Crónica imaginaria del almuerzo real entre Costa y Lafuente

Restaurante Balzac, detrás de la Iglesia de los Jerónimos y del Casón del Buen Retiro. Ambiente relajado. La mezcla de decoración clásica y moderna, un acierto, junto con su capacidad de hacer reservados para almuerzos y cenas de manera discreta para la clase dirigente de Madrid. Restaurante asiduo del poder político y empresarial. El servicio exquisito acaba conociendo los nombres de los comensales, con esa rara educación tan en desuso. Hasta aquí la noticia, completamente real, de la comida del pasado martes entre la presidenta actual de la CNE, Maite Costa y Alberto Lafuente, candidato oficial del Ministerio de Industria a sucederle. Presente y futuro sentados en una misma mesa.

Y a partir de aquí viene la fabulación de la conversación entre los dos, en modo «vida alternativa»… Se sientan a la mesa y Costa, muy atenta, saluda a Lafuente… «Qué suerte tienes, tú te llevas bien con Miguel Sebastián». Lafuente hace un gesto leve de aceptación y, casi a modo de justificación y eludiendo la insinuación, contesta diciendo: «bueno, tú ya sabes que trabajé como Secretario General de Energía y el sector me lo conozco».

Costa se interesa especialmente por el proceso y por la comparecencia de Lafuente. «¿Y cómo va lo tuyo? ¿Se complica con la propuesta de los otros cuatro candidatos? ¿Cómo está la postura del PP? ¿Tú crees que al final entra?» Con un cierto gesto de renunciación forzada, la presidenta en funciones de la CNE trata de transmitir confianza a Lafuente «Espero que te dejen un Consejo más tranquilo…, porque en algunos momentos estos se me han puesto rebeldes».

Maite Costa vuelve al calendario…»¿Tú crees que esto se va a septiembre y se mete en el paquete con lo del Tribunal Constitucional?». Y, a renglón seguido, añade, «la verdad es que a mí me vendría de perlas que me dejaras hasta septiembre. Tú, además, mientras tanto sigues en Correos y tan bien… ¿no?» Lafuente hace un gesto de cierta impotencia para resaltar que es algo que no depende de él.

Costa le pregunta si está al día de las diatribas del sector. «¿Qué te parece el follón que tenemos en de Red Eléctrica con lo de la separación jurídica? La que hay montada. ¿Te ha dicho algo Atienza? Todo el mundo sabe que fuma en pipa, pero nosotros aquí hicimos un buen papel».

Al final, hay un punto en el que se une interés y curiosidad. «Oye, ¿es verdad que Sebastián quiere que Gandolfi sea consejera? La verdad es que yo no me llevaba mal con su marido cuando era Secretario de Estado».

Al final, Lafuente se ofrece a mejorar la comunicación de la CNE con Industria. «¿Qué tal os llegan las cartas del Ministerio?». Costa, tras estos años, ve en ese ofrecimiento un cierto signo de solidaridad. «Me dejas muerta», concluye.

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