El Gobierno alemán quiere reducir un 10% su consumo energético y duplicar la producción renovable
«Reduciremos el consumo de electricidad en un 10% para 2020 con más medidas para una mejor eficiencia energética, como los ambiciosos planes europeos de la mejora del uso energético de los aparatos eléctricos», según el informe.
Además, en el documento, el Gobierno alemán muestra su interés por duplicar la cuota de las energías renovables en la producción eléctrica hasta el 35% en el 2020 y mantener su objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en un 40% para ese mismo año.
Hace nueve meses, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció la extensión de la vida útil de las centrales nucleares de Alemania, que tienen 12 años de vida de media. Pero tras la crisis nuclear desatada en la central de Fukushima, en el noreste de Japón, la mandataria anunció la revisión de los planes energéticos del país.
«Nuestro sistema energético debe cambiarse de arriba a abajo. Queremos que la electricidad del futuro sea segura, y al mismo tiempo, fiable y económica«, señaló Merkel. Por eso, este paso supone el inicio de «una nueva arquitectura para el suministro eléctrico».
«Tenemos por delante un gran esfuerzo conjunto», dijo por su parte Matthias Kleiner, copresidente de la Comisión Ética (un equipo de expertos convocado por el gobierno tras para analizar el futuro energético de Alemania tras el fin de la era atómica) y presidente de la Comunidad de Investigación Alemana (DFG), quien se mostró convencido de que será posible llevar a cabo el apagón nuclear definitivo «en el pazo de una década».
Según el calendario indicado, los siete reactores más viejos del país, que fueron apagados en el inicio de la crisis en Fukushima, y el de Kruemmel no volverán a funcionar, mientras que un segundo grupo de seis plantas cerrará en 2021 y los tres más modernos lo harán en 2022.
Sin embargo, el fin de las centrales nucleares no implica la supresión del impuesto sobre las barras de combustible, que aporta unos 2.300 millones de euros a las arcas del Estado, según el ministro de Medio Ambiente alemán, Norbert Röttgen.
Merkel se vio presionada por la pérdida de votos en las últimas elecciones regionales frente al Partido Social Demócrata (PSD) y los Verdes, que siempre se opusieron a la energía nuclear. La mayoría de los alemanes rechaza esta energía que supuso el 23% del consumo energético del país el año pasado.
En marzo, el Partido Demócrata Cristiano (CDU) de Merkel cedió el poder a los Verdes en uno de sus principales bastiones, el de Baden-Wuerttemberg. Además, el año pasado perdió en el Norte del Rhin-Westfalia, que le quitó la mayoría en el Bundesrat, la cámara alta del Parlamento donde están representados los estados.
Por su parte, el presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Hans-Peter Keitel, advirtió del incremento del precio de la electricidad y de oscilaciones en las redes como consecuencia del adelanto del apagón nuclear en Alemania al año 2022.
«Me preocupa la clara intención política de fijar en este país un punto final e irreversible para el uso de la energía atómica en un proceso acelerado sin precedentes», señaló Keitel.
Añadió que será más difícil y más caro lograr los objetivos de protección del clima ya que se deberá compensar la pérdida de las centrales nucleares con más centrales de carbón y gas, y comprar más certificados de emisión, lo que encarecerá el precio de la electricidad.
Asimismo, la mayor empresa energética de Alemania, RWE, señaló su oposición al acuerdo de la coalición gubernamental. «El fin (de la energía nuclear) en 2022 no es la fecha que esperábamos», explicó el portavoz, que añadió que la empresa mantendrá «abiertas todas las opciones legales».
Algunos políticos pidieron que se incluya una cláusula en el que se pueda revisar en el futuro dicha decisión. El Partido Liberal Democrático, socio en la coalición gubernamental de Merkel, solicitó que se flexibilizase el abandono de esta energía y que se permitiese la puesta en marcha de al menos uno de los siete reactores más antiguos en caso de una posible emergencia. «No habrá ninguna cláusula para revisar» el acuerdo, indicó Röttgen.
El cierre de las centrales alemanas costará más de 33.000 millones de euros
El cierre de las centrales nucleares alemanas tendrá un coste de más de 33.000 millones de euros, según indicó el Foro de la Industria Nuclear Española que subrayó que la decisión anunciada por el Gobierno alemán del cierre de sus 17 centrales nucleares en 2022 está basada en «razones políticas y coyunturales».
Además, advirtió de que la sustitución de la electricidad generada en las nucleares será reemplazada con un incremento de importación de electricidad de los países vecinos y mayor consumo de carbón.
Por otro lado, explicó que la potencia total de las nucleares alemanas es de 21.517 MW (la potencia eléctrica nacional es de 165.859 MW), generando al año 140 TWh de electricidad (621 el conjunto del mix eléctrico alemán).
Además, las siete centrales nucleares paradas de forma provisional tras Fukushima y afectadas por la decisión adoptada, representan del orden del 30 por ciento de la producción nuclear alemana. El coste de este cierre representa aproximadamente 10.000 millones de euros, según los datos de la patronal eléctrica alemana.
Igualmente, aseguró que el cierre prematuro de las centrales nucleares tendrá consecuencias de orden económico, debilitará la industria alemana, incrementará las emisiones de C02, y será una carga para el consumidor que verá su factura de electricidad incrementada.
La presidenta de Foro Nuclear, Mª Teresa Domínguez, aseguró que «la decisión no puede ser trasladada a otros países por su carácter coyuntural, la situación geográfica de Alemania, su capacidad de interconexiones en la red y la existencia de recursos naturales propios (carbón). Con la base sólida y tecnológica alemana y su enorme experiencia nuclear es de esperar que esta decisión sea reversible y no definitiva y que está orientada por un proceso político».
Así insistió en el que la fórmula de Alemania «no se puede trasladar, y mucho menos a España, donde hay una carencia enorme de recursos naturales y se necesita energía de base para que funciones la red«.
Domínguez comentó que el anuncio realizado por Merkel es «un poco sorprendente» porque realmente este país «es uno de los que más ha contribuido al desarrollo de la energía nuclear».
Finalmente, apuntó que «en los últimos años, la política energética alemana sufrió importantes modificaciones y puede que esta decisión se vuelva a replantear teniendo en cuenta los retos energéticos, ambientales y económicos».
Iberdrola cree que el apagón nuclear es un tema político
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, afirmó que el apagón nuclear anunciado por el Gobierno alemán es «un tema político» y que el país tomó su decisión «como anteriormente tomó las contrarias«.
«Las empresas hacemos energía, y los políticos, política, y esto es un tema político», manifestó.
Recordó que en España, según la Ley de Economía Sostenible, las centrales nucleares se analizan en función de su seguridad fiabilidad, «y eso es lo que tenemos que ver», dijo.
Francia y Suecia se desvinculan de Alemania
Por su parte, el primer ministro francés, François Fillon, se desmarcó de la decisión del Gobierno alemán de cerrar todas sus centrales nucleares de aquí a 2022, al insistir en que esa energía es una «solución de futuro» y en que París no cambiará su política en ese campo.
«Respetamos esta decisión, pero no nos conduce a cambiar de política», declaró Fillon a la prensa y añadió que «la energía nuclear es una solución de futuro, sobre todo para los compromisos que hemos asumido» para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Fillon aseguró que «hoy no hay ninguna solución que permita respetar los compromisos europeos sin recurrir de forma importante a la industria nuclear».
Francia es el país donde la energía nuclear tiene un mayor peso en términos relativos, ya que sus 58 reactores atómicos en servicios generan en torno al 75% de la electricidad.
El ministro de Energía, Éric Besson, justificó la apuesta de su país por la energía nuclear porque eso le da «una fuerte independencia energética» y dispone de una electricidad un 40% más barata que la media en Europa: «los particulares alemanes, por ejemplo, pagan su electricidad dos veces más cara».
También, el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren, criticó la decisión de Alemania de adelantar el apagón nuclear en ese país a 2022, iniciativa que consideró no es la solución «ideal».
«Centrarse tanto en qué año debe eliminarse la energía nuclear hace que se corra el riesgo de perder lo esencial, es decir, cómo vamos a resolver el doble reto de reducir la energía nuclear y las emisiones de gases contaminantes«, declaró Carlgren, que sostuvo que la decisión alemana va a tener «desventajas» y se felicitó porque en Suecia se haya abandonado la discusión sobre fijar un año para el apagón nuclear, tras aprobar en 2010 una ley que permitía renovar los diez reactores nucleares con que cuenta Suecia.
«La cuestión fundamental ahora para Alemania es que probablemente se vaya a aumentar la importación de combustibles fósiles de Francia y que se corre el riesgo de no lograr eliminar igual de rápido la dependencia de ellos, sobre todo del carbón«, dijo.
El consorcio energético estatal sueco Vattenfall es propietario o accionista mayoritario de cuatro centrales nucleares alemanas.



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