El Gobierno búlgaro dimite en bloque tras las intensas protestas por los altos precios de la energía

«El Parlamento votará este jueves por la mañana la dimisión del Gobierno», anunció en la Cámara la presidenta del Legislativo, Tsetska Tsacheva, tras leer la carta de Borisov.

«Cumpliremos nuestras funciones hasta que se elija un nuevo Ejecutivo y haremos todo lo necesario para asegurar la continuidad en el gobierno del país», aseguró el jefe del Gobierno en la misiva.

Pocas horas antes sorprendió ante el Parlamento anunciando que su Ejecutivo iba a dimitir en bloque y pidiendo también que los 117 diputados de su partido, el GERB, abandonen sus escaños.

Al justificar su decisión, este político populista, exkarateca y apodado «Batman» resaltó que no puede participar «en un Gobierno en el que la policía pelea con la población».

«Cada gota de sangre para nosotros es una mancha. No puedo ver un Parlamento rodeado por tapias», dijo en alusión a la violencia desatada en las manifestaciones de los últimos dos días.

Al menos quince personas resultaron heridas el martes en Sofía en enfrentamientos entre la policía y unas tres mil personas que intentaron llegar hasta el Parlamento.

Las protestas se iniciaron en varias ciudades contra el fuerte encarecimiento de la electricidad y la calefacción, pero a medida en que fueron subiendo de tono se tornaron también en demostraciones contra el Gobierno del país más pobre de la Unión Europa.

Con un salario medio en torno a los 350 euros, uno mínimo de 155 euros y pensiones de 75 euros, los búlgaros rechazan las medidas de austeridad que el Gobierno llevó a cabo en los últimos cuatro años para mejorar las cifras macroeconómicas, pero que han mermado sustancialmente su capacidad adquisitiva.

En reacción a las protestas, Borisov forzó el lunes la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, responsable de la política financiera, y prometió que bajaría el precio de la electricidad un 8%.

También anunció multas a las distribuidoras de electricidad (la austríaca EVN y las checas CEZ y Energo-Pro) y la retirada de la licencia a una de ellas (CEZ), un procedimiento que ya se puso en marcha por el regulador eléctrico búlgaro.

Esas medidas no consiguieron sin embargo aplacar a los descontentos que pedían la dimisión de Borisov, una medida que él mismo rechazó categóricamente el martes, aunque, sembrando la confusión, dijo el mismo día que «si la calle seguía pidiéndolo» (como ha ocurrido anoche), sí lo haría.

«Ayer hicimos lo máximo que podíamos hacer para responder a las exigencias de los manifestantes (…) El Estado necesita nuevamente un crédito de confianza y el pueblo debe decidir cómo gobernarse«, señaló.

«A partir de hoy no hay nada más que podamos hacer para ayudar a los ciudadanos que protestan», sentenció el primer ministro.

Poco antes del sorprendente anuncio de Borisov, el mayor grupo de la oposición, el Partido Socialista Búlgaro (BSP), boicoteó la sesión regular del Parlamento en la que estaba previsto votar unos cambios del Ejecutivo propuestos por el jefe del Gobierno después de la renuncia de Dyankov.

«La dimisión del Gobierno del GERB es un final natural de un Gobierno totalmente fracasado», dijo el líder del Movimiento, Lytvi Mestán.

CEZ dice que el Gobierno búlgaro la usa como «chivo expiatorio»

Por su parte, la eléctrica checa CEZ, a la que el Gobierno búlgaro anunció que retirará la licencia con la que opera en el país desde 2005, acusó a Sofía de usar a los inversores extranjeros como «chivo expiatorio» para aplacar las protestas sociales en el país por el encarecimiento de la luz.

El aumento de las facturas de la luz se debió «a las altas temperaturas de diciembre» y a que el período de facturación fue de 40 días -en vez de 30-, «al incluir las vacaciones de Navidad ortodoxas», explicó en Praga Tomas Pleskac, director de la división de Distribución e Internacional de la empresa.

Pleskac aseguró que su empresa no modificó sus tarifas, ya que «el año de regulación va desde el 1 de julio al 30 de junio» e insistió en que CEZ, una de las tres eléctricas extranjeras que distribuyen la electricidad en Bulgaria, «no viola ninguna regulación del mercado energético» y denunció que en el país «se siente mucho el influjo político sobre el regulador».

La Comisión Estatal de Regulación de Energía y Agua (DKEVR), regulador independiente estatal, informó que ha iniciado el proceso para retirar la licencia a CEZ, sobre el que se pronunciará el 16 de abril.

Pleskac advirtió de que si finalmente se le retira la licencia, CEZ denunciará el caso en los juzgados búlgaros y ante la Comisión Europea.

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