«Es necesaria una ley que constate el apoyo a las energías renovables gobierne quien gobierne. No puede haber sobresaltos como el que hubo con la revisión del RD 436/2004»

PREGUNTA.- ¿Cuál es la postura del sindicato sobre la energía nuclear, habida cuenta de que José María Hidalgo se ha pronunciado a favor de su uso?

RESPUESTA.- El secretario general ha manifestado una opinión personal sobre la posibilidad de reabrir el debate. Pero la postura oficial de CCOO es contraria a la energía nuclear; creemos que es necesario abandonar esta opción y avanzar hacia otras fuentes de energía que no tengan los problemas de la nuclear, particularmente de residuos y de seguridad. La dirección de Comisiones Obreras emitió recientemente un documento en el que plantea la necesidad de una negociación para cerrar escalonadamente las centrales a medida que vayan terminando sus ciclos de vida.

PREGUNTA.- Es decir, proponen no alargar la vida de las centrales actuales.

RESPUESTA.- En ese aspecto existe un cierto margen, así que ésa sería una decisión discutible. Si las centrales se han planificado para una vida útil de 25 ó 30 años, dependiendo de qué central se trate, existe un margen. Sería posible alargar su funcionamiento durante un plazo de tiempo razonable y siempre que los beneficios obtenidos durante ese período (las centrales ya están amortizadas cuando termina su período de vida) se empleen en el apoyo a las energías renovables, la eficiencia energética, y la reindustrialización de las áreas donde están instaladas.

La energía nuclear sólo aporta un 6% de la energía primaria, algo similar a lo que ha aumentado el consumo de energía en los últimos años. Si se hubieran aplicado políticas de eficiencia parecidas a las europeas, en un año se habría ahorrado la energía equivalente a la que produce el parque nuclear. Se habría absorbido todo lo que supone la aportación de la energía nuclear.

Esa aportación es algo mayor en el sector eléctrico, un 20%, pero ahí es donde es más fácil de ser sustituida por las renovables. Lo que hay que hacer es organizar esa sustitución de una manera negociada.

La opinión oficial de Comisiones Obreras coincide con la opinión de la ciudadanía, la de los trabajadores, pero también con la gran mayoría de afiliados de CCOO y de los grupos sindicales. Es una opinión muy sólida, muy extendida y mayoritaria.

PREGUNTA.- ¿Está de acuerdo con los comentarios que formuló la semana pasada el ministro de Industria, Joan Clos, sobre la facilidad de sustituir el aporte de energía nuclear mediante energía renovable?

RESPUESTA.- Sí, consideramos que es fácil hacerlo. Se necesita tiempo, pero es posible estar absolutamente libres de las nucleares en pocas décadas. Además, es un pensamiento de futuro, pues construir un sistema energético basado en nucleares, aun de forma parcial, es apostar al no futuro.

Por otra parte, hay que pensar en la disponibilidad de combustible. Según los datos disponibles, las opiniones más pesimistas auguran que tendremos uranio para 25 años, y las más optimistas, para 100 años, pero esas opiniones se basan en el parque de generación existente ahora. En el momento en que ese parque crezca, habrá que reducir las previsiones proporcionalmente. La energía nuclear en el mundo supone el 4-5%, de modo que si pretende llegar al 10%, la previsión de disponibilidad de combustible se reduce a la mitad, es decir, a 12-15 años, ó 50 en el mejor de los casos.

Por otro lado, no está solucionado el problema de los residuos, ni se vislumbra una solución inmediata, lo que hace surgir una pregunta: ¿tenemos derecho a dejar ese problema a las generaciones futuras, por tener hoy un 4% más de consumo energético, cuando con políticas de eficiencia podríamos reducir ese consumo?

PREGUNTA.- Sin embargo, la opinión pública es muy favorable a las políticas de mejora de eficiencia siempre y cuando el esfuerzo no tiene que hacerlo uno mismo…

Joaquín Nieto, durante una conferencia previa a la entrevista.

RESPUESTA.- Por ese motivo tiene que haber políticas de precios. Las que ha habido hasta ahora han consistido en subvencionar todo lo que contaminaba. Las nucleares han estado subvencionadas. Lo que quieren determinados empresarios no es, en realidad, que se les permita construir nucleares, porque pueden hacerlo; pero como son muy costosas, lo que pretenden es que las pague toda la sociedad mediante subvenciones. Lo que hay que hacer es lo contrario, subvencionar lo que es ambientalmente bueno y penalizar lo malo, y el ciudadano cambiará de hábitos. Si el ciudadano pudiera elegir la fuente energética que le proporcione electricidad, probablemente nadie encendería la luz de las nucleares ni la de los combustibles fósiles. El efecto se multiplicaría si se subvencionasen las que son respetuosas con el medio ambiente y se pusiera el precio justo a las que no lo son.

Los estímulos económicos están invertidos. Hay que elaborar políticas fiscales nuevas. El consumidor no quiero pagar más, y eso es posible si lo que deja de pagar por un lado se paga por el otro, de forma que finalmente el resultado sea neutro y se penalice aquello que tiene impactos ambientales. Si preguntásemos a los trabajadores, “en el caso de que te quitaran otros impuestos, ¿estarías de acuerdo con que se pusieran impuestos sobre la luz, la energía o el agua?” La respuesta habría sido mayoritariamente “sí”. Éste es el gran debate pendiente, el debate fiscal. Lo estamos teniendo de la peor forma posible, en mitad del debate electoral, y no se discute en conjunto sino mediante medidas concretas y puntuales, a ver quién hace la más atractiva. Es irresponsable y disparatado discutir en esas condiciones una cuestión de tal envergadura.

PREGUNTA.- Abordado el tema de las políticas fiscales y políticas de precios, ¿cuál es la opinión de Comisiones Obreras sobre la postura del Gobierno de no reflejar el coste real de la energía en la tarifa eléctrica?

RESPUESTA.- La discusión de la tarifa tiene que formar parte de todo este debate de fiscalidad, y de fiscalidad ambiental. La gente cree que subir la tarifa constituye un impuesto, pero en realidad no es así. Ocurre al contrario, que estamos pagando otros impuestos para poder costear una tarifa irreal.

Al ciudadano y a la empresa lo que le interesa es que baje la factura, no necesariamente la tarifa. Durante las dos legislaturas anteriores ha bajado mucho la tarifa, pero la factura ha subido significativamente, y eso es un engaño. La factura se reduce reduciendo el consumo, y esto es perfectamente posible. En Europa, la intensidad energética ha ido bajando a lo largo de esta década, mientras que en España iba subiendo ha ocurrido al contrario.

España partía de una situación similar de intensidad energética y ahora está en una posición muy disparatada y muy diferente del resto de Europa. Eso se debe, por un lado, a las características del modelo de crecimiento español, que no son las mejores, y por otro, a la falta de políticas de ahorro y eficiencia en el momento en que en Europa se estaban adoptando políticas de ahorro y eficiencia. En CCOO hemos presentado una proposición de ley, junto con los ecologistas, que plantea una ley de ahorro y uso eficiente de la energía que creemos que reduciría un 1% los consumos energéticos. Hay un margen muy interesante para aumentar la tarifa sin que lo resientan ni los bolsillos de los ciudadanos ni los de las empresas.

La segunda consideración es que el aumento de la tarifa se puede abordar por tramos. Es necesario considerar que los ciudadanos con pocos ingresos no pueden sufrir una subida de la luz, pues puede significar un problema para ellos. Pero para los ciudadanos con ingresos medios o altos, eso no supone un problema –nadie sabe lo que paga de luz-. Es posible preparar un tramo mínimo, que garantice el derecho al acceso a la energía y a partir de ese tramo, ir gravando en función de los consumos. Y en las políticas industriales, hacer lo mismo.

También es posible contar con políticas concretas para los grandes consumidores de energía, pero no las actuales. Las cantidades económicas que se están transfiriendo a los grandes consumidores de energía sin hacer los esfuerzos de eficiencia que se podrían hacer nos parecen desorbitadas. La interrumpibilidad no nos parece la mejor opción, es necesario introducir otros criterios y todas las opciones.

PREGUNTA.- ¿Qué puede decir Comisiones Obreras sobre la posible adquisición de Iberdrola?

RESPUESTA.- España está en una situación de privilegio desde el punto de vista de las energías renovables, particularmente la eólica, para nuestro país y a nivel mundial. Eso es muy positivo para el empleo y para la industria. Más allá de esta operación, creemos que hay que preservar aquello que más favorezca este fuerte impulso de sectores punteros en energías renovables. Iberdrola es uno de los sectores punteros en energías renovables, y la apuesta que hizo en su día fue un éxito del que me alegro. Es necesario evitar que haya riesgos para esa apuesta por las renovables, y hacer que esa apuesta se fortalezca. España puede y debe ser un líder en renovables en Europa y en el mundo, y ése debe ser un objetivo político de primera magnitud. Sobre la base de ese objetivo se deben hacer las demás consideraciones.

PREGUNTA.- ¿Cree que la postura del Gobierno de favorecer las energías renovables es coherente con lo que realmente se hace?

RESPUESTA.- Se habla más de lo que se hace. Sí existe un apoyo a las energías renovables, que ha sido muy positivo para el medio ambiente, el empleo, y la economía, y debe seguir existiendo, y reforzarse. España se tiene que plantear un objetivo en renovables del 30% para 2012, porque no puede aspirar a ser líder si se queda en la media, que es del 20%. Eso va a requerir un apoyo, y sobre todo, una estabilidad y confianza en ese apoyo, que creo que es lo que falta.

Estamos preparando una ley de energías renovables que vaya en esa dirección. No puede haber sobresaltos como el que hubo con la revisión del RD 436/2004. Eso genera unas incertidumbres nada convenientes. Es necesaria una ley que constate ese apoyo, gobierne quien gobierne.

PREGUNTA.- ¿Cómo valora CCOO la propuesta del paquete de medidas de la CE?

RESPUESTA.- Nos parece un paquete muy positivo. Creemos que la homogeneización del sector industrial y de los sectores difusos es una medida inteligente. La aplicación de subastas es necesaria y también nos parece muy positivo que el 20% de la subasta se aplique a políticas climáticas. Unir en el mismo paquete políticas climáticas y energías renovables supone dar una pista muy interesante a la sociedad.

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