Foro Nuclear afirma que «no se debe cuestionar nada en España» tras el desastre nipón
En rueda de prensa, María Teresa Domínguez señaló que, a pesar de la magnitud de este terremoto, la integridad de todos los edificios de las centrales japonesas se ha mantenido intacta».
Dijo por ello que, «si alguien se aprovecha de todo esto» para cuestionar el papel de la energía nuclear «estará haciendo un mal servicio a la sociedad». Más aún cuando, a raíz de esta tragedia, se va a «hacer una revisión en su conjunto» de la operación y el funcionamiento de estas plantas, para avanzar y mejorar. «No se van a escatimar esfuerzos si hay algo que hacer».
«Habrá que tomar decisiones, tras hacer una revisión completa de cómo ha quedado la central. Se optará por repararla o desmantelarla, si las inversiones que requiere son demasiado cuantiosas«, explicó. Alguno de los puntos que podría revisarse, añadió la presidenta del Foro Nuclear, podrían ser requisitos adicionales que habrían de reunirse en la selección de un emplazamiento.
Con todo, dejó claro que «no hay ninguna medida ni fallo que podamos decir que se deba a que esta central tuviera bastantes años de operación o alguna carencia». Defendió, en este sentido, la «fortaleza de diseño» de los reactores nucleares, cuyos estándares de seguridad son comunes y, por lo tanto, los mismos que los de las plantas españolas.
«No creo que se deba cuestionar nada en España. En ningún momento se ha detectado que una situación así no se hubiera podido hacer confortablemente con los protocolos que hay en España», añadió. Más aún cuando, según esta organización, las probabilidades de que algo similar se produzca en España son «extremadamente remotas». Los reactores nucleares españoles, agregó, «están diseñados para soportar un terremoto igual al máximo registrado de forma histórica o al máximo terremoto previsto».
En este sentido, María Teresa Domínguez consideró que, si en España se abre un debate objetivo «habrá inversores dispuestos y se harán las inversiones precisas para continuar con los permisos de explotación y hacer nuevas construcciones. Depende de cómo encaucemos ese debate», dijo.
Domínguez subrayó que el accidente en la central «no ha tenido ningún impacto para las salud», debido al bajo nivel de las radiaciones que han salido al exterior.
El calor que, de hecho, desprende el reactor es 2.000 veces inferior al que tendría la central en operación; el tiempo, además, «juega a nuestro favor». «Lo que ha salido al exterior son los materiales que están disueltos en el circuito primario», que ha de purgarse según el protocolo de seguridad, para que no se desborde la presión. De este modo, las emisiones están «muy por debajo de los límites permisibles. Además, con la población evaluada, el impacto es nulo», dijo.
Destacó, además, que el accidente registrado en este terremoto está en la categoría más baja de la escala internacional oficial, INES. Teniendo en cuenta la gravedad del seísmo, esto «demuestra la fortaleza de las plantas», dijo.
Japón ha cumplido con los protocolos de seguridad al evacuar a la población de modo ordenado y por radios de influencia y proximidad. No obstante, Domínguez no dudó en afirmar que «yo me hubiera quedado», en alusión a los japoneses que han abandonado de modo masivo las zonas próximas al reactor.
Por otro lado, se ha mantenido el nivel de refrigeración del núcleo de la central. De este modo, «las actuaciones más efectivas para la protección del público ya se han tomado». Las autoridades también han distribuido pastillas de yoduro potásico para proteger específicamente a la exposición que pueda producirse en el caso de fugas.
La presidenta del Foro también aclaró que la explosión registrada en la planta japonesa en la noche del domingo al lunes «no ha sido en el reactor, sino de hidrógeno, con lo que no tiene nada de radioactividad», dijo.
En cuanto a la posibilidad de que un seísmo como el de Japón hubiera afectado a un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos, la presidenta del Foro Nuclear dejó claro que el impacto sería nulo, porque un ATC «es como una central apagada; sólo tiene calor residual».
Para Domínguez «es prematuro extraer conclusiones de la tragedia ocurrida con el terremoto y el tsunami de Japón hasta que no se disponga de una información completa y bien estructurada». «Es importante que no se extrapolen los datos de los terremotos y de los tsunamis de un país a otro, cuando se evalúan estos riesgos naturales», puntualizó.
El parque nuclear español está preparado para soportar un terremoto de intensidad similar al de Japón
El parque nuclear español al completo «resistiría perfectamente» un seísmo equivalente al acaecido en Japón, según el catedrático emérito experto en seguridad nuclear y ex consejero del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Agustín Alonso.
Alonso advirtió, en todo caso, que un fenómeno de estas características es poco probable, porque España, salvo el sur, es «poco sísmico», de modo que el calibre de terremotos que cabe esperar «no es el de Japón», que es el «más sísmico del mundo».
En todo caso, precisó que las centrales nucleares de Cofrentes (Valencia), Vandellós, Ascó (Tarragona) y Almaraz son las plantas atómicas españolas mejor preparadas para resistir un terremoto equivalente en España al que se produjo en Japón.
De este modo, aseguró que los españoles están «protegidos contra los terremotos», porque este factor está «en la base del diseño» de las centrales nucleares, al tiempo que añadió que esas condiciones están «muy por encima de los seísmos que son posibles en España», por lo que el parque atómico español tiene «un coeficiente de seguridad muy alto».
«El diseño de la central se tiene que ajustar a las características sísmicas donde se emplaza el reactor y se diseña teniendo en cuenta los terremotos máximos acaecidos o previsibles en la zona donde se instala», precisó, al tiempo que recordó que esos estudios no son exclusivos para los reactores, sino a la hora de construir fábricas, puentes, edificios, entre otras instalaciones.
«Cofrentes es el que tienen un valor sísmico de diseño más alto que las demás centrales», destacó Alonso, que citó también que en el diseño de Vandellós y Ascó también se elaboró un estudio «muy exhaustivo» sobre el terremoto máximo posible o esperable.
En cuanto a Almaraz (Cáceres), dijo que debido a que está próxima a Portugal, cuya actividad sísmica es superior a la de España, también se incluyeron consideraciones específicas. A este respecto, afirmó que si se construyera una central nuclear en la meseta norte de España, requeriría de un diseño antiterremotos menos exigente, aunque recordó que siempre hay «un cierto riesgo» en todas las zonas.
De forma general, el catedrático emérito añadió que el diseño de las plantas se establece en base a dos niveles de terremotos: uno, en el que el seísmo permite el funcionamiento normal de la central y, en segundo lugar, en el que se produce la parada segura del reactor, de forma que si ocurre un terremoto, la central se para automáticamente.
Si ocurriese un movimiento telúrico que pudiera afectar a una central española, concretó que el reactor se detendría y entraría en el estado de «condición segura» con el objetivo de que no se escape radiactividad, y que el reactor pueda seguir siendo refrigerado de forma normal. «Si tiene lugar un escape de producto radiactivo, aunque esto es muy improbable, se pondría en marcha el plan de emergencia establecido», añadió.
En caso de escape radiactivo, Alonso explicó que entonces se podría en marcha el plan de emergencia, algo que es común a Japón y a España, donde los planes de emergencia comienzan con una alerta a las autoridades y responsables de la emergencia, sigue con el aviso a la población y, «en caso de que vaya a mayores», comenzaría la evacuación de las personas, con las medidas ya previstas. «La población, en todo momento está protegida para cualquier eventualidad que pudiera afectar a su salud», insistió.
Por otro lado, ha dicho que los «antinucleares» no pueden decir nada en contra en este caso, porque como en Japón, ante un terremoto, todas las centrales nucleares se detienen automáticamente. «Se puede concluir que las centrales están bien diseñadas, bien operadas y protegidas contra los terremotos más grandes que se pueden imaginar. Eso sucede tanto en Japón, como en España como en el resto del mundo», apostilló Alonso que indicó que también hay otros fenómenos naturales como tornados en Estados Unidos o nevadas en Rusia, que se tienen en cuenta en el diseño.
Los geólogos aseguran que las centrales nucleares de España están fuera de riesgo sísmico
Por su parte, el presidente del Colegio Oficial de Geólogos, Luis Suárez, afirmó que «las nueve centrales nucleares que hay en España no están situadas en las zonas de riesgo sísmico peninsular».
«No se ha producido ningún terremoto de magnitud 6 o mayor en las áreas en las que están ubicadas. España se localiza en una zona de actividad sísmica moderada«, añadió.
Aún así, el presidente de los geólogos, ante la posibilidad de prolongar la vida útil de las centrales nucleares, aboga por «actualizar y renovar» los estudios geológicos, sísmicos y de posibles fallas activas, ya que «actualmente contamos con tecnologías más precisas para evaluar la peligrosidad sísmica de una zona determinada».
En relación al debate nuclear, Suárez considera que no se puede ser «oportunista, ni tomar decisiones apresuradas» en torno al cierre de centrales nucleares.
Suárez manifestó que la central japonesa de Fukushima está en una ubicación «inadecuada», ya que se encuentra en un lugar muy próximo a la zona de subducción entre las placas Norteamericana y la placa Pacífica. «Además por su cercanía a la costa oeste de Japón, tampoco tiene una ubicación adecuada, desde el punto de visto de riesgo de tsunami, como desgraciadamente la realidad ha demostrado».
En todo caso, agregó Suárez que «cuando se construyó la central en los años 70 todavía no se había formulado la teoría de Wegener sobre tectónica de placas y no se tenían los conocimientos geológicos y de riesgo sísmico de los que disponemos ahora».
AMAC insiste en la tranquilidad» de las plantas atómicas
Asimismo, la Asociación de Municipios en Áreas con Centrales Nucleares españolas (AMAC) trasladó a la población de sus áreas y al resto de España un mensaje de «normalidad y tranquilidad» en lo que se refiere al funcionamiento «seguro» del parque nuclear peninsular, tras la situación de emergencia que vive Japón.
La asociaciñón expresó su «preocupación» ante la «grave crisis» nuclear que afronta el país nipón, al tiempo que ha querido mostrar su «solidaridad» con todos los afectados. Además, señaló que ha pedido al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una reunión para conocer con detalle la situación que vive Japón ante esta circunstancia, con el objetivo de que, una vez que la situación se estabilice, conocer en detalle todo lo ocurrido, analizar sus causas y extraer conclusiones.
Desde AMAC desean que «no se cumplan las peores previsiones» y que se recupere el control de todas las centrales atómicas «lo antes posible».



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