El sábado dejan de distribuirse las bombillas incandescentes en la UE
A partir de este 1 de septiembre, las bombillas tradicionales de menos de 60 vatios dejarán de distribuirse, aunque se podrán seguir vendiendo en los comercios y usando las que ya están en circulación, unas 8.000 según Santiago Erice, experto en alumbrado de Philips España.
Con este paso se pone fin al periodo transitorio de adaptación a la nueva normativa, que se inició en septiembre 2009 con la retirada de las bombillas incandescentes de más de 100 vatios y continuó con el fin de la comercialización de aquellas con una potencia mayor de 75 y 60 vatios en 2010 y 2011, respectivamente.
Los consumidores podrán sustituirlas por bombillas fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75% de energía) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que consumen entre un 25 y un 50% menos.
Las modernas lámparas LED, se perfilan como las sucesoras naturales de las incandescentes por su calidez, su larga duración, su encendido inmediato y su eficiencia, ya que pueden permitir ahorrar hasta un 70% de energía.
Sin embargo, el alto precio de las LED -entre 15 y 25 euros frente al euro que podía costar una bombilla tradicional- es el mayor obstáculo para que se extienda su uso entre los consumidores.
En cualquier caso, Bruselas señala que su mayor eficiencia y su longevidad supone finalmente un ahorro para el usuario, que amortiza el precio inicial más elevado.
Con la sustitución de las bombillas tradicionales por otras lámparas más eficientes, la CE espera que los hogares paguen hasta 50 euros menos al año, lo que equivale a un total de entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la Unión Europea.
En términos energéticos, el Ejecutivo comunitario estima que la retirada supondrá un ahorro de 40.000 millones de kilovatios/hora a partir de 2020, lo que equivale al consumo eléctrico de once millones de hogares.
Esto también tendrá un importante impacto sobre el medio ambiente, ya que se reducirán los residuos generados por la iluminación gracias a la mayor duración de las bombillas y disminuirán las emisiones de dióxido de carbono (CO2) anualmente en 15 millones de toneladas.
Los fabricantes de bombillas alertan sobre productos chinos de baja calidad
La asociación de fabricantes de iluminación, Anfalum, reclama «condiciones de igualdad» en la transición hacia las lámparas eficientes, para que los productores de bombillas de baja calidad, sobre todo chinos, no «aprovechen» el prestigio de las firmas tradicionales. Según el director general de Anfalum, Alfredo Berges, se trata de un cambio de negocio que «ha costado mucho dinero» a los productores y que ha provocado una «crisis de mercado».
Berges explica que el sector esperaba que la transición de unas lámparas a otras fuera una «mera sustitución», pero que una serie de productores hasta entonces desconocidos, principalmente procedentes de China, «han aprovechado la directiva europea para introducir productos de menor calidad».
En opinión de la patronal, esto constituye un «engaño» para el consumidor, porque los productos de «mala calidad» pueden no cumplir con las expectativas de intensidad y duración asociadas a la iluminación eficiente.
Berges insiste en que las lámparas eficientes tienen «una vida útil muy larga», de unas 40.000 horas, y que los fabricantes chinos «entran y salen del mercado» constantemente, de manera que no les afecta el posible desprestigio de sus propios productos.
De esta manera, «se demoniza el producto que no cumple las expectativas» y son las empresas que quedan en el mercado las que tienen que recuperar la confianza de los clientes, algo que, en una primera fase, solo puede hacerse con bajadas de precios y reducción del beneficio de las compañías.
En la transición hacia la iluminación eficiente, los fabricantes tradicionales han llevado a cabo una «autorregulación» para adelantarse a los plazos, que exigían dejar de producir lámparas de más de 100 vatios a partir de 2009, de 75 vatios en 2010, 60 vatios en 2011 y de 40 vatios o menos a partir de septiembre de 2012.
Así, Anfalum cree ya se han retirado del mercado la mayor parte de las lámparas incandescentes -que pueden continuar a la venta hasta que se agoten las existencias-, aunque no se atreve a precisar cuánto tardarán en desaparecer completamente debido a la «escasa vigilancia» que hay en su comercialización.
En ese sentido, el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Ferretería (Fedafe), Enrique Gil, asegura que la mayoría de las ferreterías han retirado ya todas las bombillas incandescentes, como resultado de un proceso de concienciación iniciado hace años.
Añade que «el consumidor es cada vez más exigente» y prefiere lámparas más eficientes, al tiempo que apunta que hay una demanda creciente de bombillas led, a pesar de que «todavía son caras».
El programa de fomento de la eficiencia energética puesto en marcha por la Comisión Europea afecta también a otros productos, como sistemas de calefacción y refrigeración, motores eléctricos, equipamientos de oficina o consumibles electrónicos.


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