Gas Natural e Iberdrola venden parte de Gas Natural México por 67 millones de euros

Por una parte, según informó la compañía gasista, el importe del acuerdo de compraventa correspondiente a la participación vendida asciende a 5,4 millones de dólares. No se espera que esta venta suponga plusvalías significativas.

En caso de hacerse efectiva la compraventa acordada, Gas Natural Fenosa continuará manteniendo el control del accionariado y la gestión de Gas Natural México, con una participación del 70,9%.

En cuanto a Iberdrola, esta compañía vende su 13,25% en Gas Natural México (GNM) por un importe de 82 millones de dólares (unos 62,7 millones de euros).

El cierre de la venta de estas participaciones está sujeto a las aprobaciones regulatorias pertinentes por parte de las autoridades mexicanas.

Iberdrola enmarca esta operación en su plan de desinversiones de negocios no estratégicos, que contempla ventas por 2.500 millones de euros entre 2010 y 2012 con el objetivo de seguir manteniendo la fortaleza financiera del grupo.

Gas Natural e Iberdrola venden parte de Gas Natural México por 67 millones de euros

Por una parte, según informó la compañía gasista, el importe del acuerdo de compraventa correspondiente a la participación vendida asciende a 5,4 millones de dólares. No se espera que esta venta suponga plusvalías significativas.

En caso de hacerse efectiva la compraventa acordada, Gas Natural Fenosa continuará manteniendo el control del accionariado y la gestión de Gas Natural México, con una participación del 70,9%.

En cuanto a Iberdrola, esta compañía vende su 13,25% en Gas Natural México (GNM) por un importe de 82 millones de dólares (unos 62,7 millones de euros).

El cierre de la venta de estas participaciones está sujeto a las aprobaciones regulatorias pertinentes por parte de las autoridades mexicanas.

Iberdrola enmarca esta operación en su plan de desinversiones de negocios no estratégicos, que contempla ventas por 2.500 millones de euros entre 2010 y 2012 con el objetivo de seguir manteniendo la fortaleza financiera del grupo.

El Gobierno japonés aprueba el abandono de la energía nuclear pero no se fija un calendario

Desde que el plan fue anunciado, poderosos grupos de presión de la industria de Japón han instado al Gobierno a reconsiderar el compromiso de dejar la energía nuclear, argumentando que podría dañar la economía y significaría un mayor gasto en importaciones de combustibles caros.

El ministro de Comercio, Yukio Edano, quien también supervisa la cartera de Energía, ha anunciado que el gabinete ha aprobado el nuevo plan energético.

«Pero si podemos llegar a dejar la energía nuclear en la década de 2030 no es algo que se logra sólo con la decisión de los responsables políticos. También depende de la voluntad de los usuarios (de electricidad), de la innovación tecnológica y del ámbito de la energía a nivel internacional en la próxima década o dos», ha añadido.

Al abandonar su dependencia a la energía atómica, Japón apunta a triplicar la participación de energía renovable al 30 por ciento de su matriz energética hacia la década de 2030, pero seguirá siendo un principal importador de petróleo, carbón y gas.

El ministro de Finanzas, Jun Azumi, ha precisado en rueda de prensa que había necesidad de ser flexibles en la política para evitar poner una carga a la población en un país donde la energía nuclear suministraba el 30 por ciento de la electricidad antes de Fukushima.

Gran parte de los reactores nucleares de Japón están paralizados por controles de seguridad después del terremoto y tsunami de marzo de 2011 que devastaron la planta de Fukushima Daiichi, provocando el peor desastre nuclear desde Chernóbil en 1986.

Japón lanza un nuevo organismo para regular la seguridad nuclear

Japón ha lanzado un nuevo organismo independiente para supervisar la seguridad de los reactores nucleares en el país, tras el debate abierto por el desastre del año pasado en la planta atómica de Fukushima Daiichi.

La nueva Autoridad de Regulación Nuclear está encabezada por el experto en radiactividad Shunichi Tanaka, informó la agencia Kyodo.

Tanaka tendrá un papel clave a la hora de asegurar el cumplimiento de las normas de seguridad aprobadas por el Gobierno este último año.

Entre ellas se encuentra la de limitar a 40 años la vida útil de los reactores nucleares, que anteriormente no tenían un límite temporal para su vida operativa, y la de aplicar los últimos hallazgos científicos a las instalaciones existentes.

Esta autoridad también tendrá entre sus competencias la formulación de criterios para reactivar reactores, la inmensa mayoría de los cuales permanecen detenidos en Japón ante la creciente preocupación pública por su seguridad tras el accidente en Fukushima.

En la actualidad, Japón solo tiene dos de sus más de cincuenta reactores atómicos comerciales activos.

Sin embargo, el organismo ya ha despertado el recelo de algunos políticos y grupos civiles, que han cuestionado la neutralidad de Tanaka como presidente, dado que ocupó cargos que contribuyeron al crecimiento de la industria nuclear en Japón antes de Fukushima.

Los otros cuatro altos cargos del nuevo cuerpo son Kenzo Oshima, ex embajador ante la ONU de Japón; Kunihiko Shimazaki, del Comité de Coordinación para la Predicción de Terremotos; Kayoko Nakamura, de la Asociación Japonesa de Radioisótopos, y Toyoshi Fuketa, de la Agencia de Energía Atómica de Japón.

La administración del organismo contará con unos 350 funcionarios de la Agencia para la Seguridad Nuclear e Industrial (NISA), a la que sustituye esta institución.

Dado que NISA fue duramente criticada tras el accidente de Fukushima por depender del Ministerio de Industria, que tradicionalmente promovió el uso de la energía nuclear, el Gobierno ha creado este nuevo organismo con un perfil más independiente y unos estatutos similares al de la comisión antimonopolio del país.

La nueva autoridad también deberá rectificar y establecer los roles de las organizaciones estatales involucradas en materia de seguridad nuclear, cuyos límites para garantizar la seguridad ciudadana resultaron borrosos durante la crisis en Fukushima.

El Gobierno japonés aprueba el abandono de la energía nuclear pero no se fija un calendario

Desde que el plan fue anunciado, poderosos grupos de presión de la industria de Japón han instado al Gobierno a reconsiderar el compromiso de dejar la energía nuclear, argumentando que podría dañar la economía y significaría un mayor gasto en importaciones de combustibles caros.

El ministro de Comercio, Yukio Edano, quien también supervisa la cartera de Energía, ha anunciado que el gabinete ha aprobado el nuevo plan energético.

«Pero si podemos llegar a dejar la energía nuclear en la década de 2030 no es algo que se logra sólo con la decisión de los responsables políticos. También depende de la voluntad de los usuarios (de electricidad), de la innovación tecnológica y del ámbito de la energía a nivel internacional en la próxima década o dos», ha añadido.

Al abandonar su dependencia a la energía atómica, Japón apunta a triplicar la participación de energía renovable al 30 por ciento de su matriz energética hacia la década de 2030, pero seguirá siendo un principal importador de petróleo, carbón y gas.

El ministro de Finanzas, Jun Azumi, ha precisado en rueda de prensa que había necesidad de ser flexibles en la política para evitar poner una carga a la población en un país donde la energía nuclear suministraba el 30 por ciento de la electricidad antes de Fukushima.

Gran parte de los reactores nucleares de Japón están paralizados por controles de seguridad después del terremoto y tsunami de marzo de 2011 que devastaron la planta de Fukushima Daiichi, provocando el peor desastre nuclear desde Chernóbil en 1986.

Japón lanza un nuevo organismo para regular la seguridad nuclear

Japón ha lanzado un nuevo organismo independiente para supervisar la seguridad de los reactores nucleares en el país, tras el debate abierto por el desastre del año pasado en la planta atómica de Fukushima Daiichi.

La nueva Autoridad de Regulación Nuclear está encabezada por el experto en radiactividad Shunichi Tanaka, informó la agencia Kyodo.

Tanaka tendrá un papel clave a la hora de asegurar el cumplimiento de las normas de seguridad aprobadas por el Gobierno este último año.

Entre ellas se encuentra la de limitar a 40 años la vida útil de los reactores nucleares, que anteriormente no tenían un límite temporal para su vida operativa, y la de aplicar los últimos hallazgos científicos a las instalaciones existentes.

Esta autoridad también tendrá entre sus competencias la formulación de criterios para reactivar reactores, la inmensa mayoría de los cuales permanecen detenidos en Japón ante la creciente preocupación pública por su seguridad tras el accidente en Fukushima.

En la actualidad, Japón solo tiene dos de sus más de cincuenta reactores atómicos comerciales activos.

Sin embargo, el organismo ya ha despertado el recelo de algunos políticos y grupos civiles, que han cuestionado la neutralidad de Tanaka como presidente, dado que ocupó cargos que contribuyeron al crecimiento de la industria nuclear en Japón antes de Fukushima.

Los otros cuatro altos cargos del nuevo cuerpo son Kenzo Oshima, ex embajador ante la ONU de Japón; Kunihiko Shimazaki, del Comité de Coordinación para la Predicción de Terremotos; Kayoko Nakamura, de la Asociación Japonesa de Radioisótopos, y Toyoshi Fuketa, de la Agencia de Energía Atómica de Japón.

La administración del organismo contará con unos 350 funcionarios de la Agencia para la Seguridad Nuclear e Industrial (NISA), a la que sustituye esta institución.

Dado que NISA fue duramente criticada tras el accidente de Fukushima por depender del Ministerio de Industria, que tradicionalmente promovió el uso de la energía nuclear, el Gobierno ha creado este nuevo organismo con un perfil más independiente y unos estatutos similares al de la comisión antimonopolio del país.

La nueva autoridad también deberá rectificar y establecer los roles de las organizaciones estatales involucradas en materia de seguridad nuclear, cuyos límites para garantizar la seguridad ciudadana resultaron borrosos durante la crisis en Fukushima.

Greenpeace cree que las renovables y la eficiencia energética son claves para reducir la demanda de combustibles fósiles

Según el documento, una gran expansión de las energías renovables y más eficiencia energética en los vehículos son las claves para acabar con la dependencia mundial de los combustibles fósiles, causantes del cambio climático y, al mismo tiempo, evitar la necesidad de extraer petróleo en aguas profundas.

Además, el informe incluye una hoja de ruta detallada y práctica para reducir la demanda de petróleo en un 80 por ciento, especialmente en el sector transporte. Así, demuestra que «no haría falta explotar el Ártico ni otras fuentes marginales de petróleo, como las arenas bituminosas de Canadá o las perforaciones en aguas profundas de Brasil o Canarias, si se usase más energía renovable para impulsar los vehículos y se estableciesen límites de eficiencia energética mucho más estrictos para los automóviles en Europa y en el resto del mundo».

«El camino para reducir la demanda de petróleo y acabar con las amenazas de las perforaciones en ecosistemas tan frágiles como el del Ártico, además de hacer innecesario buscar más petróleo bajo el mar, es hacer que los coches sean mucho más eficientes y extender en el transporte el uso de la electricidad producida con renovables», ha declarado el coautor del informe, Sven Teske.

«El sector de las energías renovables está mejorando a gran velocidad, pero el sector automovilístico se resiste a poner en marcha a gran escala las tecnologías necesarias», ha añadido.

La organización ha destacado que, bajo un nuevo escenario energético, las tecnologías renovables proporcionarían más del 90 por ciento de la electricidad y del calor en el mundo, y más del 70 por ciento en el sector del transporte. A su juicio, esta transformación es compatible con el crecimiento económico y aseguraría unos costes más bajos de la energía.

En este sentido, apunta que las emisiones de CO2 se reducirían drásticamente para evitar un cambio climático catastrófico y se crearían millones de empleos.

Entre las medidas «para evitar la explotación del Ártico y demás fuentes no convencionales de petróleo», el informe recomienda asegurar que los niveles promedio de eficiencia exigidos a los nuevos automóviles en Europa reduzcan el consumo de energía en un 40% por debajo de actual; asegurar que en otras partes del mundo se empiece a imponer niveles de eficiencia similares para los automóviles; y asegurar que la demanda energética de los automóviles se reduce a un tercio de la actual a largo plazo, mediante la reducción del tamaño de los coches, uso de materiales más ligeros y mayor uso de motorización eléctrica.

Para la organización, la transición hacia los vehículos eléctricos, tanto de uso privado como en el mayor empleo de servicios de transporte público, es clave para reducir la dependencia del petróleo y para implementar una mayor eficiencia energética. Una parte cada vez mayor la energía usada en el transporte mundial debe venir de electricidad renovable, principalmente de generadores eólicos y solares.

En este sentido, el responsable del área de Cambio Climático de Greenpeace España, José Luis García Ortega, ha indicado que «España tiene mucho que ganar en esta revolución energética, pero hace falta que el Gobierno se dé cuenta de que no puede seguir anclado a las viejas energías que solo aumentan la dependencia y la deuda, sino que debe reformar el sistema para apoyar el crecimiento definitivo de las renovables».

«El mundo necesita más eficiencia y más energía renovable y es ahí donde nuestro país puede marcar la diferencia. ¿Por qué buscar petróleo en Canarias con los peligros que conlleva cuando tenemos abundancia de fuentes renovables creadoras de riqueza, empleo y desarrollo tecnológico?«, ha concluido.

Greenpeace cree que las renovables y la eficiencia energética son claves para reducir la demanda de combustibles fósiles

Según el documento, una gran expansión de las energías renovables y más eficiencia energética en los vehículos son las claves para acabar con la dependencia mundial de los combustibles fósiles, causantes del cambio climático y, al mismo tiempo, evitar la necesidad de extraer petróleo en aguas profundas.

Además, el informe incluye una hoja de ruta detallada y práctica para reducir la demanda de petróleo en un 80 por ciento, especialmente en el sector transporte. Así, demuestra que «no haría falta explotar el Ártico ni otras fuentes marginales de petróleo, como las arenas bituminosas de Canadá o las perforaciones en aguas profundas de Brasil o Canarias, si se usase más energía renovable para impulsar los vehículos y se estableciesen límites de eficiencia energética mucho más estrictos para los automóviles en Europa y en el resto del mundo».

«El camino para reducir la demanda de petróleo y acabar con las amenazas de las perforaciones en ecosistemas tan frágiles como el del Ártico, además de hacer innecesario buscar más petróleo bajo el mar, es hacer que los coches sean mucho más eficientes y extender en el transporte el uso de la electricidad producida con renovables», ha declarado el coautor del informe, Sven Teske.

«El sector de las energías renovables está mejorando a gran velocidad, pero el sector automovilístico se resiste a poner en marcha a gran escala las tecnologías necesarias», ha añadido.

La organización ha destacado que, bajo un nuevo escenario energético, las tecnologías renovables proporcionarían más del 90 por ciento de la electricidad y del calor en el mundo, y más del 70 por ciento en el sector del transporte. A su juicio, esta transformación es compatible con el crecimiento económico y aseguraría unos costes más bajos de la energía.

En este sentido, apunta que las emisiones de CO2 se reducirían drásticamente para evitar un cambio climático catastrófico y se crearían millones de empleos.

Entre las medidas «para evitar la explotación del Ártico y demás fuentes no convencionales de petróleo», el informe recomienda asegurar que los niveles promedio de eficiencia exigidos a los nuevos automóviles en Europa reduzcan el consumo de energía en un 40% por debajo de actual; asegurar que en otras partes del mundo se empiece a imponer niveles de eficiencia similares para los automóviles; y asegurar que la demanda energética de los automóviles se reduce a un tercio de la actual a largo plazo, mediante la reducción del tamaño de los coches, uso de materiales más ligeros y mayor uso de motorización eléctrica.

Para la organización, la transición hacia los vehículos eléctricos, tanto de uso privado como en el mayor empleo de servicios de transporte público, es clave para reducir la dependencia del petróleo y para implementar una mayor eficiencia energética. Una parte cada vez mayor la energía usada en el transporte mundial debe venir de electricidad renovable, principalmente de generadores eólicos y solares.

En este sentido, el responsable del área de Cambio Climático de Greenpeace España, José Luis García Ortega, ha indicado que «España tiene mucho que ganar en esta revolución energética, pero hace falta que el Gobierno se dé cuenta de que no puede seguir anclado a las viejas energías que solo aumentan la dependencia y la deuda, sino que debe reformar el sistema para apoyar el crecimiento definitivo de las renovables».

«El mundo necesita más eficiencia y más energía renovable y es ahí donde nuestro país puede marcar la diferencia. ¿Por qué buscar petróleo en Canarias con los peligros que conlleva cuando tenemos abundancia de fuentes renovables creadoras de riqueza, empleo y desarrollo tecnológico?«, ha concluido.

José Manuel Soria apuesta en China por potenciar las relaciones bilaterales en sectores como automoción y renovables

Según un comunicado del Ministerio de Industria, durante la segunda jornada del viaje oficial, Soria ha hecho hincapié, en la reunión que ha mantenido con el viceministro chino de Industria y Tecnologías de la Información, Liu Lihua, en incentivar la cooperación entre ambos países para premiar la apertura y la inversión extranjera «que deben jugar un papel esencial», ha dicho.

En el encuentro, Soria destacó que los acuerdo institucionales entre ambos países, como los dos tratados vigentes entre los dos ministerios, pueden ser un instrumento «sumamente útil» para mantener y mejorar relaciones bilaterales empresariales, abriendo un proceso de intercambio de información en el ámbito de las políticas de pyme, industria y TIC que generen «futuras colaboraciones» que puedan dar cumplimiento a los acuerdos firmados.

Asimismo, Soria ha apuntado a la necesidad de aumentar el peso de la industria en la economía, con el fin de que se convierta en «una de las bases» del nuevo modelo de crecimiento, apoyado, ha dicho, «en un sector servicios competitivo». «Una industria fuerte debe ser competitiva y capaz de abrir nuevos mercados competiendo en pie de igualdad», ha agregado el titular de la cartera de Industria.

Por todo ello, el ministro José Manuel Soria aseguró que en el campo de la automoción existe un «potencial de colaboración» entre las empresas españolas ya instaladas en China con empresas chinas independientes de las multinacionales del sector.

En este sentido, Soria ha solicitado a las autoridades chinas que, con ayuda de la Asociación China de Automoción, se realice una ronda de contactos con estos fabricantes de automoción y componentes. «España es un destino atractivo para la inversión extranjera» remachó el ministro.

Durante la jornada anterior, Soria también mantuvo reuniones con el director de NEA (Nacional Energy Administration, NEA), Liu Tienan, con quien intercambió puntos de vista sobre las oportunidades que ofrece el mercado chino en energías renovables, como la eólica y solar, así como en energía nuclear, dentro del plan de diversificación del mix energético chino y del XII Plan Quinquenal.

Asimismo, trató las oportunidades y los retos que presenta el mercado chino para España con un nutrido grupo de empresarios, con quienes mantuvo una reunión en la embajada española en Pekín.

José Manuel Soria apuesta en China por potenciar las relaciones bilaterales en sectores como automoción y renovables

Según un comunicado del Ministerio de Industria, durante la segunda jornada del viaje oficial, Soria ha hecho hincapié, en la reunión que ha mantenido con el viceministro chino de Industria y Tecnologías de la Información, Liu Lihua, en incentivar la cooperación entre ambos países para premiar la apertura y la inversión extranjera «que deben jugar un papel esencial», ha dicho.

En el encuentro, Soria destacó que los acuerdo institucionales entre ambos países, como los dos tratados vigentes entre los dos ministerios, pueden ser un instrumento «sumamente útil» para mantener y mejorar relaciones bilaterales empresariales, abriendo un proceso de intercambio de información en el ámbito de las políticas de pyme, industria y TIC que generen «futuras colaboraciones» que puedan dar cumplimiento a los acuerdos firmados.

Asimismo, Soria ha apuntado a la necesidad de aumentar el peso de la industria en la economía, con el fin de que se convierta en «una de las bases» del nuevo modelo de crecimiento, apoyado, ha dicho, «en un sector servicios competitivo». «Una industria fuerte debe ser competitiva y capaz de abrir nuevos mercados competiendo en pie de igualdad», ha agregado el titular de la cartera de Industria.

Por todo ello, el ministro José Manuel Soria aseguró que en el campo de la automoción existe un «potencial de colaboración» entre las empresas españolas ya instaladas en China con empresas chinas independientes de las multinacionales del sector.

En este sentido, Soria ha solicitado a las autoridades chinas que, con ayuda de la Asociación China de Automoción, se realice una ronda de contactos con estos fabricantes de automoción y componentes. «España es un destino atractivo para la inversión extranjera» remachó el ministro.

Durante la jornada anterior, Soria también mantuvo reuniones con el director de NEA (Nacional Energy Administration, NEA), Liu Tienan, con quien intercambió puntos de vista sobre las oportunidades que ofrece el mercado chino en energías renovables, como la eólica y solar, así como en energía nuclear, dentro del plan de diversificación del mix energético chino y del XII Plan Quinquenal.

Asimismo, trató las oportunidades y los retos que presenta el mercado chino para España con un nutrido grupo de empresarios, con quienes mantuvo una reunión en la embajada española en Pekín.

La CE está a favor de limitar el uso de biocombustibles provenientes de cultivos

En concreto, precisa que del 10% de combustibles renovables que la UE se ha fijado como objetivo utilizar en el sector transporte para 2020, sólo la mitad deberá proceder de cultivos.

El restante 5% deberá ser cubierto con biocombustibles de segunda generación, es decir, fabricados a partir de residuos, tal y como explicó la portavoz comunitaria Marlene Hozler en rueda de prensa.

Hozler confirmó que la propuesta -que aún debe recibir el visto bueno del colegio de la CE, advirtió- será en este sentido, pero negó que suponga que Bruselas retira su apoyo al uso de biocombustibles.

«No es un cambio en la política, es una señal a los Estados miembros de que queremos usar más los biocombustibles de segunda generación», indicó.

«El objetivo de la propuesta actual es comenzar una transición hacia los biocombustibles que suponen un ahorro de emisiones de gases (de efecto invernadero) significativas, también estimando el cambio que supone el uso indirecto de las tierras en las emisiones«, señala el prólogo del texto.

En esencia, la iniciativa penaliza a los biocombustibles tradicionales por su impacto medioambiental, priorizando el uso de alternativas producidas a partir de desechos o residuos agrícolas como la paja.

Una de las desventajas que presentan los biocombustibles basados en cultivos es el impacto que tienen sobre el uso del suelo, ya que se necesitan importantes superficies para su producción, con lo que se quita espacio a bosques y terrenos agrícolas.

El uso de cultivos para fabricar biocombustibles puede también repercutir negativamente en el precio de los alimentos, tal y como denuncian ONG como Oxfam.

En un reciente estudio, Oxfam afirma que con la tierra necesaria para producir biocombustibles para llenar los depósitos de los vehículos europeos durante un año, se podría producir maíz y trigo suficiente para alimentar a 127 millones de personas.

El comisario de Energía, Günther Oettinger, y la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, también aludieron a esta cuestión, al destacar que los de los biocombustibles de segunda generación «no compiten con los alimentos, ni requieren más tierras».

«Estamos impulsando los biocombustibles que nos ayudan a rebajar de manera sustancial las emisiones de dióxido de carbono (CO2), no compiten con los alimentos y que son sostenibles y verdes al mismo tiempo», indicaron Oettinger y Hedegaard en una nota conjunta.

Por su parte, la ONG Oxfam celebró la «excelente noticia» que supone que la CE haya reconocido los problemas que, a su juicio, los biocombustibles están causando, como los «crecientes precios de los alimentos, que aumentan el hambre, y la aceleración del cambio climático», en palabras de su especialista, Marc Olivier Herman.

Oxfam también alertó de una posible contra-ofensiva de la industria y los lobbies del sector, ante la propuesta de la CE.

«Los gobiernos de la UE y la CE deben resistir la reacción de los grupos de presión de la industria y la agricultura que han engordado con los enormes subsidios y exenciones de impuestos como resultado de esta locura política de biocombustibles», apuntó Herman.

La CE está a favor de limitar el uso de biocombustibles provenientes de cultivos

En concreto, precisa que del 10% de combustibles renovables que la UE se ha fijado como objetivo utilizar en el sector transporte para 2020, sólo la mitad deberá proceder de cultivos.

El restante 5% deberá ser cubierto con biocombustibles de segunda generación, es decir, fabricados a partir de residuos, tal y como explicó la portavoz comunitaria Marlene Hozler en rueda de prensa.

Hozler confirmó que la propuesta -que aún debe recibir el visto bueno del colegio de la CE, advirtió- será en este sentido, pero negó que suponga que Bruselas retira su apoyo al uso de biocombustibles.

«No es un cambio en la política, es una señal a los Estados miembros de que queremos usar más los biocombustibles de segunda generación», indicó.

«El objetivo de la propuesta actual es comenzar una transición hacia los biocombustibles que suponen un ahorro de emisiones de gases (de efecto invernadero) significativas, también estimando el cambio que supone el uso indirecto de las tierras en las emisiones«, señala el prólogo del texto.

En esencia, la iniciativa penaliza a los biocombustibles tradicionales por su impacto medioambiental, priorizando el uso de alternativas producidas a partir de desechos o residuos agrícolas como la paja.

Una de las desventajas que presentan los biocombustibles basados en cultivos es el impacto que tienen sobre el uso del suelo, ya que se necesitan importantes superficies para su producción, con lo que se quita espacio a bosques y terrenos agrícolas.

El uso de cultivos para fabricar biocombustibles puede también repercutir negativamente en el precio de los alimentos, tal y como denuncian ONG como Oxfam.

En un reciente estudio, Oxfam afirma que con la tierra necesaria para producir biocombustibles para llenar los depósitos de los vehículos europeos durante un año, se podría producir maíz y trigo suficiente para alimentar a 127 millones de personas.

El comisario de Energía, Günther Oettinger, y la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, también aludieron a esta cuestión, al destacar que los de los biocombustibles de segunda generación «no compiten con los alimentos, ni requieren más tierras».

«Estamos impulsando los biocombustibles que nos ayudan a rebajar de manera sustancial las emisiones de dióxido de carbono (CO2), no compiten con los alimentos y que son sostenibles y verdes al mismo tiempo», indicaron Oettinger y Hedegaard en una nota conjunta.

Por su parte, la ONG Oxfam celebró la «excelente noticia» que supone que la CE haya reconocido los problemas que, a su juicio, los biocombustibles están causando, como los «crecientes precios de los alimentos, que aumentan el hambre, y la aceleración del cambio climático», en palabras de su especialista, Marc Olivier Herman.

Oxfam también alertó de una posible contra-ofensiva de la industria y los lobbies del sector, ante la propuesta de la CE.

«Los gobiernos de la UE y la CE deben resistir la reacción de los grupos de presión de la industria y la agricultura que han engordado con los enormes subsidios y exenciones de impuestos como resultado de esta locura política de biocombustibles», apuntó Herman.