseguró que el hecho de que cuatro centrales estén paradas actualmente es una muestra de que, a pesar de los argumentos de la industria nuclear, esa energía resulta sustituible.
Según Ecologistas, las centrales nucleares de Almaraz II (Cáceres), Ascó II (Tarragona) y Trillo (Guadalajara) se encuentran paradas en estos momentos, las dos primeras por avería y la tercera por recarga.
«Si se le suma la falta de actividad de Garoña, se concluye que cerca de la mitad del parque nuclear español está fuera de juego», añadió la organización.
Señaló que no es la primera vez que se da esta coincidencia, ya que el año pasado, «sin ir más lejos», hubo tres centrales paradas en dos ocasiones e incluso cuatro durante varios días de junio.
En su opinión, este hecho demuestra que la energía nuclear está lejos de ser garante de la potencia eléctrica, especialmente cuando las centrales van cumpliendo años y sus sistemas van envejeciendo y se producen cada vez más paradas no programadas.
Además, subrayó, lo ocurrido muestra que las nucleares son perfectamente prescindibles, ya que en la práctica hay que disponer de centrales alternativas que deben sustituirlas cuando, como es el caso, la potencia nuclear se reduce.
«La acumulación de sucesos notificables, creciente con los años, demuestra la vulnerabilidad de las centrales nucleares y la irresponsabilidad de los que aún pretenden mantener funcionando la nuclear de Garoña, la más antigua, con más de 42 años y afectada de múltiples deficiencias», remarcó Ecologistas en Acción.


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