Fernández-Cuesta está convencido de que ninguna sanción que imponga la CNMC al sector de los hidrocarburos se ratificará al final en los tribunales

El que hasta hace unas semanas fuera director general de Comercial, Química y Gas&Power de Repsol, además de miembro del Comité de Dirección de la compañía, recordó que ninguno de los expedientes sancionadores abiertos por el «superregulador» menciona esos comportamientos.

De hecho, aseguró que «no es correcto, aunque se diga», que los precios de los carburantes son más altos los lunes o que las subidas del precio del petróleo se trasladan al consumidor final de combustible como un cohete pero las bajadas se comportan como una pluma, y achacó esas afirmaciones a unas estadísticas que puso en duda.

«Habría que ver cómo están hechas las estadísticas (de los precios). Me consta que los precios de venta en otros países están muy por encima de lo que se informa a Bruselas, y luego hay que ver si se informa de todos los precios o si las estadísticas españolas no están infladas al alza. Hay que ver quiénes informan y si se informa de todos los precios«, explicó Fernández-Cuesta, ahora asesor económico de UPyD.

Por eso, consideró que «ninguna de las sanciones de la CNMC» contra las empresas mayoristas del sector será «firme en los tribunales», aunque los fallos judiciales no se conocerán hasta «dentro de años».

A finales de febrero, la CNMC impuso sanciones por 32,4 millones de euros a las petroleras Repsol, Cepsa, Disa, Galp y Meroil por prácticas prohibidas en materia de coordinación de precios, intercambio de información y pactos de no agresión.

Al margen de ese expediente, el «superregulador» también tramitó otra multa por posibles conductas anticompetitivas por pactar precios, imponiendo una sanción de 2,5 millones de euros a Cepsa y 800.000 euros a BP. El expediente contra Repsol está paralizado por un recurso de la compañía ante la Audiencia Nacional.

Repsol propondrá reelegir a Brufau y ratificar a Jon Imaz

Por su parte, el consejo de administración de Repsol convocará previsiblemente en su reunión de este miércoles la junta general anual de accionistas, que se celebrará el 30 de abril y en la que propondrá la reelección del presidente de la compañía, Antonio Brufau, por otros cuatro años.

En el orden del día de la asamblea también figurarán previsiblemente la ratificación como vocal del consejero delegado, Josu Jon Imaz, y del experto estadounidense en energía J.Robinson West, quien entró en el órgano rector de la compañía a finales de enero.

La reelección de Brufau y la ratificación de Jon Imaz consolidan el modelo de gestión diseñado hace cerca de un año por la compañía, en el que el presidente descargó sus funciones ejecutivas en la recién creada figura del consejero delegado.

Este traspaso de competencias se produjo en un momento de transición para la compañía, que acababa de cerrar dos años después un acuerdo con Argentina de indemnización por la expropiación de YPF y que iniciaba el reto de reconfigurar su perímetro de negocio.

Como parte de este cambio de rumbo, Repsol acordó a finales del año pasado la compra de la petrolera canadiense Talisman Energy por cerca de 10.400 millones de euros, en una operación que le permitirá reforzarse en la región OCDE sin perder la estabilidad financiera.

Tras los cambios del año pasado, Brufau sigue siendo responsable de la Fundación Repsol, de la dirección de Comunicación y Presidencia, de la dirección financiera y de la actividad jurídica, liderada por el secretario del consejo de administración, Luis Suárez de Lezo.

Por su parte, Jon Imaz asumió la gestión de las grandes direcciones generales del negocio, que son las de estrategia, control y recursos, personas y organización, asuntos legales, exploración y producción, industrial y trading, y, en último lugar, comercial, química, gas y electricidad.

Otro de los puntos que se abordarán en la asamblea anual de accionistas será el dividendo anual, que rondará el importe de un euro por acción y cuyo reparto, como en otras ocasiones, se articulará a través del sistema de «scrip dividend».

En cuanto al accionariado de la compañía, Repsol abordará su próxima junta con una estabilidad de la que no había disfrutado hace años, una vez que Pemex decidió salir del capital y Sacyr encontró un encaje dentro de la compañía.

Caixabank, con un 11,6%, es el principal accionista de la petrolera, por delante de Sacyr, que tiene un 8,8%, y de Temasek, que cuenta con un 6%. Cerca del 73% del capital corresponde al «free float» en Bolsa.

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