El precio eléctrico mayorista se sitúa un 47% por debajo de la tarifa fijada por el Gobierno en lo que va de año y marca su precio mínimo en febrero
Según los datos facilitados por el operador del mercado OMIE, el precio medio del «pool» fue de 33,62 euros el MWh en enero y de 17,12 euros el MWh en febrero, gracias a la elevada producción eólica, que presiona el precio de mercado a la baja. La media, por tanto, del conjunto de estos dos meses es de 25,79 euros.
De hecho, esos 17,12 euros por MWh marcados en febrero supusieron el precio más bajo del «pool» desde que comenzó a funcionar, por debajo de los 17,57 euros de marzo de 2001 o de los 18,17 euros de abril del año pasado.
El Gobierno fijó en diciembre un precio de 48,48 euros el MWh para el componente energético de la tarifa durante el primer trimestre del año, aunque la evolución del mercado podría arrojar un coste más alto o más bajo que este.
Para cubrir esta eventualidad, el Ejecutivo decidió que fueran los consumidores quienes prestaran la cobertura, de forma que si el precio es más alto compensarán a las empresas las cantidades que correspondan en el trimestre o trimestres posteriores y si es menor, se traducirá en una rebaja de tarifas o en una subida menor.
De esta manera, si la rebaja del precio de mercado experimentada en estos meses se mantiene en marzo, los consumidores podrán recuperar en futuras facturas parte de lo abonado, a través de un abaratamiento de la tarifa, devolución del exceso pagado o un recorte en eventuales subidas.
La revisión de la Tarifa de Último Recurso (TUR), que ahora se denomina Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), a la que están acogidos unos 16 millones de consumidores, se determina mediante la conjunción de dos componentes: el energético, que depende del mercado (hasta ahora a través de una subasta trimestral), y los costes regulados, que fija el Gobierno.
Sin embargo, la subasta de diciembre, que negociaba la electricidad para el primer trimestre de 2014 y que situó el megavatio hora en 61,83 euros, fue anulada por el Gobierno después de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) detectara «circunstancias atípicas».
Ante esta situación, el Ejecutivo inició una reforma del mecanismo de subasta y fijó el importe de la revisión tarifaria, al margen de la puja y en línea con las recomendaciones de la CNMC a partir de la cotización de los seis últimos meses del mercado a plazo.
De haberse aceptado ese precio de 61,83 euros para el primer trimestre, los consumidores estarían ahora pagando por el componente energético de su recibo de la luz 3,6 veces más de lo que marca el mercado, al menos en los dos primeros meses del trimestre.
Según anunció el Ejecutivo, esta reforma afectará al cálculo del componente energético, que pasará de fijarse en una subasta trimestral a depender directamente de la evolución del mercado mayorista, con lo que se eliminan los intermediarios financieros.
Fue precisamente este efecto inflacionistas de las subastas Cesur, cifrado en 1.100 millones de euros desde su implantación en 2009, uno de los motivos por los que el Gobierno diseñó un nuevo mecanismo de revisión del precio de la energía, en el que los precios se aplicarán en el momento en el que se emite la factura y no con anterioridad.
El nuevo mecanismo consistirá para el caso de los contadores analógicos en el precio medio diario del «pool» en el periodo facturado, mientras que para los contadores digitales recogerá hora a hora el precio que vaya marcando el mercado mayorista.
Las comercializadoras del nuevo PVPC estarán obligadas además a presentar una oferta anual a sus consumidores, cuyo importe será previsiblemente superior, pero que permitirá contar con una señal de precios más estable.




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