España es el noveno país mundial en adoptar la transición hacia un modelo energético sostenible
El estudio midió las fortalezas y debilidades de los sistemas energéticos de 105 países en relación a tres indicadores: su crecimiento económico, su sostenibilidad medioambiental y acceso a los recursos energéticos.
En este sentido, la investigación señaló que los países con niveles de ingresos altos están liderando la transición a una nueva arquitectura energética, «pero aún queda mucho por hacer en cuanto a protección medioambiental».
Noruega se sitúa en el primer puesto de la lista, con una nota de 0,75 sobre 1 en el cumplimiento de los distintos indicadores energéticos, como resultado de una política energética sólida que combina múltiples recursos energéticos baratos, abundantes y relativamente limpios que generaron grandes ingresos a nivel nacional, según apuntó el FEM.
La lista de los diez primeros continúa con Suecia, con un 0,71; Francia, Suiza y Nueva Zelanda, con un 0,70 cada uno; Colombia y Letonia, con un 0,69; y por último, Dinamarca, España y el Reino Unido, que comparten una nota de 0,67.
Estos diez países tienen un producto interior bruto (PIB) per cápita superior a 35,4 millones de euros y todos, excepto Letonia, se encuentran en la lista de los veinticinco primeros países en el mundo por PIB.
En relación a las formas de obtención de energía, estos diez países obtienen una media del 36% de sus suministros totales de energía de fuentes alternativas, incluyendo la energía nuclear y la biomasa.
El estudio también reveló que ninguno de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se encuentra dentro de los primeros cincuenta puestos de la lista, por ejemplo, los Estados Unidos se sitúan en el puesto número 55. De los países emergentes, Brasil se sitúa en el puesto número 21; Rusia, en el 27; Sudáfrica, en el 59; India, en el 62, y China, en el 74.
Sin embargo, el índice mostró también que los países de altos ingresos y los que crecen de forma rápida desatienden a menudo un gran número de medidores de sostenibilidad medioambiental.
Este informe fue diseñado para ayudar a los países a dirigir el cambio a nuevos sistemas energéticos, proceso que requerirá una inversión de 29,3 billones de euros en infraestructuras de suministros energéticos para satisfacer la demanda global de energía en torno al año 2035, según el FEM.
De este modo, el estudio llamó a los países a llevar a cabo acciones para cumplir con sus obligaciones de energías renovables y límites de emisiones de Dióxido de Carbono, en un contexto en que los países se reconsideran estas medidas protectoras del medioambiente por su elevado coste y por el crecimiento rápido de la demanda de la energía.
«El índice es una herramienta que ayuda a los que toman las decisiones en los distintos países para llevar a cabo una transición a la energía sostenible en términos medioambientales de forma rápida y efectiva», manifestó en el director de Industrias Energéticas del Foro Energético Mundial, Roberto Bocca.
Por otro lado, el informe señaló que aún en los países en vías de desarrollo existen problemas para abastecer las necesidades energéticas de toda la población. En el 12% de los países analizados, más del 50% de la población no ve satisfechas estas necesidades.
Los peores resultados en cuanto a seguridad y acceso a las fuentes energéticas fueron registrados en Tanzania, Etiopía, Nepal, Mozambique y Haití.



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