Endesa aprueba la venta de sus activos latinoamericanos a Enel y convoca una junta extraordinaria para el próximo 21 de octubre
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Endesa explicó que la operación tendrá que contar con el visto bueno de la Junta General de Accionistas y, por ello convoca una extraordinaria para el próximo 21 de octubre.
Una vez que esta Junta apruebe la oferta y se ejecute la venta, Endesa propondrá a sus accionistas la distribución de un dividendo en efectivo por la totalidad del importe obtenido por los activos, 8.253 millones de euros, es decir, 7,795 euros brutos por título.
En este reparto del dividendo, Enel recibirá un total de 7.591 millones de euros en virtud de su participación del 92%, mientras que el resto del accionariado obtendrá 661 millones de euros.
La eléctrica detalló que la oferta presentada por Enel, propietaria de un 92% del capital de Endesa, contó con el visto bueno de la comisión de independientes constituida en julio y con informes favorables elaborados por asesores financieros, estratégicos y jurídicos. Estos expertos habían sido contratados por la compañía para valorar la oferta «desde la perspectiva del interés social de Endesa».
Enel presentó la pasada semana una oferta de 8.253 millones de euros para hacerse con la participación del 60,62% que la eléctrica española tiene en la chilena Enersis, sociedad que concentra sus activos en Latinoamérica.
En concreto, venderá el 20,3% que posee de forma directa en Enersis y el 100% de la filial Endesa Latinoamérica, sociedad propietaria a su vez de otro 40,32% del capital de la compañía chilena.
Este importe está basado en un precio implícito por acción de Enersis de unos 0,28 euros, una vez descontados 144 millones de euros en concepto de costes de estructura y pasivo neto de Endesa Latam.
La propuesta de Enel implica también que la totalidad de los ingresos obtenidos por la venta se dediquen al reparto de un dividendo extraordinario en efectivo, el mayor de la historia, por el que la propia sociedad se embolsará unos 7.600 millones de euros.
En la presentación de la propuesta, Enel ya avanzó que, tras el cierre de ambas operaciones, previstas para el último trimestre del año, abordará el «oportuno análisis» del futuro de la española.
Este futuro pasa por una posible «redefinición de la estructura financiera de Endesa», lo que podría significar un aumento de la deuda para el reparto de un dividendo adicional, según expertos.
De hecho, tradicionalmente, los analistas consideraron que Endesa es una compañía poco endeudada en relación a su tamaño en posición, lo que perjudica a sus ratios financieros.
Los fondos obtenidos a través de este proceso podrían dedicarse a la distribución de un dividendo adicional como parte de la «revisión» de la política de retribución al accionista apuntada por el grupo italiano.
Por otra parte, Enel también planteó la «posibilidad» de llevar a cabo «eventuales operaciones en el mercado de capitales» para poner en valor su participación en Endesa y «resolver» la limitada liquidez de estos títulos.
Actualmente, sólo un 8% del capital de Endesa cotiza libremente en bolsa, el denominado «free flow», lo que afecta negativamente a la liquidez del valor, una cuestión que forzó la salida de la eléctrica del Ibex 35.
Según fuentes del mercado, una de las opciones que se barajan es realizar una oferta pública de venta para aumentar este «free flow» hasta entre un 25% y un 30% del capital de Endesa y dar entrada así a nuevos accionistas.
Preocupación por que Endesa se convierta en una «simple filial» de Enel
Por su parte, CCOO vio «con preocupación» que Endesa, «la que fue considerada como la joya de la corona» del sector eléctrico español, se convierta, «tras la controvertida privatización ejecutada por el Partido Popular, en una simple filial de la empresa pública italiana Enel».
CCOO consideró que se trata de «una operación que reducirá significativamente la capacidad de negocio y los futuros beneficios de una compañía que se queda sin perspectivas para sobrevivir en el mercado energético actual», afirmó.
El sindicato aludió además al «progresivo deterioro» del sector eléctrico español en su conjunto tras las privatizaciones de finales del siglo pasado. «A la venta de E.ON España a la empresa pública alemana le siguió la decisión de dejar en manos de empresas chinas el control de EDP-HC y la desinversión del Estado español en Iberdrola», señaló.
Ante esta circunstancia, reclamó una mayor intervención pública. «El despiece de Endesa refuerza el convencimiento de este sindicato de que sólo la recuperación de la intervención pública en todos los ámbitos de este sector estratégico asegurará el acceso de la ciudadanía y de las empresas a una energía sostenible», afirmó.
CCOO también aseguró que «la reducción de empleo ha sido continua en Endesa desde el proceso de privatización» y consideró que «los efectos sobre la plantilla podrían acrecentarse, principalmente en las áreas centrales y de estructura».



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