APPA acusa a la UE de limitar «sin base científica» los biocarburantes a partir de cultivos alimentarios

La Comisión Europea propuso limitar a un máximo del 5% del consumo total el uso en el transporte de biocombustibles procedentes de cultivos alimentarios (como el maíz, el trigo, la remolacha o la colza), mientras que mantiene el objetivo de que el 10% de los carburantes que se usen para el transporte en 2020 provengan de fuentes renovables. Así, el resto del cupo tendrá que cubrirse con biocarburantes de segunda generación, es decir, los fabricados a partir de residuos, algas y paja o mediante otras fuentes alternativas, que no interfieren de forma directa en la producción mundial de alimentos.

Bruselas quiere establecer esta limitación tras las críticas a la política de renovables de la Unión Europea por contribuir a la subida de precios de los alimentos y a la deforestación.

Según Günther Oettinger, comisario de Energía, «esta propuesta fomentará la producción de biocombustibles más avanzados que los actuales. En el futuro, los biocombustibles emitirán muchos menos gases de efecto invernadero, crearán puestos de trabajo y reducirán la factura de los combustibles que importamos«, dijo .

«Tenemos que invertir en biocombustibles que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos. Ello no significa en modo alguno que abandonemos los biocombustibles de primera generación, sino que es una señal clara de que el crecimiento futuro de los biocombustibles debe venir de la mano de los biocombustibles avanzados. Cualquier otra cosa será insostenible», indicó por su parte la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard.

Por su parte, APPA Biocarburantes valoró positivamente que la Comisión haya «rectificado» y haya desistido de su idea inicial de aplicar a los biocarburantes unos factores de emisión relacionados con el suelo de cultivo. Esta medida, señaló, habría supuesto la desaparición de la mayor parte de la industria europea y de sus 100.000 empleos.

No obstante, lamentó que la Comisión mantenga la limitación del 5% a los cultivos alimentarios porque, además de estar por debajo de la actual contribución española que se sitúa en torno al 7%, es una medida que «prejuzga negativamente sus impactos sin base alguna» y «olvida que la producción de biocarburantes es una importante fuente de coproductos para la alimentación animal».

Este límite pone en peligro el objetivo de un 10% de biocarburantes en los combustibles en 2020, señaló APPA, que además pidió que la propuesta comunitaria salvaguarde las «legítimas expectativas de las inversiones realizadas y previstas en plantas ya autorizadas», sin exigírseles incrementos adicionales en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

APPA se mostró de acuerdo en la necesidad de incentivar los biocarburantes fabricados con materias primas que tengan mayores ventajas ambientales y de seguridad de suministro, pero esta política debería realizarse mediante mecanismos que no reduzcan el consumo real de biocarburantes.

«En vez de seguir recurriendo a trucos contables, la Comisión debería proponer alternativamente objetivos mínimos de consumo o incentivos fiscales para estos biocarburantes que presentan ventajas adicionales«, afirmó la asociación.

La asociación espera que estos «defectos» puedan ser «corregidos» adecuadamente durante la tramitación legislativa del proyecto elaborado por la Comisión Europea, que ahora se inicia.

UPA acusó a la Unión Europea de demagogia por relacionar el uso de biocombustibles procedentes de cultivos agrícolas con la carestía y encarecimiento de alimentos, un problema que la organización agraria atribuyó más bien a los especuladores y a las incorrectas políticas de Bruselas.

El secretario de Agricultura de UPA, Nacho Senovilla criticó que Bruselas proponga ahora limitar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos agrícolas porque la carestía y encarecimiento de alimentos está más relacionada con la especulación internacional que, en su opinión, la Unión Europea consiente al haber eliminado todos los mecanismos de intervención.

Si Europa quiere contribuir a la soberanía alimentaria, añadió, Bruselas debería cambiar radicalmente su política basada en los últimos años en dar subvenciones por no producir, cuando obliga al sector a dejar tierras en «barbecho blanco» e improductivas, cuando deberían fomentar la obtención de alimentos.

Para Greenpeace, la propuesta «hará poco para resolver el problema». «Si esta propuesta se convierte en ley, biocarburantes más perjudiciales para el clima que el petróleo crudo seguirán pudiendo usarse para cumplir los objetivos para un transporte limpio», denunció.

Los criterios de sostenibilidad que se aplican actualmente a los biocombustibles prohíben la conversión directa de bosques, humedales y zonas de gran diversidad biológica para la producción de biocombustible y obligan a que los biocombustibles emitan, como mínimo, un 35% menos de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen. En 2017, esta obligación pasará a ser del 50%.

Con todo, Bruselas admitió que «se corre el riesgo de que una parte de la demanda adicional de biocombustibles se cubra a costa de las tierras dedicadas a la agricultura en el mundo, lo que generaría un aumento indirecto de las emisiones». De ahí los cambios legislativos propuestos por el Ejecutivo comunitario.

En este sentido, la Comisión también pidió incrementar al 60% el umbral mínimo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de las nuevas instalaciones, para «mejorar la eficiencia de los procedimientos de producción de biocombustible y desincentivar las inversiones en instalaciones cuyo rendimiento, medido en emisiones de gases de efecto invernadero, es malo».

Además, se incluirán los factores de cambio indirecto el uso del suelo en la comunicación por los suministradores de combustible y los Estados miembros de la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles y biolíquidos.

APPA acusa a la UE de limitar «sin base científica» los biocarburantes a partir de cultivos alimentarios

La Comisión Europea propuso limitar a un máximo del 5% del consumo total el uso en el transporte de biocombustibles procedentes de cultivos alimentarios (como el maíz, el trigo, la remolacha o la colza), mientras que mantiene el objetivo de que el 10% de los carburantes que se usen para el transporte en 2020 provengan de fuentes renovables. Así, el resto del cupo tendrá que cubrirse con biocarburantes de segunda generación, es decir, los fabricados a partir de residuos, algas y paja o mediante otras fuentes alternativas, que no interfieren de forma directa en la producción mundial de alimentos.

Bruselas quiere establecer esta limitación tras las críticas a la política de renovables de la Unión Europea por contribuir a la subida de precios de los alimentos y a la deforestación.

Según Günther Oettinger, comisario de Energía, «esta propuesta fomentará la producción de biocombustibles más avanzados que los actuales. En el futuro, los biocombustibles emitirán muchos menos gases de efecto invernadero, crearán puestos de trabajo y reducirán la factura de los combustibles que importamos«, dijo .

«Tenemos que invertir en biocombustibles que reduzcan realmente las emisiones y no compitan con la producción de alimentos. Ello no significa en modo alguno que abandonemos los biocombustibles de primera generación, sino que es una señal clara de que el crecimiento futuro de los biocombustibles debe venir de la mano de los biocombustibles avanzados. Cualquier otra cosa será insostenible», indicó por su parte la comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard.

Por su parte, APPA Biocarburantes valoró positivamente que la Comisión haya «rectificado» y haya desistido de su idea inicial de aplicar a los biocarburantes unos factores de emisión relacionados con el suelo de cultivo. Esta medida, señaló, habría supuesto la desaparición de la mayor parte de la industria europea y de sus 100.000 empleos.

No obstante, lamentó que la Comisión mantenga la limitación del 5% a los cultivos alimentarios porque, además de estar por debajo de la actual contribución española que se sitúa en torno al 7%, es una medida que «prejuzga negativamente sus impactos sin base alguna» y «olvida que la producción de biocarburantes es una importante fuente de coproductos para la alimentación animal».

Este límite pone en peligro el objetivo de un 10% de biocarburantes en los combustibles en 2020, señaló APPA, que además pidió que la propuesta comunitaria salvaguarde las «legítimas expectativas de las inversiones realizadas y previstas en plantas ya autorizadas», sin exigírseles incrementos adicionales en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

APPA se mostró de acuerdo en la necesidad de incentivar los biocarburantes fabricados con materias primas que tengan mayores ventajas ambientales y de seguridad de suministro, pero esta política debería realizarse mediante mecanismos que no reduzcan el consumo real de biocarburantes.

«En vez de seguir recurriendo a trucos contables, la Comisión debería proponer alternativamente objetivos mínimos de consumo o incentivos fiscales para estos biocarburantes que presentan ventajas adicionales«, afirmó la asociación.

La asociación espera que estos «defectos» puedan ser «corregidos» adecuadamente durante la tramitación legislativa del proyecto elaborado por la Comisión Europea, que ahora se inicia.

UPA acusó a la Unión Europea de demagogia por relacionar el uso de biocombustibles procedentes de cultivos agrícolas con la carestía y encarecimiento de alimentos, un problema que la organización agraria atribuyó más bien a los especuladores y a las incorrectas políticas de Bruselas.

El secretario de Agricultura de UPA, Nacho Senovilla criticó que Bruselas proponga ahora limitar el uso de biocombustibles que proceden de cultivos agrícolas porque la carestía y encarecimiento de alimentos está más relacionada con la especulación internacional que, en su opinión, la Unión Europea consiente al haber eliminado todos los mecanismos de intervención.

Si Europa quiere contribuir a la soberanía alimentaria, añadió, Bruselas debería cambiar radicalmente su política basada en los últimos años en dar subvenciones por no producir, cuando obliga al sector a dejar tierras en «barbecho blanco» e improductivas, cuando deberían fomentar la obtención de alimentos.

Para Greenpeace, la propuesta «hará poco para resolver el problema». «Si esta propuesta se convierte en ley, biocarburantes más perjudiciales para el clima que el petróleo crudo seguirán pudiendo usarse para cumplir los objetivos para un transporte limpio», denunció.

Los criterios de sostenibilidad que se aplican actualmente a los biocombustibles prohíben la conversión directa de bosques, humedales y zonas de gran diversidad biológica para la producción de biocombustible y obligan a que los biocombustibles emitan, como mínimo, un 35% menos de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen. En 2017, esta obligación pasará a ser del 50%.

Con todo, Bruselas admitió que «se corre el riesgo de que una parte de la demanda adicional de biocombustibles se cubra a costa de las tierras dedicadas a la agricultura en el mundo, lo que generaría un aumento indirecto de las emisiones». De ahí los cambios legislativos propuestos por el Ejecutivo comunitario.

En este sentido, la Comisión también pidió incrementar al 60% el umbral mínimo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de las nuevas instalaciones, para «mejorar la eficiencia de los procedimientos de producción de biocombustible y desincentivar las inversiones en instalaciones cuyo rendimiento, medido en emisiones de gases de efecto invernadero, es malo».

Además, se incluirán los factores de cambio indirecto el uso del suelo en la comunicación por los suministradores de combustible y los Estados miembros de la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de los biocombustibles y biolíquidos.

Total confirma su intención de vender su filial gasística TIGF

«Conforme a sus prácticas de gestión social responsable, Total tendrá en consideración los compromisos que los potenciales compradores tomarán en materia de preservación del empleo, mantenimiento de los dispositivos sociales y de la sede de la actividad en Pau», indicó en un comunicado.

La declaración se produce en respuesta al comité de empresa mantenido por TIGF entre la dirección general y representantes del personal de esa filial.

«Las nuevas condiciones del mercado europeo, y particularmente el plan de reorganización del transporte de gas emprendido en Europa desde 2012, han llevado a Total a repensar su posición de accionista», afirmó el presidente de TIGF, Daniel Lauré.

Esa filial gestiona la red gasística en quince departamentos del suroeste francés, y según la edición digital del diario económico «Les Échos», la «reflexión» sobre una eventual cesión, que le podría reportar de 2.000 a 3.000 millones de euros, comenzó en agosto.

La noticia ha suscitado desde entonces la preocupación de los sindicatos, que se oponen a la cesión y que desde ese mes, según recuerda el periódico, han llevado a cabo cuatro huelgas.

«Pese a los movimientos sociales observados desde agosto, la dirección de TIGF se compromete a minimizar las perturbaciones en el acceso a la red de transporte y de reserva, para garantizar el servicio con toda seguridad», añadió TIGF en su comunicado.

Total, que controla la totalidad de esa filial, indicó que a partir de ahora da prioridad a TIGF y a los miembros de su comité de empresa a la hora de difundir futuras informaciones sobre el avance del proceso.

Total confirma su intención de vender su filial gasística TIGF

«Conforme a sus prácticas de gestión social responsable, Total tendrá en consideración los compromisos que los potenciales compradores tomarán en materia de preservación del empleo, mantenimiento de los dispositivos sociales y de la sede de la actividad en Pau», indicó en un comunicado.

La declaración se produce en respuesta al comité de empresa mantenido por TIGF entre la dirección general y representantes del personal de esa filial.

«Las nuevas condiciones del mercado europeo, y particularmente el plan de reorganización del transporte de gas emprendido en Europa desde 2012, han llevado a Total a repensar su posición de accionista», afirmó el presidente de TIGF, Daniel Lauré.

Esa filial gestiona la red gasística en quince departamentos del suroeste francés, y según la edición digital del diario económico «Les Échos», la «reflexión» sobre una eventual cesión, que le podría reportar de 2.000 a 3.000 millones de euros, comenzó en agosto.

La noticia ha suscitado desde entonces la preocupación de los sindicatos, que se oponen a la cesión y que desde ese mes, según recuerda el periódico, han llevado a cabo cuatro huelgas.

«Pese a los movimientos sociales observados desde agosto, la dirección de TIGF se compromete a minimizar las perturbaciones en el acceso a la red de transporte y de reserva, para garantizar el servicio con toda seguridad», añadió TIGF en su comunicado.

Total, que controla la totalidad de esa filial, indicó que a partir de ahora da prioridad a TIGF y a los miembros de su comité de empresa a la hora de difundir futuras informaciones sobre el avance del proceso.

Endesa Costanera, generadora argentina filial de Endesa, invertirá 304 millones de dólares

La compañía, la mayor productora de energía eléctrica de origen térmico de Argentina, dijo en un comunicado enviado a la Bolsa de Buenos Aires que para la implementación del plan de inversión firmó un acuerdo el pasado viernes con la Secretaría de Energía de Argentina.

La empresa señaló que la inversión pactada busca «optimizar la confiabilidad y disponibilidad» de la central de generación eléctrica Costanera, desembolso que «redundará en un incremento de la generación y un importante ahorro de costos para el sistema».

De acuerdo al comunicado, la Secretaría de Energía de Argentina «ha considerado de máximo interés la ejecución de este plan, dada la eficiencia térmica con que cuentan las referidas unidades de generación y su capacidad de consumo de combustibles alternativos al gas natural».

Según explicó la compañía, la financiación del plan provendrá de dos contratos cuya suscripción, por parte de Endesa Costanera y la Cámara de Agentes del Mercado Mayorista de Electricidad (Cammesa), será instruida oportunamente por la Secretaría de Energía.

Endesa Costanera, generadora argentina filial de Endesa, invertirá 304 millones de dólares

La compañía, la mayor productora de energía eléctrica de origen térmico de Argentina, dijo en un comunicado enviado a la Bolsa de Buenos Aires que para la implementación del plan de inversión firmó un acuerdo el pasado viernes con la Secretaría de Energía de Argentina.

La empresa señaló que la inversión pactada busca «optimizar la confiabilidad y disponibilidad» de la central de generación eléctrica Costanera, desembolso que «redundará en un incremento de la generación y un importante ahorro de costos para el sistema».

De acuerdo al comunicado, la Secretaría de Energía de Argentina «ha considerado de máximo interés la ejecución de este plan, dada la eficiencia térmica con que cuentan las referidas unidades de generación y su capacidad de consumo de combustibles alternativos al gas natural».

Según explicó la compañía, la financiación del plan provendrá de dos contratos cuya suscripción, por parte de Endesa Costanera y la Cámara de Agentes del Mercado Mayorista de Electricidad (Cammesa), será instruida oportunamente por la Secretaría de Energía.

La feria internacional de energía «Metering Europe» presenta los contadores eléctricos inteligentes

Durante la feria, celebrada desde el 9 de octubre y a la que acudieron unas 300 empresas, los expertos subrayaron la necesidad de que haya avances en las diferentes legislaciones nacionales para progresar en la transición de los contadores eléctricos tradicionales hacia los «inteligentes», por ahora en un estadio muy inicial.

«El sector tradicional de la energía está registrando grandes cambios en la manera en que la electricidad se produce, se gestiona y se consume», dijo la directora de la feria, Aida Mezit, mediante un comunicado de prensa.

Asimismo se refirió a que el aumento de la demanda, el abastecimiento seguro y la creciente preocupación sobre el cambio climático impulsa a desarrollar una red de distribución de energía eléctrica «inteligente» y un comportamiento energético eficiente.

Durante esta feria se han expuesto las diferentes maneras de desarrollar tecnologías inteligentes para el hogar, entre las que se cuentan ese tipo de contadores.

Una de las mayores ventajas de esa tecnología es que «incorpora comunicaciones que permiten hacer lecturas bajo demanda y de forma instantánea, a tiempo real», explicó a Efe Javier Rodríguez, director de Producto de la helvética Landys+Gyr para la Península Ibérica.

Rodríguez explicó que ese tipo de contadores «permite al consumidor modificar su conducta de consumo para ahorrar energía».

España es uno de los países de la Unión Europea (UE) que desde 2007 tiene legislación para realizar esa transición de los contadores tradicionales a los inteligentes, que deberá estar completada en 2018.

Desde 2007 la firma suiza colabora con la eléctrica española Iberdrola en la expansión de un tipo de tecnología muy avanzada que se aplica ya a ese tipo de aparatos en España.

El experto destacó entre las ventajas de uso de esos aparatos el ofrecer a los hogares información actualizada sobre cambios de conducta en el consumo para poder ahorrar energía, mientras que a las empresas eléctricas les ofrece una información fidedigna para optimizar el uso de las redes.

Por su parte, el experto en energía de la consultoría de Rotterdam «Triple-e», Stephan Slingerland, explicó que los contadores inteligentes «pueden ayudar en el control del uso de energía para conseguir los objetivos europeos de reducción de CO2, para lo cual se necesita entre otras cosas un uso eficiente de la energía».

El directivo de Landis+Gyr señaló que la firma suministrará a Iberdrola un total de medio millón de contadores inteligentes, ya que la eléctrica española está cambiando los contadores tradicionales a sus clientes, que en España asciende a once millones.

En España la transición supondrá cambiar un total de 28 millones de contadores, dijo Rodríguez, que se refirió a que de aplicarse esa tecnología en otras regiones del mundo como Latinoamérica, este tipo de contadores ayudaría a controlar el fraude en el uso y pago de la energía consumida.

Agregó que entre esos países, Brasil es el que ofrece un mercado más «prometedor», especialmente de cara a eventos como los Juegos Olímpicos que celebrará en 2016.

La feria internacional de energía «Metering Europe» presenta los contadores eléctricos inteligentes

Durante la feria, celebrada desde el 9 de octubre y a la que acudieron unas 300 empresas, los expertos subrayaron la necesidad de que haya avances en las diferentes legislaciones nacionales para progresar en la transición de los contadores eléctricos tradicionales hacia los «inteligentes», por ahora en un estadio muy inicial.

«El sector tradicional de la energía está registrando grandes cambios en la manera en que la electricidad se produce, se gestiona y se consume», dijo la directora de la feria, Aida Mezit, mediante un comunicado de prensa.

Asimismo se refirió a que el aumento de la demanda, el abastecimiento seguro y la creciente preocupación sobre el cambio climático impulsa a desarrollar una red de distribución de energía eléctrica «inteligente» y un comportamiento energético eficiente.

Durante esta feria se han expuesto las diferentes maneras de desarrollar tecnologías inteligentes para el hogar, entre las que se cuentan ese tipo de contadores.

Una de las mayores ventajas de esa tecnología es que «incorpora comunicaciones que permiten hacer lecturas bajo demanda y de forma instantánea, a tiempo real», explicó a Efe Javier Rodríguez, director de Producto de la helvética Landys+Gyr para la Península Ibérica.

Rodríguez explicó que ese tipo de contadores «permite al consumidor modificar su conducta de consumo para ahorrar energía».

España es uno de los países de la Unión Europea (UE) que desde 2007 tiene legislación para realizar esa transición de los contadores tradicionales a los inteligentes, que deberá estar completada en 2018.

Desde 2007 la firma suiza colabora con la eléctrica española Iberdrola en la expansión de un tipo de tecnología muy avanzada que se aplica ya a ese tipo de aparatos en España.

El experto destacó entre las ventajas de uso de esos aparatos el ofrecer a los hogares información actualizada sobre cambios de conducta en el consumo para poder ahorrar energía, mientras que a las empresas eléctricas les ofrece una información fidedigna para optimizar el uso de las redes.

Por su parte, el experto en energía de la consultoría de Rotterdam «Triple-e», Stephan Slingerland, explicó que los contadores inteligentes «pueden ayudar en el control del uso de energía para conseguir los objetivos europeos de reducción de CO2, para lo cual se necesita entre otras cosas un uso eficiente de la energía».

El directivo de Landis+Gyr señaló que la firma suministrará a Iberdrola un total de medio millón de contadores inteligentes, ya que la eléctrica española está cambiando los contadores tradicionales a sus clientes, que en España asciende a once millones.

En España la transición supondrá cambiar un total de 28 millones de contadores, dijo Rodríguez, que se refirió a que de aplicarse esa tecnología en otras regiones del mundo como Latinoamérica, este tipo de contadores ayudaría a controlar el fraude en el uso y pago de la energía consumida.

Agregó que entre esos países, Brasil es el que ofrece un mercado más «prometedor», especialmente de cara a eventos como los Juegos Olímpicos que celebrará en 2016.

Un nuevo pozo confirma el potencial del enorme yacimiento brasileño hallado en el Atlántico

El nuevo pozo fue perforado a unos 7,5 kilómetros de otro donde en 2008 se halló el yacimiento gigante de Júpiter, ubicado en el presal de la cuenca marina de Santos, según un comunicado de la petrolera estatal.

El presal es el nuevo horizonte de explotación descubierto por Petrobras en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de una capa de sal de cerca de dos kilómetros de espesor y que puede convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de hidrocarburos.

El pozo de extensión en Júpiter confirmó la «presencia de gas natural y condensado, así como la existencia de una reserva continua entre los dos pozos», según el comunicado de Petrobras, que es la empresa operadora en una concesión en la que tiene un 80 por ciento de participación y como socia a la portuguesa Galp (20 por ciento).

«Hasta el momento el pozo identificó una columna de 176 metros de petróleo en rocas con excelentes características de permeabilidad y porosidad», agrega la nota.

La petrolera informó de que el nuevo pozo, con una profundidad hasta ahora de 5.438 metros y cuya perforación proseguirá, está a 275 kilómetros del litoral del estado de Río de Janeiro (sudeste de Brasil) en una región del mar en que las aguas tienen una profundidad de 2.161 metros.

El campo de Júpiter se sitúa a unos 37 kilómetros de Tupí, un campo que puede contener entre 5.000 y 8.000 millones de barriles de petróleo recuperable y hasta ahora el mayor descubierto en el presal, según la empresa.

Un nuevo pozo confirma el potencial del enorme yacimiento brasileño hallado en el Atlántico

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El presal es el nuevo horizonte de explotación descubierto por Petrobras en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de una capa de sal de cerca de dos kilómetros de espesor y que puede convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de hidrocarburos.

El pozo de extensión en Júpiter confirmó la «presencia de gas natural y condensado, así como la existencia de una reserva continua entre los dos pozos», según el comunicado de Petrobras, que es la empresa operadora en una concesión en la que tiene un 80 por ciento de participación y como socia a la portuguesa Galp (20 por ciento).

«Hasta el momento el pozo identificó una columna de 176 metros de petróleo en rocas con excelentes características de permeabilidad y porosidad», agrega la nota.

La petrolera informó de que el nuevo pozo, con una profundidad hasta ahora de 5.438 metros y cuya perforación proseguirá, está a 275 kilómetros del litoral del estado de Río de Janeiro (sudeste de Brasil) en una región del mar en que las aguas tienen una profundidad de 2.161 metros.

El campo de Júpiter se sitúa a unos 37 kilómetros de Tupí, un campo que puede contener entre 5.000 y 8.000 millones de barriles de petróleo recuperable y hasta ahora el mayor descubierto en el presal, según la empresa.