El CSN impone a Garoña el cumplimiento de 15 requisitos técnicos para que siga abierta
La central nuclear de Santa MarÃa de Garoña (Burgos) tendrá que acometer una serie de reformas si quiere seguir abierta y si el Gobierno no decide antes su clausura al término de la actual licencia de explotación, el próximo 5 de julio.
Para ello, tendrá que cumplir quince requisitos técnicos impuestos por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) como condición indispensable para garantizar su buen funcionamiento más allá de los 40 años de vida útil, que la planta cumplirá en 2011, en caso de seguir operativa. En ese año y en 2013 deberÃa pasar sendas reválidas y demostrar que ha incorporado las mejoras requeridas por el organismo regulador.
El informe, aprobado por unanimidad por el pleno del CSN, es favorable a la prórroga de funcionamiento de la central por otros diez años, como habÃa solicitado Nuclenor, la empresa propietaria, en el año 2006.
«SÃ, puede decirse que es un dictamen (favorable) condicionado. Cualquier licencia lleva aparejada condiciones que permiten al CSN revocar o suspenderla en caso de incumplimiento», tanto en el caso de Garoña como cualquier otra central, subrayó Carmen MartÃnez Ten, presidenta del CSN.
Hoy por hoy, agregó la presidenta del CSN, «Garoña es tan segura como las centrales francesas, suecas o estadounidenses de su mismo diseño, que tienen permiso para 60 años», dijo MartÃnez Ten. La planta del valle de Tobalina es un reactor de agua ligera en ebullición, diseño de General Electric. Sus hermanas mayores, las estadounidenses Dresden 2, Monticello y Oyster Creek, han visto renovados su permisos para operar hasta los 60 años por el regulador estadounidense.
El pliego de condiciones técnicas del CSN queda ahora a expensas de lo que decida el Gobierno, al que corresponde la última palabra. MartÃnez Ten y los demás consejeros del CSN (Antonio Colino, Luis Gámir, Antoni Gurguà y Francisco Fernández) entregaron ayer su informe en mano al titular de Industria, Miguel Sebastián, aunque el documento se remitió el pasado viernes al Ministerio.
Industria tiene hasta el 5 de julio de plazo para pronunciarse, indultar Garoña o cerrarla, aunque nadie duda de que la decisión la tomará el propio José Luis RodrÃguez Zapatero, dada la división interna en el Ejecutivo sobre la cuestión nuclear, el debate social abierto y el precedente que puede sentar para alargar la vida útil a las demás plantas atómicas españolas.
En palabras de MartÃnez Ten, «a partir de ahora comienza el tiempo de la polÃtica». La presidenta negó injerencias o presiones por parte del Gobierno en la decisión del CSN, e insistió en que no se retrasó la difusión del documento para no interferir en la campaña electoral de las europeas, aunque los técnicos entregaron sus conclusiones hace casi dos semanas. «Con elecciones o sin elecciones habrÃamos trabajado igual», dijo MartÃnez Ten, a la defensiva.
Entre otras exigencias, el organismo público reclama a los responsables de la central que incorporen un sistema de tratamiento de gases radiactivos de reserva en caso de accidente, con separación fÃsica entre trenes de filtrado y paneles de control. Deberá estar operativo, previa autorización del Consejo, antes del arranque de la central posterior a la parada de recarga de combustible prevista para 2011.
En la siguiente recarga, dos años después, Garoña deberá mejorar el aislamiento de las penetraciones de la contención, duplicar los equipos y circuitos eléctricos, y perfeccionar la protección contra incendios en los elementos de seguridad. En caso de incumplimiento de los requisitos impuestos, tanto en 2011 como en 2013, el CSN podrá ordenar el cierre de la central.
MartÃnez Ten recalcó que se aplicará a Garoña la normativa de aplicación condicionada (NAC), un examen a la luz de las normas que rigen para las centrales más modernas, aunque estas prevenciones no estuvieran vigentes cuando la planta burgalesa fue diseñada, en los 60.
También se obliga a Garoña a disponer de planes de evaluación del envejecimiento, de gestión de residuos y de combustible gastado asà como de identificación de los sistemas importantes para la seguridad y sus procesos degradatorios. En su informe el Consejo no fija las inversiones para estas mejoras. «Las que sean necesarias, cuesten lo que cuesten», apuntó la presidenta.
Sobre la central alcarreña de Zorita, clausurada en 2006 a los 38 años de vida útil, MartÃnez Ten recordó que Zorita era un modelo único, un prototipo sin referentes técnicos en otras partes del mundo. Su clausura se decidió en 2003 por motivos de seguridad y con un acuerdo unánime en el Parlamento. «Zorita -recalcó- no habrÃa pasado esta evaluación».



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