El BEI concede un crédito a Petronor por 300 millones para construir la URF
El presidente de Petronor, Josu Jon Imaz, el vicepresidente del BEI, Carlos Da Silva, y el director general de «downstream» de Repsol, Pedro Fernández Frial, han firmado en la refinería de Muskiz (Vizcaya) el crédito citado por un período de diez años -con un interés variable ligado al euribor y garantía de Repsol-.
Imaz ha valorado la actuación del banco europeo por lo que supone de «aval» y «reconocimiento» al proyecto citado, cuyas obras de construcción se iniciaron el pasado 16 de marzo con la previsión de que concluyan en mayo de 2011.
Según fuentes de Petronor, el BEI financia principalmente proyectos con una importante incidencia en el desarrollo regional y que sean sostenibles en materia medioambiental.
El vicepresidente del BEI ha destacado que se trata de un proyecto que implica «un mejor impacto» en el medio ambiente y supone una inversión «necesaria», con un contenido «en trabajo muy intenso», lo que resulta «muy interesante» para los responsables de la entidad que representa.
Da Silva ha destacado, asimismo, la «importancia» de que en un momento económico como el actual haya empresas que efectúen inversiones ya que ello contribuye «al incremento de la demanda».
Ha valorado, igualmente, que se trate de un proyecto dirigido a lograr un mejor aprovechamiento de la materia prima para lograr «un producto de más calidad».
Imaz ha explicado que, además del crédito suscrito con el BEI por 300 millones y la «previsible» incorporación de otros 100 millones procedentes de la entidad en un futuro, Petronor aportará a la financiación del proyecto más de 100 millones de euros de recursos propios.
El resto del presupuesto lo financian Repsol y BBK con créditos a largo plazo en un porcentaje correspondiente a su participación en el accionariado de Petronor, según ha explicado Imaz, quien ha adelantado que de la inversión proyectada, están adjudicados aproximadamente 450 millones de euros hasta la fecha.
Imaz ha considerado que se trata de una inversión «anticíclica», que «puede contribuir a erradicar los porcentajes de paro» en la zona en la que se desarrolla.
Ha afirmado también que, en materia medioambiental, el proyecto «contribuye a mejorar positivamente los ratios medioambientales» -por la reducción de emisiones de óxido de azufre que supone-, por lo que, ante la oposición vecinal que ha suscitado su construcción, ha apostado por «seguir explicando» a la sociedad las características de la planta de URF.



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