El alcalde de Vitoria (PP) traslada a Soria su rechazo, y el de la «mayoría de los vitorianos», a la reapertura de la central de Santa María de Garoña
Maroto, en declaraciones tras comparecer en el Parlamento vasco ante la Ponencia para el estudio de las competencias de las administraciones públicas que actúan en la Comunidad Autónoma Vasca, reiteró que no respalda la posible reapertura de Garoña y subrayó que, aunque su postura no coincida con las ideas de su partido, «sí coincide con la posición mayoritaria de Vitoria» y va a seguir defendiéndola.
El primer edil recordó que este pasado martes coincidió con el ministro Soria, en la presentación del nuevo monovolumen que se fabrica en la planta de Mercedes-Benz de Vitoria y le volvió a manifestar, con la presencia de la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, su disconformidad con la reapertura de Garoña. «Mi posición es reiterada y diferente a la posición oficial, pero es la mayoritaria en Vitoria y no voy a cambiarla».
El alcalde explicó que el ministro le recordó los datos sobre déficit energético y las reformas que debe hacer el Estado para defender la postura del Gobierno de Rajoy a la hora de defender la apertura de la central.
«En el ámbito de Garoña se han dado muchas veces explicaciones para cerrarla y, después, explicaciones para reabrirla, lo que ha generado incertidumbres entre los ciudadanos que yo comparto», ha subrayado.
Además, subrayó que le trasladó su postura personalmente al ministro y defendió que, como alcalde, su «obligación» es manifestar al Gobierno el «malestar» de la ciudadanía vitoriana.
Ante la posibilidad de que esta postura discrepante le vaya a suponer un «desgaste» en su propio partido, Maroto dijo que prefiere «el desgaste político por tener que tomar una decisión no compartida en el partido», que el desgaste de su «manera de pensar» y de sus «convicciones», y «no poder dormir tranquilo todos los días». «Prefiero el desgaste político al desgaste de mis convicciones y en mi partido lo saben», zanjó.
CCOO «se niega» a que se anteponga la rentabilidad de la central
Por su parte, la organización Comisiones Obreras de Industria «se niega a aceptar, ni sindical ni socialmente», la posibilidad de que se pueda anteponer la rentabilidad económica de las centrales nucleares a la seguridad de las personas y del medioambiente.
A juicio del sindicato, alargar la vida útil de las centrales debería estar condicionada a la seguridad, las inversiones, a plantillas estables y bien dimensionadas y al traspaso de conocimiento.
En este contexto, consideró que el anuncio realizado por Endesa en la línea de pedir alargar la vida de las plantas atómicas es «sorprendente» ya que el mismo día se anunció que el personal de los reactores que son propiedad de Endesa (Ascó y Vandellós) estaban en huelga «al negarse la empresa a garantizar la estabilidad del empleo» y a cumplir con el Plan Procura, que le permitió mantener la actividad hace unos años.
Por eso, CCOO anunció que mantendrá «hasta las últimas consecuencias» la lucha que ha emprendido en las contratas de Trillo y Almaraz para evitar el «progresivo deterioro de las condiciones laborales de las plantillas» y que «dará la batalla» en el conflicto de Ascó y Vandellós para garantizar una energía nuclear segura y sostenible.
En cuanto a la posibilidad de extender la actividad de las plantas estimó que sólo sería posible si se realizan las inversiones materiales y humanas necesarias y si se controla de forma continuada el funcionamiento de las plantas.



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