El Principado de Asturias lamenta que el Gobierno renuncie a negociar el Plan del Carbón
En rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno, su portavoz y consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, ha considerado que esta situación es «inédita» en la tramitación de los sucesivos planes de la minería, que hasta ahora se remitían a la UE una vez alcanzado un acuerdo con patronal y sindicatos.
Martínez ha incidido en que la ausencia de diálogo en este proceso «añade mucha más incertidumbre al futuro del sector» tras un ejercicio, el de 2012, marcado por las movilizaciones de los trabajadores ante los recortes aplicados a las ayudas a la producción.
En este proceso, ha subrayado, el Gobierno asturiano intentó aportar soluciones ante este «drástico» recorte de ayudas y ha recordado que el presidente del Principado, Javier Fernández, se reunió con ministro de Industria, José Manuel Soria, y con el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, para pedir cambios en su política que garantizasen alternativas para los territorios afectados.
«El Gobierno se enrocó y rechazó la búsqueda de soluciones, una actitud que parece que quiere mantener respecto al nuevo plan del carbón que en los próximos deberá presentar ante la UE», ha añadido.
Martínez ha exigido del Gobierno una solución acordada con empresarios y sindicatos «que dé solución al futuro del carbón» frente a una estrategia que, a su juicio, «no se sabe a donde va a conducir y que añade aún más incertidumbre al sector».
IU-ICV pide al Gobierno que revise su política de carbón ante el aumento global de la demanda
El diputado de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) por Asturias, Gaspar Llamazares, ha pedido al Gobierno que revise su política de cierre de minas de carbón ante el aumento global de la demanda de este combustible, que se prevé siga creciendo en los próximos ejercicios.
En una pregunta parlamentaria, Llamazares cita datos de la Asociación Mundial del Carbón que apuntan que la producción de carbón aumentó un 6% en 2010, el doble que la de gas y más de cuatro veces la de petróleo, y fue la fuente de energía (con excepción de las renovables) qué más creció.
«En 2011 el carbón representaba el 30% de la energía mundial, el porcentaje más alto desde 1969, y las cifras de 2012 reflejan la misma tendencia, registrándose muchos factores que impulsarán la demanda cada vez más en las próximas décadas», añade Llamazares, señalando que la demanda de carbón alcanzará las 8.100 millones de toneladas en 2016.
Y es que el carbón es un elemento barato y fácil de extraer y transportar, con una oferta creciente facilitada por el aumento de permisos de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de fácil combustión. «Y la decisión de Alemania de interrumpir toda su energía nuclear y construir más centrales de energía de carbón no hará sino aumentar aún más la producción», añade el diputado.
Por todo ello, el asturiano pregunta al Ejecutivo qué previsiones tiene respecto de la evolución de las importaciones de carbón, qué papel piensa asignar a este combustible en el mix energético y si tiene intención de revisar su política de cierre de minas.
Por otra parte, Llamazares lamenta que la legislación europea sea tan «restrictiva», algo que «limitará seriamente la producción de carbón en los próximos años», lo que conllevará que sean las exportaciones estadounidenses a Europa las que más se beneficien de este «resurgimiento del carbón», cuya duración dependerá de la crisis global, pero también de la «capacidad de los gobiernos de implementar un sistema que finalmente ofrezca un buen precio del carbono».
«El impacto total de la Directiva sobre Grandes plantas de combustión de la Unión Europea -diseñada para reducir los contaminantes del aire pero no el CO2- está a punto de dar sus resultados. Por lo tanto, cierta cantidad de plantas de carbón ineficientes serán sacadas de circulación. Como resultado, en cinco años la capacidad de producción de carbón será considerablemente más baja que en la actualidad. La directiva no hará nada, por supuesto, para restringir las importaciones baratas procedentes de Estados Unidos», critica el diputado.
Frente a eso, la demanda seguirá creciendo en India y, sobre todo, en China, lo que «garantiza que la producción de carbón seguirá aumentando considerablemente en las próximas décadas y los combustibles fósiles seguirán constituyendo la mayor parte del menú energético global en un futuro previsible«.
Por todo ello, Llamazares propone plantear a la UE una revisión de las políticas de producción comunitarias en el horizonte de 2018, para que también los productores europeos se beneficien de este ‘boom’, y urgir a la puesta en marcha de las tecnologías CCS que contribuyan a la reducción de la contaminación por CO2.


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