El consumo de productos petrolíferos en 2009 fue el más bajo en los últimos años
Según el Boletín Estadístico de los Hidrocarburos que elabora la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES), la caída del consumo de los productos petrolíferos en 2009 fue más acusada que la contracción de la actividad económica.
Los productos más afectados en el último año fueron los querosenos, que experimentaron una disminución en el consumo del 8,8 por ciento respecto a 2008 debido al descenso del tráfico aéreo.
A pesar de ello, los datos de diciembre reflejan una bajada del consumo de este combustible del 3,2 por ciento, una caída muy inferior a la de los meses previos, lo que parece indicar un punto de inflexión en la tendencia general.
En lo que afecta a la automoción, el consumo de gasolina y de gasóleo retrocedió el 4,5 y el 5,1 por ciento, respectivamente, respecto a 2008.
Las estadísticas también muestran una evolución hacia una mayor demanda relativa de gasóleo, ya que la participación de la gasolina en el conjunto del consumo de los carburantes de automoción ha bajado 16 puntos en una década, desde el 36,2 por ciento que representaba en 1999 hasta el 20,2 por ciento del pasado año.
En 2009 el contenido medio de biocombustibles en las gasolinas en peso fue del 3,9 por ciento, mientras que el de los gasóleos fue del 4,3 por ciento.
A pesar de que el consumo de carburantes de automoción siguió cayendo, los precios experimentaron un notable incremento respecto al cierre de 2008, ya que en diciembre de 2009 la gasolina era un 22,3 por ciento más cara que un año antes y el gasóleo un 6,7 por ciento.
El consumo global de gasóleos (automoción, agrícola-pesca y calefacción) se situó el pasado año en 33.344 kilotoneladas, lo que implica un recorte del 5,7 por ciento. Dentro de este grupo de combustibles, el producto más afectado fue el gasóleo de calefacción, que disminuyó un 9,8 por ciento.
Por su parte, el consumo de gas natural bajó en 2009 un 10,2 por ciento, debido en gran parte a que la demanda de esta materia prima para generar electricidad cayó el 15,4 por ciento, en tanto que el consumo convencional sufrió un menor descenso, el 6,6 por ciento.


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