Europa vive arrastrada hacia una «dulce decadencia»
El ex presidente del Gobierno Felipe González ha dicho que el modelo de desarrollo que hizo de Europa una potencia a mitad del siglo XX hoy la arrastra hacia una «dulce decadencia» que sólo podrá parar con la incorporación de las nuevas tecnologías en el sistema productivo.
González ha intervenido en el congreso «La respuesta tecnológica al desarrollo sostenible» y ha dicho que Europa debe pactar un nuevo modelo de crecimiento basado en términos que fomenten la competitividad relacionándola con la productividad y «no con jornadas de 65 horas» y comprender que la ingeniería del siglo XXI es la de las nuevas tecnologías y el software.
Según Felipe González, la falta de la competitividad de la economía europea no reside en su sistema educativo, que, a su juicio tiene mayor calidad que el estadounidense, sino en que los jóvenes «no saben qué hacer con sus conocimientos cuando salen de la universidad», porque el actual modelo productivo «ya no puede sostener el modelo de cohesión social».
Los intereses políticos, empresariales y sindicales no permiten la movilidad ascendente y descendente de las empresas, según González. «Las 30 principales empresas americanas de 1980, hoy ya no lo son, mientras que en la UE, el 95 por ciento de las que lo fueron, lo siguen siendo», ha dicho.
Otra causa principal de la «decadencia» europea que González ha identificado es la ausencia de una «revolución» en materia de energías, en su opinión imprescindible para conseguir los objetivos de ahorro, eficiencia y renovables planteados por la UE en el horizonte de 2020.
En este sentido, González ha admitido que, aunque se han hecho algunos avances, «no tenemos una estrategia de verdad respecto a las renovables» y que en Europa hay una fortísima dependencia de los combustibles fósiles y, en especial, del gas procedente del Este de Europa. «Tenemos una gran dependencia de Putin y de sus hijos en el gas», ha dicho el ex presidente.
El presidente del Consejo Asesor de la Unión Europea propuso la creación de un fondo que compense el incremento de los precios del petróleo que conllevan un empobrecimiento productivo. Esta situación, según González, puede ser atenuada con la creación de fondo, donde se destinarán estos sobreingresos, a partir de cien dólares el barril, y a los que las empresas optarán a través de la presentación del IVA.
Además, añadió que este fondo no contendría una práctica “subvencionista” y terminaría en el momento en que descendiera el precio del barril. Así, aclaró que esta práctica “no puede llevarlo a cabo un sólo país, sino que debe ser puesto en marcha por el conjunto de la UE”. González explicó que, por encima de la tensión normal de la oferta y la demanda, existe una “sobretensión de precios que sí se puede controlar”.
En cuanto a la política energética de la Unión Europea, González advirtió de que los compromisos establecidos en el horizonte 2020 “no se pueden cumplir sin una revolución tecnológica, que no se está por la labor de realizar”.
Al hilo de esto, subrayó que las redes de transporte eléctrico están “obsoletas” tanto en captación como en transporte y mencionó que se pierde un 12 por ciento de la energía tan sólo en su transporte, algo que “no es tolerable con las tecnologías existentes”.
González, que también criticó la falta de conexiones gasistas, se replanteó la instalación de centrales nucleares, aunque a pesar de ello “habrá una crisis energética muy seria”. Así, añadió que la tecnología ha avanzado “seriamente” en seguridad y se ha completado la investigación de eliminación de residuos.
González ha asegurado además que el mundo va a vivir una crisis de oferta de energía, por lo que considera necesario replantearse la energía nuclear.
«Yo hice la moratoria, puede que me equivocara, pero ahora digo con toda responsabilidad que hay que replantearse seriamente la energía nuclear», ha dicho, y ha advertido que si se es antinuclear hay que ser «coherente» y no comprar energía nuclear al vecino «a cien kilómetros de la frontera».
“Tenemos que hacer un esfuerzo para que todos los planteamientos no queden en melancolía, ya que se está yendo hacia un punto donde pronto no habrá retorno”, concluyó el ex presidente del Gobierno.




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