El desmantelamiento de Zorita supera el ecuador y los trabajos podrían concluir a finales de 2016

El director de desmantelamiento de la central nuclear Zorita, Manuel Rodríguez, reconoció que desde que se iniciara el proceso han sido «tres años y medio muy intensos», pero aseguró que la obra lleva un «ritmo alto» sin que se haya registrado ningún tipo de incidencia, ni para las personas ni para el medio ambiente.

Para ejecutar los distintos trabajos contemplados dentro de este proceso ha habido que realizar «grandes esfuerzos», tal y como señaló Rodríguez, confirmando sin embargo que todo transcurrió de acuerdo a la programación prevista y «con normalidad».

Durante este año se llevó a cabo uno de los hitos más importantes, concretamente la segmentación de los componentes internos, y según el director de desmantelamiento, los residuos ya fueron gestionados y una parte de ellos fueron derivados a El Cabril y otra parte se quedó en el ATI (almacén Temporal individualizado) que hay en Zorita.

También se llevó a cabo el desmantelamiento de otros componentes, en este caso de circuito primario, y de gran importancia como el presionador o la bomba, y se llegó al 50% en el generador de vapor, tal y como ha precisado Rodríguez.

Para el próximo año, concretamente para el mismo mes de enero, está previsto la segmentación de la tapa de la vasija del reactor para continuar después con el resto. Esta tapa de la vasija se va a segmentar bajo el agua y con herramientas de corte mecánico, residuos radiactivos de baja y media actividad que se trasladarán posteriormente hasta el almacén de El Cabril (Córdoba).

Una vez que concluyan todos los trabajos de segmentación se procederá a la descontaminación y demolición de edificios, esta tarea está contemplada, previsiblemente, para el segundo semestre de 2015.

Por lo que se refiere al volumen global de residuos radiactivos que se generó hasta ahora en todo el proceso de desmantelamiento, Rodríguez los cuantificó en un total de 2.200 toneladas, de las cuales, 600 fueron ya expedidas a El Cabril. En cuanto a los convencionales, el volumen supera las 5200 toneladas.

En todo caso, este responsable quiso insistir en que en ningún momento los trabajadores han sufrido riesgo alguno, entre otras razones –dijo– porque los trabajos más delicados se están realizando bajo agua «con lo cual la radiación está completamente blindada, y los empleados no han necesitado ningún medio de protección especial para hacer los trabajos de segmentación».

Por lo que se refiere a los controles a los que está siendo sometido el proceso de desmantelamiento por parte del CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) aseguró que son «muy intensos» y se están desarrollando «con total normalidad».

Según puntualizó, al año se llevan a cabo por parte del CSN entre 12 y 15 inspecciones sin que hasta el momento se haya registrado ninguna «desaprobación» por parte de este organismo.

En el proceso de desmantelamiento de la primera central que comenzó a funcionar en España trabajan en la actualidad unas 260 empleados, todos ellos con formación específica para la tarea que tienen que realizar. La inversión total del proceso de desmantelamiento a día de hoy se podría estimar que alcanzará los 160 millones de euros.

Una vez que concluyan los trabajos, la empresa nacional de residuos radiactivos ENRESA devolverá el emplazamiento a Gas Natural Fenosa, asegurando Rodríguez desconocer cuáles son las intenciones que tiene la compañía con este emplazamiento.

La central nuclear de Zorita fue la primera que comenzó a funcionar en España y también fue la primera en iniciar su proceso de desmantelamiento programado.

Este hecho, tal y como reconoció el director del proceso, está siendo motivo de interés por parte de personal técnico de otros muchos países, interesados en conocer como se está trabajando en esta central, donde se están utilizando técnicas novedosas que tal y como precisó Rodríguez «están siendo un modelo a seguir» por parte de otros países.

«Se trata de una experiencia que va a ser muy positiva para toda la comunidad internacional», concluyó el responsable del desmantelamiento de esta central nuclear, que dejó su actividad a raíz de que se detectarán más de un centenar de grietas en la vasija de su reactor, lo que levantó la voz de numerosos colectivos hasta llegar el asunto al Consejo de Ministros, donde se aprobó el cese de su actividad. el 30 de abril de 2006.

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