Galán se apunta a lo más «cool»: mejor amistoso que hostil

Hace un par de meses lo adelantábamos, lo más «cool» del momento era la oferta de Iberdrola a Scottish Power (SPW). Entonces se dijo que su éxito estaba basado, entre otras razones, en su carácter amistoso y nada hostil. Acercándonos al momento actual, esta misma semana apuntábamos que el giro informativo estaba aún por completar, y que poco a poco la atención comenzaba a centrarse en la électrica vasca. Iberdrola aún no brilla con luz propia, aunque por méritos debería hacerlo.

Este miércoles, el mismo Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, era el que en referencia a la opa de Endesa -que sin duda está restando protagonismo a los movimientos de Iberdrola- advirtió que “raramente” una operación corporativa “no consensuada” termina con éxito. Para Galán, las compras deben hacerse de forma «amistosa» y con el acuerdo de los accionistas, la dirección de la empresa y los reguladores. “Hemos aprendido muchas lecciones sobre Endesa”, recalcó. Además dijo «Las operaciones no amistosas se van al garete. El que termina nunca es el que empieza».

Sentando cátedra sobre el panorama actual de operaciones corporativas, el salmantino vino a decir -con otras palabras- lo que ya muchos intuíamos, que lanzar opas hostiles no es lo más «cool» del momento, siendo lo más sensato realizar planteamientos amistosos que si son «in».

Relación con ACS

Como muestra de este carácter amistoso, el propio Galán se refirió a su relación con su máximo accionista, Actividades de Construcción y Servicios (ACS), indicando que no está en contra de ACS, y que a pesar del recurso que Iberdrola presentó ante el Ministerio de Industria contra la resolución de la CNE -que autorizó a la constructora a ejercer sus derechos políticos por encima del 3%- esta medida se tomó, según explica Sánchez Galán, “en interés de la legalidad y de los consumidores”, y para evitar una eventual concertación.

Operaciones hostiles, abocadas al fracaso

La de Iberdrola y SPW, visto como está el patio, es una operación que habría firmado hasta la propia Eon, que en su día estuvo detrás de la escocesa. Con la liquidez y la falta de oportunidades existentes en el mercado, pensar en hacer una opa hostil, con el agravante de tratarse, en el caso del energético, de sectores fuertemente regulados, se convierte en un imposible. Por ello este tipo de operaciones acaban abocadas al fracaso, al menos para los posibles compradores.

Iberdrola entra en el «top five»

La fusión de ambas compañías, Iberdrola y SPW, creará un líder europeo y también internacional que, según el consenso de analistas acabará generando valor en el largo plazo, aunque no así en el corto. En todo caso, Iberdrola, para animar la contratación, aprobó ayer mismo un «split» de acciones en una proporción de 1 a 4, que reducirá el valor nominal de cada título de 3 euros a 0,75 euros y de paso incrementará el número de iberdrolas en circulación, lo que dará mayor liquidez al valor.

Iberdrola quedará tras su fusión con SPW encuadrada en el «top five» de las empresas eléctricas europeas por enterprise value con un volumen similar a los de Endesa o Enel y ya sólo por debajo de campeones nacionales como Electricité de France o la mismísima Eon.

Para poder llegar hasta aquí, Galán ha debido sortear muchos obstáculos. Para ello las amistades, y el tono amistoso, han sido fundamentales. Como muestra un botón. Las buenas relaciones con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, le allanaron el terreno ante los nacionalistas escoceses cuando estos se planteaban denunciar la compra ante la Comisión Europea por posible ayuda de Estado.

Por tanto y concluyendo, lo hostil ya no es «in», vayámonos hacia lo amistoso, es decir lo más «cool».

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