Greenpeace denuncia presiones de las nucleares a Japón para evitar ser sancionadas ante una tragedia

Los escritos reflejan que en los años 60 el Gobierno nipón se planteó castigar a las empresas responsables de un accidente de este tipo, pero el Ejecutivo al final dio marcha atrás y decidió mantener las sanciones sólo si un hipotético fallo nuclear era ocasionado intencionadamente.

«Esta información muestra que la industria nuclear no ha confiado en la seguridad de sus reactores desde el principio del desarrollo de energía nuclear en Japón«, según Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.

Afirmó que la Comisión recomendó eximir a las empresas y hacer que exclusivamente los operadores de las centrales nucleares y el Gobierno fueran los responsables de asumir el coste de un desastre, evitando el temor de las empresas proveedoras ante las consecuencias financieras a las que tendrían que hacer frente en caso de accidente.

A lo largo de 2013, Greenpeace hizo una campaña, con el apoyo de más de 100.000 personas de todo el mundo, para que las empresas que suministran reactores nucleares y sus componentes sean responsables de sus fallos, porque consideró que esto les obligaría a ser más exigentes con sus productos y ayudaría en la indemnización a las víctimas.

«En Japón, los más de 150.000 desplazados, víctimas de la catástrofe nuclear de Fukushima, todavía son tratados injustamente y no tienen una compensación adecuada», según denuncia la organización.

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