El CSN señala que las pruebas de estrés de las centrales nucleares serán «el primer paso» para la incorporación de nuevas medidas

Durante una rueda de prensa para presentar el plan estratégico del organismo regulador 2011-2016,

Mellado explicó que el CSN emitió una instrucción en la que se pedía a las centrales que se sometieran a las pruebas de resistencia y que «todas» las plantas españolas lo harán. Para ello, añadió que cuentan hasta el próximo 15 de agosto para remitir un primer informe al CSN, organismo que dispondrá hasta el 15 de septiembre para enviar el primer informe preliminar a la Unión Europea.

Posteriormente, los titulares tendrán de plazo para enviar al CSN el informe final y el organismo regulador, hasta el 31 de diciembre para remitir a Bruselas los informes definitivos. Por último, durante el primer trimestre de 2012, el CSN deberá remitir la evaluación final a la UE.

«Fukushima no ha terminado el control de su instalación y, ni mucho menos, el conocimiento real y detallado de lo que ha pasado. Aún pasará mucho tiempo», reflexionó.

En todo caso, la directora de seguridad nuclear del CSN subrayó que el accidente de Fukushima no se produjo por la estructura de la central o por un fallo interno de ningún componente, sino que el fatal suceso se registró por haber estado expuesta a una condiciones naturales extremas «brutales» –el terremoto y el posterior tsunami– muy por encima de las proyectadas en la base de diseño de la instalación. A su juicio, hay que analizar cuál fue el fallo en el sistema de venteo de la contención, así como los fallos concretos de toda la secuencia del accidente.

Sobre el paralelismo de Fukushima con la central burgalesa de Santa María de Garoña (ambas son del mismo tipo), Mellado dijo que estas agresiones externas son «impensables» en el entorno de la planta. En todo caso, si se detectara de la experiencia de Japón «algo» que no haya sido considerado «se le exigirá a Garoña las medidas o mejoras adicionales», puesto que Garoña «tendrá bastantes cosas que aprender».

Mientras, el director técnico de protección radiológica del CSN, Juan Carlos Lentijo, añadió que Fukushima sufrió un «accidente grave que degradó todos los sistemas para evitar las liberaciones de radiación a la atmósfera». Sin embargo, agregó que el organismo regulador español tiene «plena confianza» en que el diseño de Santa María de Garoña es suficiente para evitar un accidente de este calibre y las posibles liberaciones o emisiones accidentales al medio ambiente.

En este sentido, Lentijo dejó claro que «todas las centrales nucleares españolas tienen mecanismos para evitar liberaciones incontroladas al medio ambiente» de gases o líquidos radioactivos. «Confiamos en que estos mecanismos son suficientes, pero si aprendemos algo» de la experiencia de Fukushima, «lo implantaremos y exigiremos» en España.

Asimismo, respecto a las «lecciones» de Fukushima, Lentijo aseguró que el CSN está «pendiente de todos los detalles» que se van conociendo y que dentro del ámbito de la protección radiológica se van a analizar las consecuencias para los trabajadores, la población y el medio ambiente. «En principio el sistema de protección radiológica mundial es consistente, aunque puede haber algún ajuste», destacó, porque se basa en los efectos más graves en la población desde las bombas atómicas y otros accidentes.

Asimismo, el consejero del CSN, Luis Gámir dijo que en el caso del accidente de Japón «aún no se sabe todo lo que ha ocurrido», ya que la estabilización y el control del reactor no se han culminado, ni tampoco se ha decidido todo, ya que ni siquiera todos los países tienen la misma opinión al respecto.

Por eso, aseguró que se van a hacer pruebas a «todas las centrales sin excepción ni diferenciación» y que luego cada planta deberá tomar distintas medidas.

Finalmente, sobre la seguridad, Gámir dijo que en la actualidad también se separó –con el fin de ahondar en este aspecto– los temas relacionados con posibles ataques terroristas, algo que dijo que cambió desde los atentados del 11-S en Nueva York (Estados unidos) y que afectan también al Ministerio del Interior. De este modo, afirmó que el CSN analizará este mes un estudio sobre la mitigación de emergencias.

El CSN será «muy exigente» con la renovación de licencia de Ascó

Por otra parte, el Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear comenzará «pronto, este mes», a estudiar la solicitud de renovación de licencia de la central nuclear de Ascó (Tarragona) y en ese análisis se verá «todo, los INES I incluidos», según aseguró Gámir, al tiempo que anunció que los miembros del pleno van a ser, «más que nunca, muy exigentes».

El consejero del CSN señaló que el organismo regulador tiene hasta el 2 de septiembre para remitir un informe al Gobierno en el que se pronuncie favorablemente o no a dicha renovación, aunque la decisión final dependerá el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

«Si se renueva, será en las condiciones de seguridad adecuadas», aseguró, por su parte, Mellado.

Al mismo tiempo, pero de manera independiente, el CSN tiene también pendiente estudiar los diversos sucesos notificados por Ascó al organismo y que fueron calificados de nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Notificados. A este respecto, Gamir afirmó que si se estima que las faltas cometidas suponen una infracción legal, «se hará» la correspondiente sanción y Mellado añadió que cada vez que se detecta algún incumplimiento, se estudia si bien es de tipo «menor» o bien necesita una propuesta de sanción.

Asimismo, Mellado valoró que, al analizar los sucesos calificados como INES 1 registrados en la planta tarraconense en este año, vienen de «aflorar de prácticas o deficiencias que venían de antes» y que por eso el número de incidentes de Ascó ha crecido, debido al plan especial PROCURA al que está sometida la central desde la imposición de sanciones por la ocultación durante meses de la liberación de partículas radiactivas al exterior acaecida en 2007.

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