El G8 apuesta por reducir en un 80% las emisiones de CO2 antes de 2050
Los líderes de las siete potencias económicas, más Rusia, así como representantes de la Unión Europea (UE) se reunieron en la ciudad italiana con la mirada puesta en el medioambiente y en la crisis económica, dos de los asuntos principales de esta cumbre que concluirá el viernes.
De hecho, el calentamiento mundial fue el asunto más controvertido de la primera de las tres jornadas de la cumbre, con India y China, en calidad de potencias emergentes, que no esconden su escepticismo ante las propuestas sobre medioambiente que ha llevado la Presidencia italiana del G8 al encuentro.
Este escepticismo, que en un primer momento amenazó con hacer saltar cualquier tipo de acuerdo entre los países del G8 y las llamadas potencias emergentes, fue dejado a un lado por el «Grupo de los Ocho», quien a última hora de la tarde divulgó su propia declaración que dista, en parte, de la postura china e india.
En esa declaración, los líderes del G8 confirman «su voluntad de compartir con los demás países el objetivo de alcanzar una reducción de al menos el 50% de las emisiones mundiales antes de 2050».
«En este ámbito, nosotros mantenemos incluso el objetivo de los países desarrollados de reducir las emisiones de gas efecto invernadero en un 80% o más antes de 2050, comparado con 1990 o incluso años más recientes», reza la declaración.
Esta apuesta va contra la postura de China e India, que se niegan a aprobar ese 50% porque, dicen, los «grandes» no han cumplido sus compromisos de ayudas financieras y tecnológicas para dar el paso a las energías limpias. Y todo ante la reunión que el G8 tendrá con las potencias emergentes mañana sobre este asunto.
En lo que sí hay acuerdo es en el techo de los dos grados centígrados de aumento de la temperatura media del planeta con respecto a la de la época pre-industrial que apoyan tanto los líderes del G8 como China e India.
Cautela ante la crisis económica
La economía fue el otro gran tema de la jornada, con una crisis que da ya signos de estabilización, pero que aún da muestras de incertidumbre a los líderes de las siete mayores potencias (EEUU, Japón, Canadá, Alemania, Italia, Francia y Reino Unido) más Rusia.
Por ello, el G8 se compromete en su declaración final a «seguir trabajando juntos para recuperar la confianza y devolver el crecimiento sobre un sendero fuerte, verde, aglutinador y sostenible que incluya el refuerzo de los estándares de integridad y transparencia de la actividad económica».
«Un crecimiento estable y sostenido a largo plazo requerirá una salida suave de los desequilibrios existentes en las cuentas. Reconocemos la importancia de trabajar juntos para asegurar los ajustes necesarios en línea con las estrategias acordadas a nivel multilateral«, prosigue el texto de 40 páginas.
El G8, que no se olvida de los trabajadores en su declaración final, apuesta, en este sentido, por el mantenimiento de la demanda interna en los países más avanzados y un aumento de los niveles de ahorro en los estados deficitarios.
«Nos comprometemos a afrontar la dimensión social de la crisis, poniendo en el centro a la persona. El impacto de la crisis sobre los mercados de trabajo puede minar la estabilidad social», reza el texto, en el que se aboga por el saneamiento del sistema financiero mediante la estabilización de los mercados y la normalización de las actividades bancarias.



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