E.On Ruhrgas se une al proyecto del gasoducto para conectar el Caspio e Italia
E.On Ruhrgas tendrá una participación del 15 por ciento, frente al 42,5 por ciento que tiene cada uno de los otros dos socios del consorcio, la compañía gasística noruega Statoil y la sueca EGL.
Representantes de Statoil y EGL aseguraron de que la llegada de E.On Ruhrgas al proyecto, puesto en marcha en 2008, supone un importante paso adelante en la materialización del gasoducto, que ya se encuentra técnicamente muy avanzado, según el consorcio.
Consideran el conocimiento y la experiencia que posee la alemana en el desarrollo de proyectos facilitará el avance de «TAP», al que no descartan que puedan unirse nuevos socios en el futuro.
«El paso de hoy reforzará aún más el proyecto TAP y su capacidad para competir por volúmenes de gas para transportarlos desde la región del Caspio a Europa», indicó el vicepresidente ejecutivo de Statoil, Rune Bjornson.
El presidente de EGL, Hans Schulz, destacó que tras la firma del acuerdo con E.On Ruhrgas el proyecto incluye a compañías con «capacidades complementarias».
Desde E.On Ruhrgas, uno de los miembros de su junta directiva, Jochen Weise, hizo hincapié en la importante contribución que este gasoducto supondrá para reforzar la seguridad de suministro en Europa, en especial para los países del sur y del sureste europeo.
Preguntado por el apoyo que recibe de la Unión Europea, el director del proyecto, Kjetil Tungland, señaló que las compañías que participan en TAP son lo suficientemente sólidas como para sacar el gasoducto adelante por sí mismas, por lo que no dependen de la financiación comunitaria.
No obstante, si deseó que la Unión Europea muestre su «apoyo político» y asegure un trato equitativo con respecto al que reciben otros proyectos como el gasoducto Nabucco diseñado para traer a Europa gas del Caspio sin pasar por Rusia, a través de Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria.
TAP cubrirá un tramo de 520 kilómetros que comenzará en Grecia, cerca de Tesalónica, cruzará Albania y el mar Adriático y concluirá en Italia, en las proximidades de Brindisi, lo que permitirá traer gas de la región del Caspio hacia el mercado europeo.


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