CCOO señala que existe una importante falta de información y transparencia en el mercado eléctrico
El precio de la electricidad es clave para la competitividad de las empresas de un país. Esa fue la conclusión más firme y más repetida el pasado martes durante las jornadas celebradas por la Asociación de Empresas de Gran consumo de Energía, AEGE, en Madrid.
En España nos encontramos precisamente en medio de un proceso de formación de precios, con la perspectiva de que en julio de 2008, a prácticamente sólo seis meses vista, desaparezcan las tarifas industriales, lo que supondrá un importante aumento de precio de un bien que supone un alto porcentaje de los costes totales para el sector, llegando en ocasiones al 50%.
En un contexto más amplio, la Unión Europea está promoviendo un proceso liberalizador de los mercados eléctricos, pero varios de los ponentes coincidieron en que este proceso liberalizador está resultando más complejo de lo que en un principio se preveía. Esta mayor complejidad se deriva de unas políticas nacionales distintas, más derivadas de las distintas situaciones políticas que de cuestiones puramente tecnológicas.
El vicepresidente de AEGE, Javier Penacho, mostró su preocupación por la necesidad de mantener la competitividad de las empresas en este contexto. Y al igual que ha explicado en otras ocasiones, señaló el martes que es necesaria una competencia real, y no teórica, que permita obtener unos precios competitivos por la electricidad. “Los mercados de materias primas están globalizados y los precios no se forman en España; las empresas pueden comprar las materias primas donde les plazca. Sin embargo, la electricidad sólo la podemos comprar en España, y la competencia real la provoca el cliente comprando donde le interesa”.
En este sentido, Penacho recalcó la necesidad, entre otras medidas para fomentar una competencia efectiva, de un grado realista de interconexión con Europa, ya que por el momento sólo existe una verdadera interconexión con Portugal, y con Francia hace 10 años que no se incrementa.
La competitividad del mercado eléctrico fue un tema central durante la jornada de AEGE sobre la liberalización energética, la seguridad de suministro y la competitividad de la industria española. El secretario general de Industria, Joan Trullén, señaló que Industria “entiende la necesidad de buscar que el modelo de formación de precios se acerque lo máximo posible a un modelo competitivo de mercado”, y recordó que este Gobierno “está caracterizado por la obsesión de mantener la productividad agregada de nuestra economía”, añadiendo que el esfuerzo que ha hecho en mejorar la tasa de I+D+i ha sido mayor que los registrados hasta el momento.
El papel de FORTIA -la central de compras constituida recientemente por los miembros de AEGE, que ha nacido con vocación de ser la comercializadora de las grandes consumidoras de energía- fue destacado también en la jornada como un elemento de mejora de la competitividad de estas grandes empresas. El presidente de FORTIA, Juan Estarellas, explicó que la central de compras se ha creado “para adaptarnos a la desaparición de las tarifas eléctricas de alta intensidad, que en los últimos años ha crecido más de un 139% mientras que otras tarifas apenas han cambiado -en términos corrientes, las tarifas domésticas permanecen estables-“. Estarellas destacó que FORTIA representa a 103 plantas en toda España, con una facturación total de 17.000 millones de euros y 47.000 empleos. En cuanto a la importancia eléctrica de estas industrias, representan el 18% de todo el consumo eléctrico industrial, y el 10% del nacional.
Javier Penacho señaló que, en un contexto en el que el “Estado protector” desaparece, como la desaparición de la tarifa, el sector tiene que buscar soluciones, y una de ellas es precisamente esta central de compras. Al representar al sector en conjunto, FORTIA actúa con una sola voz, aunando los intereses de una gran industria, y permite la asunción de compromisos por parte de la industria de un modo conjunto, lo que otorga a las empresas un mayor poder negociador a la hora de obtener mejores precios.
El segundo pilar de esa búsqueda de soluciones, explicó Penacho, es la contribución de las empresas a la gestión de la demanda, más conocido como servicio de interrumpibilidad. Un concepto que, a cambio de que las empresas estén dispuestas a renunciar a su energía eléctrica en momentos concretos de puntas de demanda, les permite obtener unos precios eléctricos rebajados entre un 20 y un 50%. Pero este servicio, según Penacho, “puede afectar a nuestra producción y a nuestros resultados, en definitiva, a nuestra competitividad. Aunque tengamos una interrumpibilidad de 240 horas de forma directa, en términos reales, por lo que supone la conexión y desconexión de los sistemas, este tiempo se triplica”.
Máximo Blanco, adjunto a la Secretaría de Acción Sindical y Políticas Sectoriales de CCOO, explicó que, a pesar de la defensa de la competitividad que Trullén señaló que persigue el Gobierno, es necesario hacer una serie de cambios importantes para mejorar la competitividad, y señaló que “los esfuerzos tecnológicos realizados son escasos, y el comportamiento de los mercados energéticos es ineficiente, lo que incide directamente en la competitividad. Ello explica, en parte, la escasa implantación internacional de gran parte de las empresas de nuestro país”.
Para Blanco, existe una importante falta de transparencia e información en el mercado eléctrico, que ha sido incapaz de asegurar la estabilidad, la sostenibilidad medioambiental o la seguridad de suministro. De hecho, destacó, “estamos muy por detrás de los objetivos de Kyoto; llevamos ya un exceso del 50% frente a los objetivos de emisiones de CO2 planteados”.

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