«Mil millones de dólares se destinarán a saldar la deuda del gas recibido para esta temporada», declaró Yúschenko, citado por la agencia UNIAN, durante una reunión con el presidente de la compañía estatal Naftogaz, Oleg Dubina; del Banco Nacional, Vadímir Stelmaj, y el ministro de Finanzas, Víctor Pinzenik.

La deuda contraída con el consorcio gasísitico ruso Gazrpom por el suministro de gas de septiembre a noviembre y en concepto de multa, asciende, según la parte rusa, a 2.400 millones de dólares.

Hace dos días, el jefe del servicio de desarrollo socioeconómico de la Secretaría de la Presidencia ucraniana, Román Zhukovski, declaró que Yúschenko se planteaba utilizar parte del préstamo de 16.400 millones de dólares concedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para pagar la deuda con Gazprom.

El líder ucraniano culpa al Gobierno de la primera ministra, Yulia Timoshenko, de inoperancia a la hora de saldar la deuda con Gazprom.

Ucrania, que pidió ayuda al FMI para estabilizar la economía en caso de necesidad, recibió el mes pasado la primera transferencia de 4.500 millones de dólares.

Moscú y Kiev alcanzaron en septiembre un acuerdo en virtud del cual Rusia no comenzaría a cobrar el gas a Ucrania según los estándares europeos de mercado hasta 2011, manteniéndole durante los dos próximos años un precio favorable, que actualmente es de 179,4 dólares por cada mil metros cúbicos de carburante.

Recientemente, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, advirtió de que Rusia tendrá que «cortar el suministro» si Ucrania «no cumple con los acuerdos o, como el pasado año, sustrae ilegalmente gas».

A principios de 2006, el corte de los suministros de gas a Ucrania por parte de Gazprom colocó en una delicada situación a los países de la Unión Europea, que reciben de Rusia una tercera parte de lo que necesitan.

«Yúschenko está preocupado por la situación de los suministros de gas. El estado económico-financiero de (la compañía estatal) Naftogaz es especialmente crítico», informó Román Zhukovski, jefe del servicio de desarrollo socioeconómico de la Secretaría de la Presidencia.

El líder ucraniano culpa al Gobierno de la primera ministra, Yulia Timoshenko, de inoperancia a la hora de saldar la deuda con Gazprom.

Ucrania, que pidió ayuda al FMI para estabilizar la economía en caso de necesidad, recibió el mes pasado la primera transferencia de 4.500 millones de dólares.

«La suma total de la deuda asciende a 1.658 millones de dólares. El presidente considera que el escenario actual amenaza la seguridad nacional, lo que él considera inaceptable», señaló.

En particular, recordó que recientemente Kiev se quedó durante tres días sin calefacción ni agua caliente.

En todo caso, Timoshenko se ha mostrado convencida en las últimas semanas de que Kiev y Moscú lograrán evitar una nueva «guerra del gas» entre ambos países.

Por su parte, Naftogaz anunció hoy que espera pagar esta semana la deuda contraída con Gazprom correspondiente a octubre, y el total antes de final de año.

Ucrania debe a Rusia por los suministros de gas 798,6 millones por octubre y 834,5 millones por noviembre, más 347,1 millones de dólares en concepto de multas, según fuentes citadas por la agencia Interfax.

Moscú y Kiev alcanzaron en septiembre un acuerdo en virtud del cual Rusia no comenzaría a cobrar el gas a Ucrania según los estándares europeos de mercado hasta 2011, manteniéndole durante los dos próximos años un precio favorable, que actualmente es de 179,4 dólares por cada mil metros cúbicos de carburante.

Recientemente, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, advirtió de que Rusia tendrá que «cortar el suministro» si Ucrania «no cumple con los acuerdos o, como el pasado año, sustrae ilegalmente gas».

A principios de 2006, el corte de los suministros de gas a Ucrania por parte de Gazprom colocó en una delicada situación a los países de la Unión Europea, que reciben de Rusia una tercera parte de lo que necesitan.

La compañía Himin Solar Energy Group, el mayor productor chino de placas de energía solar para calentar agua, logró una ayuda de cerca de 100 millones de dólares (74,6 millones de euros) proveniente de inversores extranjeros según publicó el periódico oficial «China Daily«.

La cantidad fue aportada en una ‘joint-venture’ por el banco estadounidense Goldman Sachs y el fondo de inversión CDH Investment, explicó el rotativo, y se destinará a la expansión de la firma tanto a nivel doméstico como internacional.

Himin, con base en la provincia oriental de Shandong, vende anualmente dos millones de metros cuadrados de placas solares para calentar agua, la misma cantidad que el total producido en la Unión Europea (UE) y más del doble que el global de Estados Unidos.

Así, los productores chinos acumulan más del 75 por ciento de la producción mundial de este sistema, que usa la luz solar para calentar agua y no para producir electricidad, como sí ocurre con las células foto-voltaicas, un sistema mucho más extendido en todo el mundo.

«Planeamos doblar la inversión en 2009 y esperamos que la ventas crezcan entre un 50 y un 100 por ciento», señaló el presidente de la compañía, Huang Ming.

Las energías renovables tienen un gran potencial de desarrollo y crecimiento en China, ya que, según el Consejo de Estado (ejecutivo), el país debe pasar del 7,5 por ciento de este tipo de energías «limpias» en 2005 al 10 por ciento en 2010.

El acuerdo de inversión llega en un momento importante para la firma, puesto que Himin tuvo que retrasar su salida a bolsa por la crisis financiera mundial, y también para China, después de que la inversión extranjera se esté limitando por temor a la mencionada crisis.

El ministro belga de Empresas, Vincent Van Quickenborne, quiere forzar al grupo eléctrico Electrabel, filial de Suez, a pagar hasta 750 millones de euros por su posición dominante en el mercado, según publica el diario «De Standaard«.

El gobierno desea «animar» a la empresa a ceder parte de su capacidad de producción de electricidad a otros competidores, al considerar excesiva la cuota de mercado del 75 por ciento que ostenta.

El anterior Ejecutivo alcanzó en 2006 un acuerdo con Electrabel por el que la empresa se comprometía a traspasar una parte de su capacidad a al menos otra compañía antes de julio de 2007.

Dado que esto no ha ocurrido y que «parece haber poca acción en el expediente ha llegado el momento de pasar a la acción, porque es necesario que haya más competitividad», ha explicado Van Quickenborne al diario.

El ministro planea imponer al proveedor de energía una tasa «evitable» del 5 por ciento de su volumen de ventas y usar esos ingresos para suprimir impuestos sobre la energía y reducir así las facturas de los consumidores.

Electrabel tiene un volumen de negocios de 15.200 millones de euros, por lo que la tasa planteada por el gobierno se elevaría a 750 millones de euros.

En caso de que la sociedad eléctrica se niegue también en los próximos años a permitir más competencia, esta contribución se puede elevar hasta el 10 por ciento, la máxima multa que se puede imponer por comportamiento anticompetitivo en Bélgica. Por contra, la tasa desaparecería en caso de que Electrabel reduzca su cuota de mercado hasta el 50 por ciento.