El comité de empresa aumenta su «esperanza» de que Garoña siga en funcionamiento hasta 2019
Empresa y representantes de los trabajadores mantendrán una nueva reunión la semana que viene en la que los responsables de finanzas esperan tener los «detalles» que faltan para evaluar ingresos y gastos en caso de prórroga.
Aunque Nuclenor cuenta desde el pasado vienes con más información sobre las tasas que pagaría la central nuclear en caso de operar más allá de 2013, que sigue siendo la fecha de cierre prevista, el presidente del comité de empresa ha explicado que aún es necesario conocer la evolución prevista del precio de la electricidad que produce la planta y la tasa con que se gravará el almacenamiento de residuos.
Según les ha informado la empresa, debe ser la Empresa Nacional de Residuos (ENRESA) la que concrete cuánto se deberá pagar por esa tasa.
Al término de la reunión, Alberto César González ha señalado que la «fecha clave» para saber el futuro de Garoña puede ser el 4 de octubre, porque ese día finaliza el plazo para presentar un recurso de reposición ante el Ministerio de Industria que podría permitir ampliar el plazo para solicitar la prórroga, que finalizó el 5 de septiembre, hasta el 5 de noviembre.
Llamazares pregunta en el Congreso sobre la postura del Gobierno y las medidas para reactivar la comarca tras el cierre de Garoña
El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares ha presentado una pregunta en el Congreso de los Diputados sobre la posición que mantiene en torno a la prórroga de la central nuclear de Garoña (Burgos) y las medidas que piensa adoptar el Gobierno para la reactivación de la comarca en los próximos presupuestos.
En concreto, Llamazares pregunta al Gobierno si mantiene su posición favorable a la prórroga de la central después de las denuncias de agrietamiento generalizado en otros de su generación por parte del organismo nuclear belga.
Por otro lado, ante el «desistimiento» de Nuclenor y la decisión del Consejo Seguridad Nuclear (CSN) de cierre de Garoña en la fecha prevista de julio de 2013, el diputado de IU pregunta al Gobierno qué medidas piensa adoptar para la reactivación del entorno de la central en los Presupuestos Generales del Estado para 2013 y siguientes ejercicios.
Asimismo, Llamazares pide información sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para el resto del parque nuclear, la garantía de seguridad y el plan de cierre.
A lo largo de su pregunta hace referencia al informe ‘World nuclear industry status report 2010-2011’, en el que se recoge que la vida media de los 437 reactores nucleares en funcionamiento es de 26 años y la de los 130 reactores fuera de servicio fue de 22 años, «es decir, menos de la mitad de lo que pretende la industria nuclear» y, según añade Llamazares, no hay ningún reactor comercial en el mundo que haya operado más de 43 años.
En lo que respecta a Garoña, el diputado indica que su reactor nuclear de primera generación es «todo un ejemplo de deficiencias en su diseño y proceso de fabricación».
Así, explica que sin llegar a la recomendación reciente del organismo nuclear belga de inspeccionar minuciosamente elementos básicos de su integridad estructural por posible agrietamiento generalizado, «lo cual es imprescindible», ya desde 1981, «sólo diez años de su puesta en marcha», se produjeron agrietamientos generalizados.
En esta línea, recuerda que según un informe del Consejo de Seguridad Nuclear a la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, en diciembre de 2004, esas penetraciones padecían «agrietamientos por corrosión bajo tensiones» debido a un deficiente proceso de fabricación. «Hoy, en los informes bianuales del CSN, se observa que esos agrietamientos siguen progresando de manera continuada», añade.
Por lo que se refiere a la contención primaria del reactor de Garoña, denominada Mark1, cuyo objetivo es, en caso de accidente, formar una barrera entre el reactor y el medio ambiente, «en Fukushima se ha demostrado ineficiente», ha explicado Llamazares, quien ha añadido que se corrobora la opinión previa de muchos técnicos nucleares».
Además, el diputado de IU indica en su pregunta escrita que la refrigeración del reactor nuclear de Garoña crea una grave contaminación térmica en el Ebro y se han detectado diferentes temperaturas de la zona de dispersión térmica superiores a 15 grados, «superando en mucho el límite fijado por el Ministerio de Medio Ambiente». Finalmente, recuerda que después de Fukushima, las autoridades públicas alemanas, «en un gesto de responsabilidad», ordenaron la paralización inmediata de todos los reactores que superaran los 30 años de funcionamiento.



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