El Gobierno de Chile no descarta usar la hidroelectricidad tras el veto al proyecto Hidroaysén en la Patagonia
Ello, pese a que el Gobierno rechazó el martes la realización de Hidroaysén, el mayor proyecto hidroeléctrico en la historia del país impulsado por las generadoras Endesa Chile y Colbún, que perseguía la construcción de 5 represas sobre los cauces de dos ríos en la Patagonia, con una inversión de 3.200 millones de dólares.
El veto a Hidroaysén obedeció a que la autoridad estimó que el proyecto no consideraba medidas adecuadas para subsanar el impacto que tendría sobre el medioambiente y los habitantes de la austral región de Aysén.
«En un país que tiene muy pocos recursos energéticos nosotros tenemos la obligación como sociedad y como Estado de usar los recursos hídricos para generar energía eléctrica», dijo Pacheco entre entrevista con radio Cooperativa. «En esto el Estado no es neutral. A nosotros no nos da lo mismo que los proyectos se hagan o no se hagan», agregó.
Chile cuenta con una débil matriz energética, debido a una creciente demanda de electricidad y una oferta que se ha estancado en los últimos años por la ausencia de nuevas inversiones en generación y transmisión.
El Gobierno de Michelle Bachelet ha planteado un plan de mediano plazo para impulsar nuevos proyectos públicos y privados, que privilegien el uso de energías renovables tradicionales, como la hidráulica, y no convencionales, como la eólica y solar, por sobre el uso de combustibles fósiles de los que el país no dispone.
Pacheco señaló que en los próximos diez años el 45% de la infraestructura corresponderá plantas en base a energías renovables no convencionales (ERNC), pero que ello no implica que se dejarán de lado otras fuentes como la hidroelectricidad.
«Vamos a continuar construyendo centrales hidroléctricas en todas las regiones del país donde haya recursos hídricos, en la medida en que estos proyectos se hagan conforme a la Ley de Medio Ambiente y respetando el derecho de las comunidades a ver mitigado el impacto», aseguró el ministro.
Más aún, Pacheco afirmó que los ríos de la Patagonia, como los mismos Baker y Pascua en cuyos cauces se proyectaban construir las centrales de Hidroaysén, no están descartados para el desarrollo de otros proyectos energéticos.
Indicó además que el impulso a nuevas plantas de generación de electricidad no impedirá, en el corto plazo, que los costos de la energía dejen de escalar.
«Todos estos proyectos son de lenta maduración, aquí los dados están echados. Las cuentas de la luz en los últimos cuatro años, del 2010 al 2014, han aumentado 20% y si no hacemos nada van a seguir aumentando«, aseguró.
«Las cuentas de la luz van a seguir subiendo porque nosotros estamos atrasados en esta tarea. No hemos hecho la tarea de construir la infraestructura de generación y de transmisión que el país necesita», remarcó.
El Gobierno cambió de actitud al rechazar HidroAysén
«Con la decisión del Comité de Ministros queda en evidencia que hay un cambio de actitud del Gobierno de Chile hacia HidroAysén y que dicho proyecto, en su formato actual, no ha generado el respaldo necesario de las autoridades», señaló en un comunicado la compañía que junto a Colbún son los gestores del proyecto.
En una escueta nota, Endesa Chile, la mayor generadora del país austral, aseguró que en múltiples ocasiones comunicó que el proyecto HidroAysén sólo se haría «si Chile lo considera estratégico para el desarrollo energético del país».
En opinión de Endesa Chile, el uso de los recursos hídricos, como combustible primario limpio y seguro, favorece la competitividad del país y son necesarios para alcanzar una matriz energética que, junto con las renovables no convencionales y las otras energías convencionales, «nos acompañe en el camino del desarrollo».
Por ello, «esperaremos el resultado de la discusión sobre el aprovechamiento de los recursos hídricos en Chile para definir en su caso los cursos de acción», concluyó el comunicado de Endesa Chile, que mantiene operaciones en Argentina, Perú y Colombia.
El proyecto de Hidroaysén había recibido 2.643 observaciones de 32 organizaciones, la mayoría de ellas grupos ambientalistas, aunque también fue rechazado por parlamentarios de distintos sectores.
Las cinco centrales se iban a construir en el cauce de los ríos Pascua y Baker, con la inundación de 4.010 hectáreas en un área de la Patagonia chilena de gran valor ecológico.



Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir