El Gobierno garantizará el empleo y mantendrá Garoña abierta hasta 2013

El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, confirmó la decisión del Gobierno de cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) el 6 de julio de 2013 (y no el 1 de abril de ese año, como se había dicho).

De este modo, Sebastián confirmaba la noticia que ya se conocía desde unas horas antes del anuncio oficial en el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Esta decisión, que se esperaba fuera dada a conocer después del Consejo de Ministros de hoy, tuvo que ser adelantada por diversas filtraciones a los medios de comunicación.

Junto a él, y para pasar el trago de un anuncio que no ha gustado prácticamente a nadie, también compareció el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, en una multitudinaria rueda de prensa.

Sebastián justificó el cierre de la central porque «es políticamente coherente, laboralmente responsable, técnicamente justificable y energéticamente asumible» y calificó la decisión de «meditada, pero que no ha sido fácil de tomar».

El ministro de Industria defendió el criticado veredicto del Ejecutivo porque cumple con el programa electoral del PSOE de las últimas elecciones, en donde se comprometía a cerrar las centrales nucleares al final de su vida útil (siempre que su seguridad esté garantizada y cumplan las normas establecidas por el Consejo de Seguridad Nuclear), por lo que la medida tomada no traiciona este principio.

En el caso de Garoña, este periodo concluye en el año 2011, por lo que Sebastián añadió que se ha concedido «un tiempo más que razonable» para sustituir esta energía por otra más limpia, al tiempo que se aseguran los puestos de trabajo directos e indirectos «de toda la comarca», algo que para el Gobierno «es una prioridad».

A este respecto, Sebastián afirmó que tienen cuatro años por delante para ofrecer una «buena alternativa industrial» en la zona que garantice el empleo de los trabajadores de la central y «revitalice la región». Por este motivo, negociará con los agentes sociales y económicos y con la Junta de Castilla y León un plan industrial, «con vistas a paliar el impacto de su cese de explotación».

Asimismo, el ministro de Industria explicó que la central, además de estar rondando los años para los que fue diseñada, produce más residuos que el resto de las centrales debido «a sus características técnicas» y puntualizó que las piscinas en las que se almacenan los residuos están «cerca de verse agotadas».

No obstante, indicó que el cierre de la planta es «energéticamente asumible» porque la seguridad de suministro está «plenamente garantizada» gracias al mix energético español.

Sebastián también aclaró que «no se contempla un escenario reversible» a la decisión tomada por el Ejecutivo, ante un posible cambio de signo poítico en las elecciones de 2012, por lo que en la orden ministerial del «Plan Garoña» se detallarán «los pasos que tiene que seguir Nuclenor (a la que no el Gobierno no indemnizará) para el cese de actividad de la planta, así como las inversiones necesarias para garantizar su seguridad hasta 2013», añadió.

Por último, afirmó que el anuncio del cierre de la planta, ubicada en Burgos, «no tiene nada que ver» con el emplazamiento para una posible construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC).

«Plan Garoña» para mantener el empleo a los trabajadores

Celestino Corbacho, por su parte, adelantó que elevará al Consejo de Ministros, junto a Industria, un informe con las principales líneas de actuación del plan industrial «a ser posible, energético» para el área de Garoña y con el que ofrecerán una alternativa económica a la central nuclear.

El plan, según el ministro de Trabajo, tendrá «cinco ejes de actuación» con los que se propone «no sólo una alternativa, sino una mejora para la zona». Estos puntos son la reindustrialización como alternativa para dinamizar la economía de la zona; el desarrollo de infraestructuras que mejoren la competitividad; el impulso del turismo; un plan social de orientación y formación para los empleados de la planta; y la compensación económica para los ayuntamientos que vean «mermados» sus ingresos en 2013.

Para ello, dijo, «tenemos la ventaja» de que la Unión Europea permite ayudas directas a fondo perdido (hasta el 50% de la inversión) para la creación de nuevas actividades económicas que se une a una línea de créditos con coste cero. Según adelantó Corbacho, Industria ya ha previsto un «escenario de subvenciones» de cien millones de euros durante los próximos cuatro años.

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