El CSN propone a Industria un expediente sancionador a la central de Ascó por «una infracción grave»
La infracción está cualificada por la pérdida de información, es decir, por no poder precisar la ubicación exacta de 230 fuentes radiactivas en desuso, no por el riesgo o por el peligro que se haya derivado del suceso.
La propuesta se basó en la aplicación de las previsiones del artículo 86, apartado b, punto tercero de la Ley sobre Energía Nuclear, que establece que «el incumplimiento de las obligaciones relativas a generación, archivo y custodia de los registros requeridos para el desarrollo de la actividad o para el control de materiales radiactivos, cuando dicho incumplimiento suponga pérdida de la información afectada».
Según informó el CSN, estas fuentes, cuya ubicación exacta no se podía precisar, «no son material nuclear» de acuerdo con el Real Decreto 1308/2011, de 26 de septiembre, sobre protección física de las instalaciones y los materiales nucleares y de las fuentes radiactivas.
Estos hechos se conocieron con motivo de su caracterización como «hallazgo blanco» en el Sistema Integrado de Supervisión de Centrales (SISC) en marzo de 2012 para Ascó I y Ascó II.
Durante una inspección rutinaria realizada a la central nuclear de Ascó los días 5 y 6 de julio de 2011, el organismo regulador detectó «irregularidades en el inventario de las fuentes encapsuladas fuera de uso» que se debían encontrar en la instalación, según el Plan de Gestión de Residuos Radiactivos en vigor.
Por este motivo, el CSN realizó una inspección específica sobre este asunto entre el 4 y el 5 de octubre de 2011, donde se detectaron deficiencias relevantes en la gestión y en el control de las fuentes radiactivas en desuso, lo que dio lugar al inicio de la propuesta de expediente sancionador.
En la actualidad, el titular está estableciendo acciones correctoras cuya implantación está siendo supervisada por el CSN. El regulador señaló que durante 2011 y 2012 se supervisaron los planes de gestión de residuos radiactivos de todas las centrales nucleares españolas y que no se detectaron situaciones de pérdida de trazabilidad en ninguna de ellas en relación con el control de fuentes radiactivas en desuso.
Si el Ministerio de Industria, Energía y Turismo decide imponer una sanción económica a la planta atómica, no sería la primera que Ascó tenga que pagar, ya que el 11 de mayo de 2009, este departamento, dirigido entonces por Miguel Sebastián, impuso una multa a esta central de 15,39 millones de euros por la fuga de partículas. Esta sanción rebajaba en casi 7 millones de euros la propuesta que el organismo regulador hizo al Gobierno en su momento.
En aquella ocasión, la multa se debió a cuatro infracciones graves en relación con la liberación de partículas radiactivas a finales de 2007 pero que no fueron notificadas hasta abril de 2008 y dos leves. Esta fue la multa más elevada impuesta hasta la fecha a una central nuclear en España.
Ascó ejecuta «acciones correctivas» para subsanar el problema
Por su parte, la Asociación Nuclear Ascó Vandellòs (Anav), titular de la central nuclear de Ascó, subrayó que está trabajando en las «acciones correctivas» necesarias para subsanar el problema de documentación con algunas fuentes radiactivas.
Fuentes de Anav recordaron que el suceso hace referencia al año 2011 y es fruto de una inspección en la que se detectó la «gestión inadecuada» de documentación.
«Ya entonces se establecieron acciones correctoras que son supervisadas por el CSN«, precisó la misma fuente, dada la imposibilidad de que se pudiera precisar entonces la ubicación exacta de 230 fuentes radiactivas en desuso.
El CSN advirtió en marzo que el titular de Ascó perdió la trazabilidad del paradero de unas 250 fuentes radiactivas y añadía que, según el inventario entregado, serían fuentes que habrían sido almacenadas en bidones, parte de los cuales se habrían enviado a la instalación de El Cabril, sin existir documentación que lo avalase.
Otras fuentes se habrían depositado en el interior de bidones que estarían todavía almacenados en el almacén temporal de residuos radiactivos (ATRS) de la central, junto con residuos de diversa naturaleza, constatando la inspección «discrepancias entre lo indicado en el inventario o transmitido verbalmente a la inspección, y lo indicado en la documentación de los bidones».
Además, señaló que en el caso de fuentes líquidas no se disponía de los controles de las eliminaciones realizadas con posterioridad al año 2005.
En cuanto al control de fuentes de alta actividad, añadía que no se disponía de las fichas de ocho fuentes que en el inventario del titular constan como de alta actividad, por lo que consideraba que el titular había incumplido el Manual de Protección Radiológica, el Manual de Garantía de Calidad, el procedimiento sobre el control de la eliminación de fuentes líquidas y el Real Decreto sobre fuentes de alta actividad y fuentes huérfanas.
«Al desconocer con precisión la situación y el estado de un número considerable de fuentes radiactivas en desuso, hay que estimar cuál sería la capacidad del titular para calcular las dosis que se podrían producir en un potencial caso de liberación inadvertida de material sólido contaminado y cuál sería el impacto en el público en el caso hipotético de una pérdida de control de materiales radiactivos fuera de las zonas en las que se pueden generar o almacenar», agregó.
En este sentido, consideró que el titular tendría degradada la capacidad de aportar datos fiables que permitieran determinar con la precisión necesaria la actividad que podría verse implicada en un hipotético caso como el mencionado y las circunstancias asociadas, así como que probablemente la mayoría de las fuentes se encontrarían en El Cabril, por lo que el hallazgo se categorizó como «blanco».
AMAC dice que la seguridad en Ascó no se vio comprometida
Asimismo, la Asociación de Municipios en Áreas con Centrales Nucleares (AMAC) manifestó tranquilidad ante el acuerdo del Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) por el que se va a proponer al Ministerio de Industria, Energía y Turismo que abra un procedimiento sancionador a la central nuclear de Ascó I y II por «infracción grave».
Así, fuentes de AMAC explicaron que conocieron la noticia en noviembre de 2012 y que entonces ya recibieron las explicaciones pertinentes por parte de la central tarraconense y del organismo regulador.
En este sentido, desde AMAC señalaron que entonces se les aclaró que más bien se trata de un error documental ya que las fuentes radiactivas estaban «donde debían». En todo caso, añadieron que «la seguridad no se vio comprometida».



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