España redujo en un 1,4% sus emisiones de CO2 el año pasado, por debajo de la media de la UE
En 2012, los Estados miembros con los mayores niveles de emisiones de CO2 en términos absolutos fueron Alemania (728 millones de toneladas), seguida de Reino Unido (472 millones de toneladas), Italia (366 millones de toneladas), Francia (332 millones de toneladas), Polonia (297 millones de toneladas) y España (258 millones de toneladas). Estos seis Estados miembros representan conjuntamente más del 70% de las emisiones de la Unión Europea.
Respecto a 2011, las emisiones de CO2 disminuyeron en casi todos los Estados miembros, excepto Malta (+6,3%), Reino Unido (+3,9%), Lituania (+1,7%) y Alemania (+0,9%).
Las mayores caídas se registraron en Bélgica y Finlandia (ambos -11,8%), Suecia (-10,1%), Dinamarca (-9,4%), Chipre (-8,5%), Bulgaria (-6,9%), Eslovaquia (-6,5%), República Checa (-5,2%), Italia y Polonia (-5,1%).
Las emisiones del CO2 contribuyen al calentamiento global y representan alrededor del 80% del conjunto de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Su volumen depende de factores como las condiciones climatológicas, el crecimiento económico, la población, los transportes y las actividades industriales.
Daños para la industria del automóvil si la UE pone nuevas restricciones de CO2,
Por su parte, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, pidió que la Unión Europea «no siga reforzando» los límites de emisiones de CO2 de los automóviles, porque puede perjudicar al sector europeo, que ya cumple con restricciones «más estrictas» que las de sus competidores internacionales.
«Pedimos que las exigencias a industrias importantes para Europa y España como la del automóvil no sean más estrictas que aquellas que tienen nuestros competidores», declaró Soria a la prensa en Bruselas, en donde asistió a un Consejo de ministros de Industria y Competitividad de la Unión Europea.
Soria matizó que los límites de emisiones contaminantes para el sector «ya son» más exigentes que las que existen fuera de la Unión Europea y apostó por «no seguir reforzando estas restricciones». Una mayor limitación redundará, a su juicio, en que la industria europea pierda «capacidad de competir» y, por ello, tenga «menos crecimiento y menos empleo, tanto en Europa como en España».
Con todo, el ministro quiso dejar claro que España no pide que se levanten las medidas actuales, sino que aboga por que «no se sigan restringiendo», ya que «eso nos quita capacidad de competir con los competidores, tanto americanos como asiáticos».
Hay «debate» en el Gobierno para fijar posición sobre el comercio de emisiones
El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, admitió que hay un debate interno» en el Gobierno, como en el resto de países europeos, para determinar si es necesario retirar derechos de emisión del mercado del carbono europeo, una medida que el Parlamento Europeo rechazó en abril pero que está de nuevo en discusión.
El ministro explicó que «hay quienes entienden que los mercados tienen que funcionar con toda libertad y el precio formarse por el cruce de la oferta con la demanda, y quienes creen que deben retirarse derechos para que se incremente en una fase inicial el coste de los derechos de emisión», lo que haría que aquello que no se compre al principio se compre al final.
Tras el buen funcionamiento de este mercado se encuentran los incentivos reales que tengan las empresas para adoptar medidas de mitigación, si bien Cañete indicó que también hay voces que opinan que ello podría conllevar un aumento del precio de la energía y de las actividades asociadas, en un contexto además de dificultades económicas y financieras.
Cañete reconoció que el mercado del carbono europeo no funciona como debería –se generaron derechos de emisiones pensando que la tonelada de CO2 costaría 20 euros pero el desplome de las emisiones por la crisis hace que esté en 7–, aunque también consideró que «parte del problema de los mercados es por el propio éxito» de éstos.
Asimismo, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (Unfccc), Christiana Figueres, animó a mejorar un mercado global que, pese a demostrar debilidades, se reveló como una herramienta útil para limitar el calentamiento global.
Figueres indicó que los mercado del carbono «deben ser desarrollados adecuadamente», ya que tienen una parte de responsabilidad en las emisiones a nivel mundial. Sin embargo, añadió que es necesario fijar mediciones equivalentes entre los diferentes países para que una tonelada asiática tenga el mismo valor que una latinoamericana, indicó.
Figueres admitió que los mercados se extendieron mucho más allá de lo que se podía imaginar en un principio y se extendieron por todo el mundo, pero pidió tener una visión más global para interconectarlos y lograr «acuerdos más profundos de reducción de emisiones».
«Nos estamos moviendo. No tan rápido como querríamos, pero nos movemos en la dirección correcta», indicó la secretaria ejecutiva de la ONU, e insistió en la necesidad de construir sistemas económicos bajos en carbono lo antes posible para mitigar las consecuencias del cambio climático, de la mano de los gobiernos mundiales y de la empresa privada.



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