El Consejo de Ministros aprueba el Plan de Energías Renovables 2011-2020 y la Planificación Energética

El PER contempla que en 2020 haya en España 7.250 MW instalados de solar fotovoltaica, frente a los 3.787 MW al cierre de 2010; 4.800 MW de termoléctrica (632 MW en 2010); y 35.000 MW eólicos (20.744 MW al cierre del año pasado).

Junto a esto, introduce 750 MW de eólica marina, 100 MW de energía maremotriz, 50 MW de geotérmia, dobla el peso de la biomasa, hasta los 1.950 MW en 2020, y sitúa en 13.861 MW los objetivos para la hidroeléctrica.

Si se cumple lo previsto las renovables supondrán un 20,8 % del consumo energético de España en 2020, frente al 13,2 % de 2010, y se evitará la emisión de 171 millones de toneladas de CO2.

La electricidad de origen renovable crecerá un 30 % respecto a los datos actuales, las renovables para usos térmicos un 57 % y las relacionadas con el transporte un 125 %.

Se trata de un plan, dispuesto en la ley de Economía Sostenible, «para garantizar la seguridad» del suministro energético e impulsar la eficiencia y la recuperación económica a «corto plazo», según informó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros el ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, José Blanco.

El plan, que contempla 87 medidas, busca que en el 2020 «al menos el 20% del consumo de energía en España proceda de la fuentes renovables», según Blanco.

Con este plan, añadió el portavoz del Ejecutivo, se busca que «en el año 2020, la energía eólica sea la fuente renovable más importante y que en la segunda mitad de década se empiecen a incorporar energías como la geotermia o las energías del mar».

Blanco subrayó que este plan aportará un beneficio económico de 29.000 millones, por la «reducción de importación de combustibles fósiles» y, además, logrará la creación de 300.000 puestos de trabajo. En suma, recalcó, supondrá una contribución al PIB español del 33.600 millones de euros en los próximos 10 años.

Según Industria, los costes asociados al desarrollo del Plan, incluyendo las primas y el coste de los diferentes sistemas de apoyo, se cifra en 24.700 millones de euros.

Por su parte, los beneficios directos y cuantificables, que se estiman en 29.000 millones de euros, incluyen las menores necesidades de importación de combustibles fósiles y las menores emisiones de CO2 a la atmósfera. El PER incluye dos novedades sustanciales respecto a los borradores conocidos: un sistema de apoyo al calor renovable para aplicaciones térmicas y un mecanismo para potenciar el autoconsumo eléctrico procedente de fuentes renovables.

Así, de las 87 medidas del PER, el Departamento que dirige Miguel Sebastián destaca el «Sistema de Incentivos al Calor Renovable (Icaren) para aplicaciones térmicas de las energías renovables», de apoyo directo a la producción, incompatible con la percepción de ayudas a la inversión y específico para proyectos desarrollados a través de Empresas de Servicios Energéticos (ESEs). Es decir, deberá existir un productor que realice una actividad económica consistente en transmitir energía a un consumidor.

Respecto al mecanismo de autoconsumo, se trata de un sistema de compensación de saldos de energía que permite a un consumidor que produce parte de su consumo de electricidad que lo utilice como almacén. Este sistema está diseñado para las energías renovables no gestionables (solar o eólica), ya que evita que los sistemas de acumulación de electricidad estén en el propia instalación.

– Planificación energética

El Ejecutivo también dio hoy luz verde a la Planificación Energética Indicativa, que tiene tres objetivos: preservar la calidad medioambiental, apoyar el desarrollo de las energías renovables y acelerar el ahorro y la eficiencia energética.

Este documento estima un consumo de energía final en España al término del período de valores sólo ligeramente superiores a los actuales, calculados en 102.220 (ktep), con una estructura en la que destaca el aumento del peso de la electricidad, del gas y de las renovables de uso final, que se compensan con el fuerte descenso del consumo de productos petrolíferos.

Respecto a la Planificación Energética Indicativa para 2020 (documento no vinculante que estima la demanda de energía o el peso de cada fuente), el Ministerio de Industria prevé reducir las importaciones de energías fósiles (carbón, gas y petróleo) hasta el 70,9 %, mejorar el grado de autoabastecimiento más de seis puntos el de la intensidad energética en una media del 2 % anual.

Para 2020, el petróleo aportará el 36 % en el mix energético, el gas natural el 27 %, la nuclear el 10 %, la eólica, solar y geotérmica el 10 %, la biomasa y residuos el 8 %, el carbón el 7 % y la hidráulica el 2 %.

Según estima Industria, la mayor participación de las renovables y menores consumos de combustibles fósiles favorecerá a la reducción de las emisiones de CO2 en la próxima década, en particular en los procesos de generación de electricidad, que irán siendo cada vez más sostenibles y más limpios, de forma que en 2020 se emitirá un 11,8% menos por cada kilovatio/hora producido.

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