De la responsabilidad política a la urgencia electoral

La propuesta de revisión de tarifas que el Ministerio de Industria a través de la Secretaria General de Energía ha remitido a la Comisión Nacional de Energía (CNE), incorpora en su prefacio una declaración de ‘responsabilidad política’, que es la que motiva o justifica que no se produzca la subida de tarifas. La palabra responsabilidad es un hecho que se refiere siempre respecto de algo o de alguien. Decimos que tenemos responsabilidad en una situación, cuando en la misma de nuestra actuación o de nuestras decisiones, tenemos unas obligaciones que tienen consecuencias sobre los demás.

Con el fin de intentar escudriñar con respecto a quién o a qué tienen “responsabilidad política” los actuales titulares del Ministerio y de la Secretaria de Estado (no llamaremos ‘responsables’ a los mismos hasta el final de este artículo, si se demostrase que así lo fueran), trataremos de hacer una enumeración de todos los sujetos y fenómenos referidos a la energía que podrían atribuirse consecuencias, en función de esa ‘responsabilidad’.

Por eso, en primer lugar, y aunque aparentemente puede parecer que desde el Ministerio de Industria se es ‘responsable’ con los consumidores, dado que no van a percibir precios más altos de la energía. Esto, en realidad es un argumento falaz. Los consumidores, van a ser seducidos por un ejercicio de prestidigitación numérica, dado que el déficit tarifario que se produzca, lo pagarán en el futuro en pequeñas ‘dosis’ y, con sus intereses y todo. Por tanto, si existirán consecuencias para ellos, fruto de esta medida.

En este sentido, en días pasados, el Ministro Clos decía que el déficit del ejercicio se situaría en 1.600 millones de euros (1.616 según la CNE y eso si el petróleo no se descontrola. Teniendo en cuenta los 1.500 ya estaban previstos en el asombroso ‘déficit ex ante’, la ‘torna de la torna’ de la invención financiera energética española, quedarían aún 116 millones por liquidar). El problema es que ahora el crudo se ha vuelto a descontrolar, por ejemplo. Todo ello, con un año de extraordinaria hidraulicidad y con temperaturas asombrosamente suaves. Evidentemente, esta afirmación del Ministro, se trata de una manifestación de deseo, lo que no quiere decir que sea un ejercicio de responsabilidad (política o de otro tipo), por definición.

No parece, tampoco, que sean responsables de hacer coherentes las expresiones voluntaristas y buenos deseos de las políticas de eficiencia energética, con la realidad y mensajes que trasladan estas actuaciones regulatorias. En primer lugar, porque tampoco existen excesivas motivaciones para ser eficientes: si las tarifas no reflejan los costes, qué motivo hay para usar mejor la energía. Parece un razonamiento simple, pero coherente con los incentivos que se transmiten a los agentes económicos. En consecuencia, toda la parafernalia del Consejo de Ministros del mes del mes de julio son papel mojado y ejercicios de retórica bienintencionada. Desde las Estrategias para el Cambio Climático, a la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética, pasando por la Estrategia de Sostenibilidad.

Tampoco parece que sean excesivamente responsables con el funcionamiento del mercado y con los compromisos electorales en materia de liberalización del mismo. Si los costes del sistema están por encima de la tarifa, ¿cómo puede existir margen para que exista comercialización, nuevos operadores y, por ende, competencia?. En consecuencia, con quién no resultan nunca responsables es con el sector comercializador, aunque esta cuestión la trataremos de manera específica.

Del mismo modo, parece poco responsable, a la vez que imposible que se hiciera un viraje como en julio: estabilidad para consumidores domésticos, elevación de tarifas para consumidores empresariales.

Veremos con quién si son responsables. Son responsables con respecto al Palacio de la Moncloa y la Oficina Económica del Presidente y coherentes (aunque no responsables, que es diferente) con respecto a la medida tomada por el Gobierno en la revisión del mes de julio de congelar las tarifas. En este caso, sería irresponsable por parte del Ministro Clos y del Secretario General de Energía, Ignasi Nieto, exponerse a otro ‘escarnio’ público, sin necesidad. Lo responsable es tomarle la medida a la superioridad, lo doctrinario es pensar que lo que dice siempre está bien.

Vean a Pedro Solbes, que bastante tiene con intentar frenar la avalancha de ‘medidas sociales’ de los Ministros en fase de hacer méritos, para enredarse en opinar sobre el estancamiento de las tarifas eléctricas que seguirán alimentando la factura futura de los españoles en sus recibos. Sabe que opinar no sería irresponsable, pero si estéril.

Igualmente, son responsables de cumplir las consignas de partido para dulcificar el camino hacia las elecciones, sobre todo en la medida que las distancias entre las fuerzas políticas del arco parlamentario, siguen aventurando una ‘foto finish’. Y todo ello con una gestión poco pacífica y muy controvertida. No será responsable, pero parece ser que es lo único posible.

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