El primer avión sin combustible, el Solar Impulse, pretende dar la vuelta al mundo el próximo año

El avión, que podrá volar durante el día y la noche, tiene una envergadura de ala de 72 metros, más que un Boeing 747, pero su peso es similar al de un vehículo con 2.300 kilogramos. La nave lleva cuatro motores eléctricos que se mueven con la energía solar que producen sus 17.000 células fotovoltaicas que recubren sus alas. Los motores logran acumular la energía solar producida en las horas de luz y la utilizan durante la noche, de modo que la nave puede seguir volando cuando falta el Sol.

El Solar Impulse 2 puede alcanzar una altura máxima de 8.500 metros y una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora a nivel del mar y 140 kilómetros hora en su máxima altitud. La cabina, de 3,8 metros cúbicos, es monoplaza, tiene un asiento ergonómico y cuenta con un pequeño servicio para los pilotos, que tendrán que alimentarse de una comida especial y que dormirán sólo veinte minutos, para lo cual llevan meses entrenándose. Desde la propia cabina monoplaza se monitorizarán las constantes vitales del piloto para detectar cualquier anomalía.

En concreto, Bertrand Picard y André Borschengberg, creadores del primer Solar Impulse, con el que han hecho pruebas y varios vuelos experimentales, y de Solar Impulse 2, con el que realizarán su nueva gesta, podrán pasar cinco días y cinco noches seguidas sin necesidad de aterrizar y volando ininterrumpidamente. Picard cree que será la prueba para demostrar al mundo que «las energías limpias junto con la tecnología de vanguardia» pueden ayudar a lograr un medio ambiente sostenible si detrás hay una apuesta decidida por ellas.

Sobre la nave en la que llevan trabajando 12 años, Picard explicó que se trata de un avión «absolutamente eficiente energéticamente» y que dispone de los mejores motores, las mejores baterías, y los materiales más ligeros» para poder mantenerse en vuelo. «Es un ejemplo de lo que podemos llegar a construir cuando tenemos esperanza. Se trata de proteger al ser humano, no a la naturaleza. La naturaleza sabría cuidarse de sí misma si desapareciera el hombre. Tenemos que proteger al ser humano de la contaminación, de todos los problemas que él mismo ha construido«, manifestó el piloto y aventurero durante la presentación del avión en el hangar de Payarne (Suiza).

La travesía partirá desde Abu Dhabi en marzo de 2015, volará sobre el mar de Arabia, India, Birmania, China, el Océano Pacífico, Estados Unidos, el océano Atlántico, y el sur de Europa, eventualmente España, o el norte de África. El avión, en su primera fase, ya voló sobre España en 2013, durante el primer vuelo experimental intercontinental desde Suiza a Marruecos, 6.000 kilómetros donde atravesó el Estrecho de Gibraltar, tránsito considerado muy complicado por el viento y las corrientes. Después de aquella hazaña, el avión realizó su primer vuelo a Estados Unidos, donde viajó desde San Francisco a Nueva York.

Un ejecutivo de una de las empresas patrocinadoras del proyecto, Schindler, Carlos Guembe, destacó en 2012 la apuesta de su compañía por este proyecto «valiente» e innovador para el sector de la aviación. «No se trata de consumir menos, sino de buscar fuentes alternativas para no consumir nada. Esa es la tecnología que queremos aplicar a nuestros ascensores», apuntó entonces. En esa línea, Schindler puso en el mercado en 2013 su primer ascensor solar, que consigue un ahorro del 50% de la energía consumida en un año por el modelo convencional de ascensores. El ascensor puede funcionar con placas fotovoltaicas, con la red eléctrica o con una mezcla de ambas.

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