El CO2 equivalente del planeta debe ser neutro entre 2055 y 2070 para vencer al cambio climático
Así se desprende del Informe de la brecha de emisiones 2014, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), desarrollado por 30 científicos de 14 países. De esta forma, se mantendría en jaque la cantidad máxima de dióxido de carbono (CO2) que se puede emitir a la atmósfera, hasta el punto de que las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2, metano, óxido de nitrógeno y clorofuorocarbonos) deben reducirse a cero entre 2080 y 2100.
Desde 1990, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero aumentaron en más del 45%. El informe presentado apunta que superar las 1.000 gigatoneladas de CO2 equivalente (suma de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero) podría aumentar «el riesgo de graves, penetrantes y, en algunos casos, irreversibles impactos del cambio climático». El Pnuma sugiere que debería producirse un pico de emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos 10 años, una reducción a la mitad a mediados de siglo, la neutralidad de carbono entre 2055 y 2070, y la emisión cero de CO2 equivalente en 2100.
«Un aumento de la temperatura global es proporcional a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente de CO2. Tomar medidas ahora supondría reducir la necesidad de acciones más extremas en el futuro», explicó Achim Steiner, subsecretario general de la ONU y director ejecutivo del Pnuma. Steiner indicó que «en un escenario como el actual, en el que se avanzó poco en la aplicación de políticas mundiales sobre el clima, las emisiones mundiales de efecto invernadero podrían aumentar mucho más allá de lo considerado aún como seguro».
Por su parte, Andrew Steer, presidente del Instituto de Recursos Mundiales, destacó que «la negociación de un acuerdo climático global no debe basarse en emociones o caprichos políticos, sino que debe ser impulsada por la ciencia y los hechos». «Desafortunadamente, el mundo no está yendo actualmente en la dirección correcta. Pero, con crecientes impulsos para una acción global, tenemos la oportunidad de cerrar la brecha de emisiones y mantenernos dentro de los límites de lo que la ciencia marca como necesario para evitar los peores impactos del cambio climático», manifestó.




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