El Reino Unido implantará un sistema para informar a los consumidores sobre las emisiones de carbono en todos los productos
Según los planes que el Gobierno británico tiene previsto poner en marcha en breve, los consumidores podrán conocer, a través del etiquetado de los productos, de cuánta contaminación, en términos de emisiones de CO2, son responsables los productos que consumen. Es decir, cuánto se ha contaminado para fabricar el producto que el consumidor se lleva a su casa.
Los productos que llevarán esta etiqueta serán de todo tipo, desde una simple bolsa de patatas fritas a un vehículo terminado, y los criterios que se usarán para determinar las emisiones vertidas por el producto contemplarán aspectos como la producción, el transporte e incluso su eliminación, de forma similar a las cifras de información nutricional en los envases de los alimentos.
A menudo, la única forma que tienen los consumidores de hacerse una idea del impacto de los bienes y servicios en el medio ambiente es la distancia que viajan los productos hasta que llegan a manos del consumidor. Sin embargo, en determinados casos, vegetales traídos por vía aérea desde África podrían ser responsables de menos contaminación que otros cultivados en Gran Bretaña mediante invernaderos calefactados.
El ministro británico de Medio Ambiente, Ian Pearson, ha dicho que los ministros de trabajarán conjuntamente con el Carbon Trust y British Standards para desarrollar unos estándares aplicables en un plazo de 18 meses, de modo que los fabricantes tengan una forma de calcular el impacto de los bienes y etiquetarlos adecuadamente. Según Pearson, el hecho de permitir que los consumidores conozcan el impacto de los productos en el medio ambiente «será fundamental en los esfuerzos del país por llevar al Reino Unido hacia una economía baja en emisiones de CO2 durante las próximas décadas».
El plan será de acogida voluntaria, pero algunas compañías, como Tesco, Marks & Spencer, Boots o Walkers están ya trabajando con expertos en este proyecto. Walkers, fabricante de snacks, ya incorpora esa información en sus bolsas de patatas fritas, responsables de la emisión de 75 gramos de CO2 por bolsa. Más de 120 empresas han anunciado que se acogerán al plan.



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