Gil Ortega confía en tener un almacén geológico para residuos nucleares antes de 60 años

«Harán falta al menos 40 ó 45 años para tener las cosas claras y definidas», recalcó Gil Ortega. El problema de este tipo de materiales es que su radiactividad no decae en miles e incluso cientos de miles de años, y requieren una vigilancia activa. Pero lo cierto es que, después de diez años, el nuevo plan de I+D de Enresa (2014-2018) retoma la planificación de esta instalación, donde se trasladará todo el combustible gastado de las plantas nucleares y otros elementos, procedentes del almacén Temporal Centralizado (ATC) que se ubicará en el término municipal de Villar de Cañas (Cuenca).

Gil Ortega considera utópico que pueda salir adelante la idea de un almacén geológico europeo, entre otras razones porque sigue vigente el lema de «quien crea los residuos se los queda» y porque «socialmente» es muy complicado que se acepte. Actualmente no hay ningún país interesado en asumir «el residuo del resto, aunque no hay duda de que esa nación obtendría unos ingresos enormes», añade el que fuera vicepresidente de las Cortes de Castilla-La Mancha y alcalde de Ciudad Real.

Entre 1986 y 1996, Enresa desarrolló el denominado Plan de Búsqueda de Emplazamientos, que analizó de forma sistemática todo el territorio nacional con vistas a las construcción de un repositorio para el combustible gastado de las nucleares y los residuos de alta actividad, sobre todo procedentes del futuro desmantelamiento de los ocho reactores del país. Resultado de ello fue la identificación de veinte zonas potencialmente aptas para acoger esta instalación.

Según el nuevo Plan de Investigación y Desarrollo de Enresa, entre 2028 y 2035 tendría lugar el análisis definitivo de los emplazamientos candidatos al almacén geológico, después vendría la selección y verificación de la idoneidad del lugar (2036-2050) y, por último, su diseño y construcción (2051-2063).Gil Ortega admite la complejidad técnica y administrativa de esta instalación y subraya también que el conflicto político suscitado en torno al ATC ha sido más duro que el rechazo social al proyecto y asegura que se está logrando quitar la razón a los críticos.

Al ATC irá todo el combustible nuclear gastado y los residuos de media y alta actividad de las centrales españolas durante, al menos, 60 años. Gil Ortega indicó que el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «no se atrevió» a tomar una decisión sobre su ubicación y ahora se está logrando «quitar la razón a aquellos que ponían recursos en el Tribunal Supremo, aquellos que decían que el suelo no era el adecuado.» Diseñado para cien años, el ATC podrá acoger más volumen del proyectado en el caso de que se alargue la vida útil de las nucleares, tal y como reclama la patronal.

Sobre el actual mix energético español, Gil Ortega opina que es «muy dependiente» de las energías renovables, lo que resulta «positivo desde el punto de vista del medio ambiente, pero negativo porque son mucho más caras que, por ejemplo, la nuclear«, que genera un 20% del consumo eléctrico nacional y a la que defiende pese al problema que suponen sus desechos. Además afirma no entender la preocupación de Canarias por los sondeos petrolíferos de Repsol: «a 50 kilómetros no hay problema, si estuviera a 5 ó 10 quizá. Muchas veces la sociedad se inquieta porque los políticos causan la inquietud«.

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