El Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Energía se ensaña con la retribución a la distribución
El Consejo Consultivo de la CNE venía precedido por una fuerte marejada en lo que se refiere a la retribución de la distribución que, sobre todo en el caso eléctrico, ha sufrido un rejón de 200 millones de euros en la liquidación definitiva de 2009 (una vez aprobadas, también por la CNE, las cifras para 2010), tras un informe que ha dejado descolocado al sector, llevándose las manos a la cabeza dado que, en gran medida, no reconoce las inversiones realizadas en distribución. De hecho, se considera que este proceso de lacerado de la Comisión Nacional de Energía ha estado dirigido por los sectores más retroprogresivos del organismo.
Según las informaciones que hemos podido contrastar de varias empresas y de alguna Comunidad Autónoma, podemos construir un relato de lo que ha sido este Consejo Consultivo, con sus dos elementos argumentales: la evolución prevista de las primeras tarifas de 2010 y, el componente maldito, la retribución de la distribución, cuyo boomerang, y no sin escándalo, volvió a la CNE a través de esta vía: el consejo Consultivo de la Electricidad, con presencia de las Comunidades Autónomas, representantes de empresas, consumidores y organizaciones ecologistas. Entre las ausencias más significativas de las Comunidades Autónomas, Aragón, La Rioja, Comunidad Valenciana Baleares y Murcia. Estuvieron presentes por primera vez Pedro Mejía, nuevo presidente de OMEL y los representantes de Euskadi y Castilla-la Mancha.
Por tanto, ayer se produjeron en esta sesión sendos debates, uno sobre si la subida de tarifas prevista para el año 2010 es alta o baja. Incluso parecía que el cuestionamiento era, en algún caso, si es adecuada u oportuna, circunscrita a la evolución de la crisis internacional. Y, el segundo debate, tenía que ver con la utilización del Modelo de Referencia de Red, tras la aprobación por parte de la CNE de la retribución definitiva de la distribución en 2009 y la propuesta para 2010, a partir de este instrumento (modelo juan palomo-yo me lo guiso, yo me lo como, es decir, sin contar con las empresas) con evidente revuelo en todo el sector dados los anómalos resultados que ha ofrecido. Y, el problema, además del procedimiento (el fuero, un modelo matemático con determinados elementos de discrecionalidad) está en el huevo (arriesga, sin necesidad, la realización de inversiones en la actividad de distribución).
Energía barata para la industria
En primer lugar, en torno al primer debate, el de las tarifas eléctricas y su elevación, los representantes de Euskadi, Catalunya, Galicia, Andalucía y Asturias participaron en su exposición de una consideración de que la subida de tarifas prevista era alta. Del discurso industrialista y contextualizado en la crisis económica internacional del representante vasco, se sugería la idea de que la política energética debe ser sumisa de la política industrial. Sucintamente, y de forma elíptica, se venía a pedir que el déficit tarifario no se absorbiese en el calendario previsto, dado que la subida de precios de la energía (ocasionada por la no traslación de precios, herencia de nuestras clases dirigentes desde el franquismo) tendría efectos sobre la industria y la competitividad. Por su parte, el representante catalán, se postuló en la misma línea, y señaló que no deberían haberse determinado las tarifas hasta conocer los precios de las subastas que se celebrarán hoy(es decir, el planteamiento era volver a hacer que la tarifa no fuere aditiva, sino que se calculase al revés).
Esta posición fue rebatida formalmente por la representante de Castilla-La Mancha, quien realizó, desde un análisis económico ortodoxo y solvente, un alegato a favor de que los precios de la energía fuesen los reales y defendió la posición del Gobierno y del Ministerio de Industria de haber abordado el problema del déficit tarifario con un calendario para su extensión. La calificó de valiente.
Los resultados del Modelo de Red de Referencia de la CNE sobre retribución de la distribución enervan a las Comunidades Autonómas
Acerca de la retribución de la distribución y el problema planteado por el Modelo de Red de Referencia elaborado por la Comisión Nacional de Energía hubo consenso entre los representantes de las Comunidades Autónomas. Sobre todo porque son las Comunidades Autónomas las que tienen que aprobar los Planes de Inversión en Distribución y si, con posterioridad, las inversiones no son reconocidas, o son calificadas por la CNE de ineficientes, se quedarían sin la correspondiente retribución (el modelo otorga la discrecionalidad al organismo que preside Maite Costa para que en aplicación del modelo califique las inversiones de eficientes/ineficientes y así se retribuyan o no), el fantasma de la inseguridad jurídica estaría agitando de nuevo las sábanas.
Algo que finalmente redundará en el deterioro de la calidad del servicio y en la confianza para que las empresas realicen sus inversiones. Y, ese temor, lo han empezado a ver las Comunidades Autónomas que han tomado decisiones y acuerdos de planes plurianuales de los cuales la CNE se desentiende. En suma, las empresas ven autorizados unos procesos de inversión en distribución por parte de las CC.AA. y sus planes plurianuales (quizá la actividad del sector eléctrico más abandonada por sus sistemas retributivos demorados durante mucho tiempo) y la CNE, al final, dictamina que esas inversiones no cuentan y, por tanto, no se retribuyen. En suma ese es el problema que ha determinado que se produzca esa bajada en el modelo retributivo.
La distribución como Cenicienta del sector eléctrico
Alrededor de esta cuestión, las intervenciones de las Comunidades Autónomas fueron en un sentido único. Todas coincidieron en que la virtualidad del Modelo de Red de Referencia (modelo elaborado por la CNE) no podía ser la que se había dado, es decir, su conversión en un modelo determinista o determinador de la retribución (la calculadora de la CNE), además de haberse hecho a espaldas de las propias empresas y Comunidades Autónomas. Mientras que el representante de Castilla y León señaló que es difícil que se pueda calificar a un proceso de inversión en distribución como ineficiente en España, por ejemplo, el representante de la Comunidad Foral de Navarra fue más duro asegurando que «la distribución volverá a ser la Cenicienta del sector eléctrico». Por su parte, desde la Comunidad de Madrid se señaló cómo se podía aplicar este Modelo sin contar con el desarrollo de los P.O. de distribución.
Más de un 40 % de inversiones no retribuidas
Por su parte, las empresas de distribución señalaron cómo «la retribución es un 40 % inferior a lo que se corresponden las cifras de inversión ya ejecutadas», contando con el retraso histórico en la retribución de esta actividad. Del mismo modo, desde UNESA se apuntaba que “en ningún país del mundo se pone en cuestión la inversión”. Salvo aquí, claro.


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