El «postureo» del ministro de Industria y su alarde de perseguir a las empresas eléctricas

A los seguidores de Twitter les aconsejamos que sigan un «hashtag» que está causando furor en esta red social hasta el punto de convertirse en «trending topic». Se trata de #postureo . Hoy la red produce una media de 5 tuits al minuto utilizando esta palabra como etiqueta. El «postureo», según los tuiteros, tiene que ver con una forma impostada o demagógica de aprovechamiento de la realidad, mediante una lectura intencionalmente oportunista para que los demás la sepan y se den por enterados.

Es extraordinariamente divertida la capacidad de los tuiteros para encontrar situaciones de «postureo« y, aún más, hilarante la posibilidad que ofrece la clase política de incurrir en el hecho de «posturear». Les enunciamos algunos ejemplos de tuiteos para comprender este concepto, acuñado en dicha red social:

@Inma: «Saludar en inglés a españoles en albergues irlandeses«.

@gaab75: «Ser del R. Madrid, ver el PSG-Barça y decir que uno prefiere que gane por ser un equipo español«.

@irialeston95: «Madridistas celebrando el gol de Ibrahimovic a pesar de saber que fue un clarísimo fuera de juego«.

@patrimartxe: «Madridistas que odian a los franceses pero se les pasa cuando juegan contra el Barça«.

@petetekin: «Yo es que voy con la hora antigua«.

@sgeuina: «Tener un descapotable en Valladolid«.

@fonchosantos: «Pedir un cargador de iPhone5 teniendo un 82% de batería«.

@DrZurdo: «Empezarte un libro solo por poder subir la foto a Instagram«.

@yosoyjos: «Pagar la barra de pan con tarjeta en Mercadona«.

@larrysion: «Venir un año de veraneo a Alicante y volver hecho un experto en arroces»

El ministro de Industria es un artista del «postureo». Ayer anunció que su departamento está elaborando una nueva Ley Eléctrica que se aprobará en otoño y que no iba a gustar a las empresas del sector, alardeando de este logro y buscando un componente sádico en sus palabras. De este modo consiguió un titular en el diario económico Expansión. En la entrevista, tampoco añadía mucho más de lo publicado en los últimos días referente a esta «reforma» final: el mercado funciona bien, hay que controlar los costes regulados, distribución, transporte, subsidios al carbón y renovables. No reclamó que el resultado sea una “buena regulación”, que sería lo más razonable, sino que optó por remarcar el mensaje de jactarse del perjuicio futuro a las empresas, como objetivo a conseguir. «Postureo».

Y, ¿por qué el ministro emitió ese titular? El ministro, con olfato político, reconoce las pulsiones antiempresariales de la sociedad española y se apunta el tanto de «azuzar» a las mismas que, sociológicamente, son intrínsecamente perversas, en una mezcla de falangismo y peronismo político imposible en cualquier país occidental. Curiosamente, el ministro canario, a fuer de liberal, tiene una lectura de la demonización de los sectores empresariales que es fruto de la carencia de instituciones y de un asentamiento mayor de la democracia económica en nuestro país.

Probablemente, sería exigible al titular de Industria una visión más empresarial, como a cualquiera de los responsables de las áreas económicas del Gobierno, dado que sería difícil encontrar unas declaraciones tan belicosas en un responsable gubernamental de un país de la OCDE o, incluso, en un responsable español en los últimos años del color político que sea, por muy ideologizado que estuviera. Por tanto, sorprenden estas declaraciones tan desresponsabilizadas y tan ajenas a los mercados financieros, de inversión o de financiación, por mucho «postureo» demagógico que se persiga.

José Manuel Soria, así, habla irrogándose en defensa de los consumidores como sufridores del ajuste por la subida de tarifas, descontextualizando esta situación de las causas reales que nos han llevado al déficit tarifario. Se trata de una cuestión derivada del ejercicio continuado desde la política y el Gobierno para engordar los costes regulados y esa «deuda» llamada déficit tarifario a base de subsidios cruzados, controles de tarifas con el fin de evitar su traslado a los ciudadanos y las decisiones conducentes a ello. Además, en la propia entrevista, sugirió malévolamente que las empresas entenderán que esta reforma que prepara Industria es mejor que la alternativa.

Todo ello después de rebajar en un 6,6% la tarifa eléctrica para este trimestre, con el déficit corriendo, merced al funcionamiento del mercado eléctrico, en términos de condiciones de oferta y demanda, manteniendo, eso sí, los costes regulados. La pregunta sería al revés, es decir, ¿con una subida hubiera sido igual? ¿Seguiría renunciando a la didáctica para su inmersión en la demagogia? Mientras, por cierto, la muy y exclusivamente regulada cuota de abono de línea básica de telefonía, también en el perímetro de este ministro, acaba de aumentar para los consumidores y sin atisbo de polémica, escándalo o retroprogresivos. Lo dicho, «postureo».

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