El PSOE de Pedro Sánchez propone la reapertura del debate de la nuclear

La proposición parte del portavoz socialista de Energía en la Cámara Baja, el diputado canario José Segura. Consta de cinco puntos, que serán sometidos a debate por el Pleno, y en los que el PSOE vuelve a situar en los 40 años el umbral máximo de vida útil para las centrales nucleares después de que en 2011, en la tramitación de la Ley de Economía Sostenible, el partido socialista se mostrara flexible respecto a la posibilidad de renovar las licencias de explotación más allá de los 40 años de funcionamiento siempre y cuando el Consejo de Seguridad Nuclear diera su beneplácito. Un replanteamiento que vuelve a colocar la central burgalesa de Santa María de Garoña en el punto de mira.

En este sentido, el PSOE propone iniciar un diálogo abierto a todos los agentes políticos, sociales y económicos para dotar a España de una estrategia energética a largo plazo que tome como base «una profunda reforma del mercado eléctrico que garantice el máximo desarrollo de las energías renovables«. Un diálogo en el que, «en todo caso», no hay lugar para las centrales nucleares una vez cumplida su vida útil de 40 años desde su puesta en marcha. Adicionalmente, se exige al Consejo de Seguridad Nuclear a que impulse estudios sobre el potencial riesgo sísmico al que están sometidos cada uno de los emplazamientos nucleares españoles para implantar medidas de seguridad que sean «acordes» a la nueva redefinición de los riesgos. Consecuentemente, el compromiso con la seguridad también se extiende al almacenamiento de El Cabril como al previsto Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas.

La proposición dedica especial atención a la central nuclear de Garoña. El PSOE propone derogar los cambios introducidos por el Gobierno durante el pasado mes de febrero mediante un real decreto en el que se modificaba el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas con el fin de que una central nuclear cuyo cierre no se deba a fines relacionados con la seguridad nuclear o la protección radiológica, es decir, por motivos económicos, pudiera disponer de un año a partir de su cese de actividad para solicitar una nueva renovación de su permiso de explotación; una medida que abría la puerta a Nuclenor, titular de Garoña, para solicitar la vuelta al sistema eléctrico de la central burgalesa, como así ha sucedido.

En consecuencia, el grupo socialista estima por un lado que lo adecuado hubiera sido que Nuclenor se hubiera visto obligada a solicitar una nueva autorización de explotación, que considera que hubiera supuesto un permiso «más exigente» de obtener, en lugar de una simple renovación de la autorización como finalmente ha sido solicitada por Nuclenor en virtud de la modificación regulatoria aprobada en febrero. Por otro lado, el PSOE va más allá y asegura que el cese de explotación en que se encuentra Garoña desde el 6 de junio de 2013 se debe mantener al tiempo que insta a Nuclenor a trabajar para obtener una autorización de desmantelamiento de la central nuclear «sin ulterior demora». Además, garantiza el compromiso del Gobierno con la comarca afectada para trabajar por su reactivación económica.

«No es energía del futuro»

En la exposición de motivos del proyecto no de ley presentado, el PSOE se muestra tajante y asegura que la energía nuclear «no es la energía del futuro: no es ni limpia, ni segura, ni imprescindible, ni barata». Por ello considera que su uso para obtener electricidad es «insostenible». En este sentido, desde el grupo parlamentario socialista argumentan razones para acabar con la energía nuclear que abarcan desde el campo ético, aludiendo al legado «de alto riesgo» que se deja a las próximas generaciones con los residuos nucleares, a la supuesta pérdida de confianza en la seguridad de todas las centrales del mundo a raíz de la catástrofe de Fukushima (Japón), «que ha puesto de manifiesto la infravaloración de los riesgos asociados a fenómenos externos».

De este modo, el portavoz socialista de Energía en el Congreso invita a prescindir de la energía nuclear ante el «rápido» desarrollo de las energías renovables, «con tecnologías cada vez más baratas y con capacidad creciente de generar energía de forma continuada». También hace un llamamiento a suplir el papel de la nuclear en el mix energético otorgando mayor protagonismo a las centrales de ciclo combinado, infrautilizadas en la actualidad funcionando a un 10% de su potencial, así como promoviendo más eficiencia energética: una senda que los socialistas consideran más apropiada para responder a los retos derivados del cambio climático.

Además, en la proposición no de ley se insiste en que la energía nuclear «sólo resulta barata una vez que se han amortizado sus costes de capital» ya que los costes iniciales son «elevados» y su puesta en marcha requiere «que se garanticen unas condiciones financieras y de rentabilidad que los compensen». A su juicio, existe una «presión creciente» de las empresas para que se extienda la vida útil de las centrales hasta los 60 años por este motivo y por lo que denomina como «una sobrerretribución de 1.700 millones de euros anuales de beneficios caídos del cielo «, garantizada por la regulación vigente para las empresas titulares de las plantas.

Finalmente, el PSOE asegura que su apuesta desde 1982 ha sido por «un mix eléctrico diversificado con una progresiva reducción en el uso de la energía nuclear». En la proposición no de ley se recuerda la moratoria nuclear decretada por el Gobierno de Felipe González así como el cierre de Garoña para 2013 decidido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora el PSOE de Pedro Sánchez arranca planteando lo que denominan como una «auténtica transición energética que se base en una profunda reforma del mercado eléctrico». Habrá debate.

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