Endesa confía en que el Gobierno eleve hasta los 50 años la vida útil de todas las centrales nucleares
«Endesa ha modificado, con efecto prospectivo, la vida útil de sus centrales nucleares, pasando de los cuarenta años que se venían estimando a cincuenta años, habiéndose considerado, en consecuencia, que se producirá una renovación adicional de diez años en la autorización administrativa para su explotación», afirmó la compañía en su informe de auditoría de 2014.
Tras analizar el borrador de la planificación energética para el periodo 2015-2020, los administradores de la empresa «estiman» que «las centrales nucleares podrán ver renovadas sus licencias de explotación al menos hasta los cincuenta años, siempre que estén en condiciones técnicas de operar con un adecuado nivel de seguridad».
Este cambio ya fue incorporado a las cuentas de Endesa y tuvo un efecto positivo de 28 millones de euros durante el ejercicio 2014. La eléctrica tiene una participación del 50% en la central de Garoña, del 36% en Almaraz, del 100% en Ascó I, del 85% en Ascó II, del 72% en Vandellós II y del 1% en Trillo I.
En el caso de Garoña, sin actividad desde 2013, su situación actual es de «cese de explotación» inscrito en una «fase de predesmantelamiento» cuya finalización estimada se producirá en 2018.
Sin embargo, «la sociedad está dando los pasos necesarios encaminados a la obtención de una nueva licencia de operación» conforme a lo establecido en el real decreto 102/2014, en el que se faculta a la propietaria de la planta, Nuclenor, a solicitar con anterioridad al 6 de julio de 2014 la ampliación de la licencia de operación Garoña por un período indeterminado de tiempo.
A finales de mayo del año pasado, la planta presentó ante el Ministerio de Industria la documentación necesaria para la obtención de la renovación de la licencia de operación que abarcaría hasta el ejercicio 2031, y unos días después el Gobierno solicitó al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el informe preceptivo para la concesión de la renovación.
Está previsto que el CSN se pronuncie sobre este asunto este año, a través de una resolución en la que podría imponer una serie de condiciones para la continuidad de la central nuclear.
Mientras, Endesa contabilizó un cargo de 56 millones de euros para recoger los mayores costes de Nuclenor por el retraso en los trabajos de desmantelamiento de Garoña, a la espera de la decisión final sobre «la posible reapertura» de la misma.
Al margen del futuro de Garoña, Endesa incluyó en sus estados contables de 2014 una provisión de 561 millones de euros para el posible cierre de centrales nucleares.
Además, provisionó otros 266 millones de euros para el cierre de centrales de otro tipo, 77 millones de euros para el desmantelamiento de contadores de electricidad y 92 millones de euros para el cierre de explotaciones mineras.




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