España aplaudirá «cualquier» avance en la Cumbre del Clima de Varsovia que asegure pasos para conseguir un acuerdo en 2015

En una reunión informativa a pocos días de sumarse a las negociaciones por el clima, el secretario de Estado aseguró que es «urgente» reaccionar pero además, este objetivo supone una «oportunidad» para el mundo. Sin embargo, reconoció que los gobiernos no han conseguido aún trasladar a la sociedad el cambio climático y urgió a los sectores difusos a aumentar sus esfuerzos.

Además, defendió que España es uno de los países que más deberes ha hecho con la lucha contra el cambio climático y destacó que «pocos países como España se han concienciado por la causa», aunque aún es necesario cambiar el modelo de producción del país. No obstante, recordó que el año pasado ratificó la prórroga del Protocolo de Kioto hasta el año 2020.

En todo caso, valoró que tanto nuestro país como el conjunto de la Unión Europea pertenecen al grupo de países que más comprometidos está en materia de adaptación al cambio climático, pero reclamó que los países en desarrollo y otros de los países desarrollados que están fuera del Protocolo de Kioto se sumen a la causa.

«El conocimiento científico del clima nos hace pensar que hay que esforzarse«, apuntó el secretario de Estado que dijo que se le ponen los pelos de punta al recordar que en 2012 el delegado de Filipinas advirtió de que su país era muy vulnerable al cambio climático y a la fuerza de los fenómenos extremos como los tifones.

Al mismo tiempo, se refirió al reciente informe del IPCC y al estudio del Programa Mundial de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, que señala que con los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el mundo está a punto de alcanzar un incremento de 3 y 4 grados centígrados para 2020.

Por eso, consideró que la COP19 no es ni puede ser una cumbre de transición porque la población pide respuestas y esta cita adquiere mayor relevancia por los informes y la realidad evidente de los fenómenos que se están produciendo (en alusión al tifón Yolanda).

Los objetivos de España

En este contexto, explicó que España y la Unión Europea aspiran a lograr progresos principalmente en tres áreas: en primer lugar, se deben sentar las bases para el nuevo acuerdo multilateral que se adoptará en 2015 en la Cumbre de París y que entrará en vigor en 2020 porque «si se deja todo para el último minuto, no habrá acuerdo en 2015». A su juicio, a París hay que llegar con un acuerdo cerrado, a falta de perfilar algún que otro fleco.

En segundo lugar, el propósito que la delegación española es que se aumenten los objetivos y la ambición de aquí a 2020 y, en tercer lugar, que se consiga implantar las decisiones que ya están acordadas desde cumbres anteriores.

Por ejemplo, se refirió a la necesidad de avanzar en la implantación de los mercados de carbono ya que se esperan adelantos «sustanciales» en el desarrollo del nuevo mecanismo de mercado que fomentará las reducciones netas de emisiones. En este contexto, reclamó decisiones para aumentar la transparencia de la información, algo que no es fácil porque «no todos los países» quieren una fiscalización de sus emisiones y cómo las reducen del mismo modo que ya está desarrollado en la Unión Europea.

Igualmente, hizo referencia al debate de la financiación y al Fondo Verde por el Clima. En este ámbito, el secretario de Estado espera una fuerte presión de los países en desarrollo a los desarrollados en términos de movilización de recursos antes de 2020 y después de esa fecha. En la actualidad el compromiso es movilizar a partir de entonces una suma de 100.000 millones de dólares anuales en cambio climático.

«Todos los países, a la vez, se enfrentan a un enemigo común, sin cara ni ojos, pero muy fiero», manifestó el secretario de Estado en alusión al cambio climático y sus efectos.

Además, aseguró que el compromiso internacional para afrontar este desafío «nunca ha estado tan claro como ahora», por lo que concluyó que se «necesita llegar a un acuerdo que incluya a todas las partes y hay que ser capaz de involucrar a todos los países para que presenten sus compromisos de reducción en 2014″, una fecha clave porque se celebrará la cumbre de jefes de Estado organizada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.

En este contexto, mostró la voluntad de España a colaborar e intermediar «en lo que sea necesario» y buscar puntos de encuentro para apoyar una acción global y ambiciosa en la lucha contra el cambio climático, aunque dijo que, normalmente «le toca» mediar con los países de habla hispana, para lo que convocará a la Red Iberoamericana de Oficinas de Cambio Climático.

La directora de la oficina española de Cambio Climático, Susana Magro, aseguró que España va a aunar al resto de países para que se sumen a esta causa y, sobre todo, a otros de los países desarrollados (que no están en el Protocolo de Kioto).

Pequeños pasos para un acuerdo gigante

Sin embargo, ambos admitieron que hay que ser realistas y, por distintos motivos no albergan la esperanza de que en Varsovia se vaya a firmar ese acuerdo multilateral definitivo. «Con lograr un compromiso para que en septiembre de 2014 –en la reunión de cambio climático convocada por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon– los países hagan públicos sus compromisos de reducción, será un avance excelente», dijo Ramos.

Por el contrario, terminar la Cumbre de Varsovia con la idea de que no se sumará ningún país más «no sería nada positivo» y la sensación de fracaso de la COP19 sería pensar que desde este momento el camino hacia 2015 está cerrado. «Sería frustrante que desde Varsovia, algunos países grandes digan que no se comprometen», reconoció, aunque añadió que este es un supuesto que la delegación española no espera, ya que «de todos los países están llegando señales positivas».

Respecto al compromiso de los Veintiocho, el secretario de Estado de Medio Ambiente afirmó que la Unión Europea está en disposición de aumentar sus esfuerzos pero el resto de países deben avanzar y si países como Estados Unidos, China, La India o Brasil llegaran a fijar compromisos más altos, la Unión Europea avanzaría más.

Por otro lado, Ramos elogió el gran esfuerzo y «total» compromiso que está mostrando Francia para lograr un acuerdo mundial en 2015 y dijo que el país galo pidió colaboración a España con los países de habla hispana. «Hay muchos frentes en los que se puede ayudar y seguro que Polonia también nos pide colaboración de facilitación. En esto somos buenos», dijo, orgulloso.

El tramo ministerial de la 19º Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(COP19) arranca esta semana en Varsovia (Polonia), a donde viajará el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, el próximo jueves. La delegación española estará, además, integrada por Federico Ramos, y por Susana Magro.

En el marco de la agenda de la Cumbre del Clima, España mantendrá varias reuniones bilaterales con Polonia, Perú, Francia, Marruecos, Túnez y con entidades como la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) o el Banco Mundial. Al mismo tiempo, el ministro Arias Cañete se reunirá con parlamentarios españoles que asisten a la COP19 y se firmarán varios memorandos de entendimiento con Argentina, El Salvador, Panamá, México, Colombia y Guatemala.

La UE a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, instó a que la Unión Europea siga a la vanguardia de los esfuerzos para combatir el cambio climático, desoyendo los argumentos encabezados por Polonia y líderes empresariales de que el bloque debe tener el crecimiento económico como prioridad.

El viernes termina la cumbre en Varsovia con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo mundial en 2015 sobre cómo limitar el calentamiento global a los 2 grados centígrados que los científicos dicen evitarían los efectos más devastadores del cambio climático.

«Debemos comprometernos a contener este aumento de la temperatura mundial en dos grados. Cuento con que la Unión Europea liderará esta campaña», declaró Ban a los periodistas en Lituania, país que ocupa la presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea hasta final de año.

De camino a Varsovia, Ban indicó que pedirá allí un liderazgo político más fuerte y una mayor ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero –en gran parte por el uso de combustibles fósiles– que los científicos dicen casi con toda certeza que son la principal causa del calentamiento.

Europa se ha enorgullecido de prometer mayores reducciones de estos gases que otros países. Pero su liderazgo se tambalea después de que los líderes empresariales argumentaron que el coste de promover las energías renovables y los controles de las emisiones podrían presionar para que algunos de los 28 miembros de la Unión Europea vuelvan a la recesión, especialmente si otras economías no están sujetas al mismo nivel de regulación.

Las expectativas en Varsovia son bajas, teniendo en cuenta que muchos países de otras regiones del mundo también pasan por dificultades para tener un crecimiento sostenible.

El fin de semana se rompieron las negociaciones sobre cómo crear nuevos mercados sobre el carbono para reducir los gases de efecto invernadero, después de que algunos países rechazasen progresar a menos que las naciones más ricas hagan más por reducir sus propias emisiones, dijeron varias fuentes.

Polonia, cuya economía tiene una de sus bases en el carbón, un gran contaminante, aprovechó la ocasión para organizar una conferencia sobre el carbón limpio.

El viernes, Japón dijo que la clausura de sus centrales nucleares, que generan energía sin emitir gases de efecto invernadero, supone que tiene que abandonar sus promesas previas sobre la reducción de sus emisiones.

Está previsto que la Comisión Europea publique sus propuestas para el clima hasta 2030 en enero, la primera región que lo hará, aunque asegurar el acuerdo entre los miembros será difícil.

Se espera que las propuestas se vean acompañadas de un informe sobre el impacto de los subsidios a la energía renovable, que son criticados por unos mayores precios de la energía mientras Estados Unidos se beneficia de un barato gas de esquisto.

Fuentes de la Unión Europea dijeron que se estaba estudiando un recorte de las emisiones de alrededor de un 40% desde los niveles de 1990. Los ecologistas dijeron que el nivel no es lo suficientemente ambicioso y afirmaron que la Unión Europea cumplió con el recorte de las emisiones del 20% para 2020.

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