El exceso de radiactividad en Fukushima apunta a que el reactor 3 podría estar dañado

«Nuestros datos actuales sugieren que el reactor mantiene algunas de sus funciones de contención, aunque hay muchas probabilidades de que esté dañado, a pesar de que no hay indicios de que se haya producido una rotura en el reactor«, dijo el portavoz de dicha agencia, Hidehiko Nishiyama, en declaraciones recogidas por Kiodo.

El funcionario indicó que las fugas de radiación podrían proceder de las barras de combustible, que podrían estar parcialmente fundidas, o de la piscina que alberga los residuos nucleares. No obstante, matizó que ninguna de las dos opciones ha sido verificada por los expertos.

En referencia a la radiación detectada en el entorno de la planta, Nishiyama informó de la apertura de una investigación para determinar su origen. Algunos apuntan a que podría deberse a las filtraciones terrestres del agua marina usada para enfriar sus instalaciones.

Respecto a los tres trabajadores que sufrieron quemaduras en los pies debido a una posible contaminación radiactiva del agua del reactor, indicó que «pudo deberse a las operaciones de ventilación o a alguna fuga de agua en los tubos o las válvulas, pero no hay datos que sugieran una grieta».

Por su parte, la Compañía de Electricidad de Tokio (TEPCO), encargada de la gestión de la central, afirmó también que la fuga radiactiva detectada en el agua podría proceder del núcleo del reactor, aunque su el vicepresidente de la compañía, Sakae Muto, dijo que es difícil determinar el origen del agua en el reactor y que podría proceder de la piscina de enfriamiento.

Asimismo, TEPCO ordenó sustituir el agua marina por agua dulce para rebajar la temperatura de los reactores, ya que la sal podría cristalizar y formar una costra que impediría la libre circulación del líquido.

Por su parte, el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, alentó a abandonar sus hogares de forma voluntaria a las personas que viven a una distancia de entre 20 y 30 kilómetros de la central nuclear, al tiempo que les garantizó el apoyo de las autoridades.

El portavoz explicó que los vecinos de la central serían trasladados a refugios seguros donde tendrán cubiertas todas las necesidades básicas, algo que ahora no tienen garantizado, ya que los suministros y los insumos empiezan a escasear en el entorno de la planta.

No obstante, Edano descartó una ampliación del perímetro de seguridad establecido alrededor de la central, que contempla la evacuación obligatoria a menos de 20 kilómetros y el encierro en sus viviendas de quienes vivan a una distancia de entre 20 y 30 kilómetros.

En referencia a la escasez energética derivada de la emergencia nuclear, el político adelantó que el Gobierno podría crear una «hora de verano» para reducir el consumo de electricidad durante esta época, ya que este año se espera un déficit de 15 millones de kilowatios.

Además, según informa la televisión estatal NHK, la radiactividad en el agua supera los límites legales para su consumo entre menores en las prefecturas japonesas de Tokio, Fukushima, Ibaraki, Chiba, Saitama y Tochigi.

En 18 plantas potabilizadoras de estas prefecturas la presencia de yodo radiactivo excede los 100 becquerelios, por debajo de los cuales su consumo es apto para menores. Sin embargo, no supera los 300 becquerelios, el límite establecido para su ingesta en adultos.

Esta sustancia no está presente de forma natural en el agua, por lo que los expertos nucleares sospechan que el viento la ha transportado a estas prefecturas desde la central de Fukushima.

Kentaro Murano, profesor de la Universidad de Hosei, indicó que es difícil prever la propagación de este material, ya que depende de la dirección en la que sople el viento. Asimismo, hizo un llamamiento a la calma, al explicar que es normal que los niveles de radiación varíen con frecuencia.

Ante esta situación, el primer ministro de Japón, Naoto Kan, admitió que la situación de la central nuclear «aún no favorece el optimismo», aunque afirmó que el Gobierno está haciendo todo lo posible para evitar que empeore, por lo que hay que evitar caer en la autocomplacencia.

Asimismo, la Comisión Preparatoria del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBTO) explicó que la radiación liberada por Fukushima podría dar la vuelta al mundo en dos o tres semanas.

Siguiendo este patrón, fuentes de la CTBTO citadas por Kiodo indicaron que en los próximos días la contaminación procedente de Fukushima llegará a los países europeos y que en un margen de entre dos y tres semanas habrá recorrido todo el globo, aunque sin perjuicio para salud humana.

Por último, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) estudió de cerca la reacción de la comunidad internacional al accidente nuclear, a la espera de determinar si los gobiernos se decantan por el uso de fuentes energéticas tradicionales que aceleren el calentamiento global.

La secretaria ejecutiva de este organismo, Christiana Figueres, recordó que muchos países se están replanteando sus programas de energía nuclear. «Es muy difícil predecir qué veremos de aquí en adelante (…) si será un lento desarrollo de la energía nuclear y qué significará para los objetivos de algunos países» en cuanto a la reducción de emisiones a la atmósfera.

«En los mejores casos», apuntó Figueres, las autoridades de cada país optarán por reemplazar las centrales nucleares por «las fuentes de energía renovables».

Un terremoto de magnitud 6,1 sacude la zona de Fukushima

Según la agencia de Metereología de Japón, el terremoto tuvo una magnitud de 6,1 y su epicentro estaba a una profundidad de 37 kilómetros, frente a las costas de Honshu, la principal isla del país nipón. El temblor sacudió el distrito de Miyagi, la zona más afectada por el terremoto de nueve grados, según Kiodo. El epicentro se estimó a unos 110 kilómetros al sureste de Morioka, en Honshu, y a 147 kilómetros al noreste de Sendai, también en Honshu

Además, se informó que los reactores 1, 2, 3 y 4 de la central nuclear desprenden vapor blanco, según dijola televisión estatal NHK. Helicópteros de la cadena pudieron comprobar este fenómeno desde el límite del perímetro de seguridad en torno a la planta, fijado por las autoridades niponas en un radio de 30 kilómetros.

Esta es la primera vez que el reactor 1 emana vapor, mientras que los 2, 3 y 4 ya habían sufrido episodios similares. De hecho, el miércoles los trabajos en el número 3 se suspendieron debido al humo negro que surgía de sus instalaciones, aunque las tareas ya se reanudaron, debido a la inexistencia de peligro para los operarios.

Además, dos trabajadores fueron hospitalizados con graves heridas en sus pies (que estuvieron sumergidos en agua mientras realizaban su labor en el primer piso y en los sótanos del edificio que aloja la turbina del reactor 3) después de verse expuestos a una radiación de entre 173 y 180 milisieverts en la central, según informó la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear.

En el hospital de la prefectura de Fukushima al que fueron trasladados les diagnosticaron posibles quemaduras por rayos beta. La Agencia dijo que posteriormente serán llevados al Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de la prefectura de Chiba.

También, dijeron que son 17 los trabajadores que han estado expuestos a una radiación superior a los 100 milisieverts en Fukushima.

Por su parte, los empleados destinados al reactor número 2 también se vieron obligados a suspender temporalmente sus trabajos debido a los altos niveles de radiación detectados, según notificó la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Los trabajadores se retiraron cuando los sistemas de medición registraron 500 milisievert (500.000 microsievert) a la hora, un nivel que pertenece a la horquilla de riesgo. Cuando esto ocurre, las cientos de personas que trabajan en los seis reactores de la planta para tratar de reducir la emisión de radiactividad, deben retirarse de su trabajo, lo que complica y ralentiza gravemente las tareas.

Por su parte, el Ministerio de Ciencia de Japón monitorea los niveles de radiactividad en tierra, mar y aire en un radio de entre 20 y 60 kilómetros en torno a la central y dijo que los niveles de radiactividad detectados superan en 400 veces los habituales.

Las autoridades registraron 43.000 becquerelios de yodo radiactivo y 4.700 de cesio radiactivo apenas a cinco centímetros de profundidad en el suelo ubicado a esta distancia de la planta, en dirección oeste-noroeste, según recoge la televisión estatal NHK. De acuerdo con estas cifras, Keigo Endo, un profesor de la Universidad de Gunma, indicó que el yodo y el cesio radiactivos exceden 430 y 47 veces los límites normales de radiación, respectivamente, aunque se descartó que suponga un riesgo inmediato para la salud humana.

Mientras, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) indicó que, aunque la situación en Fukushima, ha mejorado últimamente, en general sigue siendo «grave».

«Se han producido algunos avances positivos en relación con la disponibilidad de energía eléctrica (…), pero la situación en general sigue siendo motivo de gran preocupación», declaró un alto cargo de la AIEA, Graham Andrew, que afirmó que las autoridades japonesas comunicaron a la AIEA que los niveles de radiación en la planta están disminuyendo.

También, el primer ministro japonés, Naoto Kan, instó a la población a no consumir vegetales de hoja cultivados en la prefectura de Fukushima, ni leche fresca procedente de la de Ibaraki, después de que la Agencia de Seguridad Nuclear detectara trazas de radiactividad en estos alimentos.

El Ministerio de Salud informó de que las hortalizas afectadas son el perejil, el brócoli, la col, la coliflor y las espinacas. En el caso de la kukitatena, una planta típica del país asiático, la radiación es 160 veces mayor que la normal.

Además, el Gobierno de Tokio instó a la población a no dar agua del grifo a los bebés, después de detectar en las plantas potabilizadoras de la ciudad niveles de radiactividad superiores a los considerados saludables para los niños, según informa la agencia de noticias Kiodo.

Las autoridades metropolitanas registraron 210 becquerelios de yodo radiactivo en el agua tokiota, cuando lo habitual es encontrar 100 becquerelios en su composición. La contaminación afectaría al suministro de la capital y al de cinco distritos suburbanos.

Por su parte, la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA) anunció que el país suspenderá sus importaciones de leche, productos lácteos, frutas y hortalizas procedentes de las prefecturas japonesas de Fukushima, Ibaraki, Tochigi y Gunma, por su radiación, como medida de carácter preventivo que estará vigente hasta determinar si los niveles de radiactividad detectados en estos alimentos representan un riesgo para la salud humana.

No obstante, los países de la Unión Europea no detectaron hasta ahora niveles de radiactividad anormales ni en los alimentos procedentes de Japón ni en la atmósfera tras el accidente de la central nuclear de Fukushima, pese a haber aumentando los controles, según informó la Comisión Europea.

En este contexto, el jefe del Gabinete nipón, Yukio Edano, solicitó a los gobiernos extranjeros que adopten una «postura lógica» en las restricciones a la importación de alimentos del país asiático, en un intento por tranquilizar a los mercados.

Es más, tres organizaciones de la ONU (FAO, OIEA y OMS) afirmaron que están «comprometidas» en utilizar sus conocimientos y competencia técnica para apoyar al Gobierno de Japón a hacer frente a la inocuidad alimentaria al detectarse radiactividad en varios alimentos.

Japón admite que no existe mucha mejoría en Fukushima

Incluso, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, dijo que pese a los últimos avances, la situación en la central nuclear de Fukushima continúa siendo muy grave y que sigue siendo una señal de alerta contundente para la comunidad internacional.

El surcoreano recalcó que la energía nuclear es la más limpia, si bien emplazó a los países que la utilizan a revisar y reforzar sus estándares de seguridad a este respecto, informa el canal japonés NHK

Por otra parte, los operarios de Tokyo Electric Power (TEPCO) consiguieron reconectar los seis reactores de la central nuclear de Fukushima a la red eléctrica, lo cual permitirá agilizar las tareas de refrigeración y evitar así una fusión parcial de sus núcleos, con la consiguiente nueva emisión de partículas radiactivas a la atmósfera, según confirmó la propia compañía.

La empresa operadora informó también de que se recuperó el suministro eléctrico en las salas de control de los reactores 3 y 4, lo cual permitirá controlar mejor la situación, según la agencia estatal de noticias Kiodo. Aparte, los directivos de TEPCO pidieron disculpas personales a la población por primera vez desde el 11 de marzo.

El ministro de Industria, Banri Kaieda, declaró que los avances en la reanudación del suministro eléctrico son una buena noticia, pero precisó que la situación en los reactores sigue siendo «extremadamente dura».

Por su parte, el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, Hidehiko Nishiyama, declaró que la reanudación de la electricidad permitirá que las autoridades puedan comprobar la eficacia de las medidas que se están llevando a cabo y aseguró que es improbable que la situación empeore.

Esta madrugada se observó otra columna de humo saliendo del reactor 3 y también se registró humo blanco en el reactor 2, que podría procder de la piscina donde se almacena el combustible usado, según la Agencia de Seguridad Nucklear de Japón.

El domingo un humo negro comenzó a salir de la unidad 3, una de las que más dañadas y que más preocupa a los ingenieros, lo que obligó a evacuar a los trabajadores de ese área y detener parte de los trabajos en la planta.

En cuanto a las emisiones de radiactividad, el jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, dio instrucciones a distintas agencias del Gobierno para que redoblen los análisis en las aguas niponas, donde el lunes se detectaron, cerca de la central de Fukushima, niveles de radiación anormalmente altos.

Edano hizo hincapié en que no se trata de niveles que puedan afectar a la salud aunque se beba agua marina durante un año. No obstante, pronosticó que si la radiación en las aguas continúa siendo elevada, podrían darse efectos dañinos.

En un intento desesperado por enfriar los reactores y las barras de combustible nuclear, los trabajadores arrojaron agua de mar en el edificio, aunque algunos expertos se preguntaron qué pasa con dicho agua.

«Me interesa saber cómo se desecha ese agua (…) si se desecha o se permite que se drene al mar», declaró Najmedin Meshkati, experto nuclear y medioambiental de la Universidad de California del Sur. «Se trata de agua desechada radioactiva. ¿Se ha medido su efecto radiactivo?», se preguntó.

Hidehiko Nishiyama, el citado subdirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear, aseguró que la radioactividad en el mar podría deberse al agua utilizada para enfriar los reactores o por las partículas expulsadas desde la planta. «Personalmente, creo que la segunda opción es la más probable», opinó.

El propietario de la planta, TEPCO, aseguró que los niveles de radiación de iodo 131 presentes en las muestras de agua de mar recogidos frente a la planta eran 126 veces más elevado que el límite, mientras que los niveles de celsio 134 eran 25 veces superior a lo permitido, y la presencia del celsio 137 era de 16 veces más. Según la compañía, también se detectó un rastro de cobalto 58.

Asimismo, varias fuentes diplomáticas afirmaron que en Islandia se detectaron unas cantidades minúsculas de partículas radiactivas que podrían proceder de la central nuclear japonesa Fukushima.

Pero las fuentes aclararon que estos pequeños restos de yodo, que fueron detectados por una red de estaciones de observación internacionales, coordinadas por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), y atravesaron el océano Pacífico y llegaron al Atlántico a través de Norteamérica, son demasiado insignificantes para causar perjuicios en la salud de las personas.

Por su parte, el Gobierno español decidió incrementar los controles sobre los productos importados de Japón, tras las últimas informaciones confirmadas por las autoridades niponas sobre la presencia de contaminación radiactiva en varios productos, especialmente vegetales y leche. Se siguen así las recomendaciones de los organismos internacionales en aplicación del «principio de precaución», a partir de los controles que ya se hacían desde días atrás.

A pesar de ello, la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, dijo que, desde que se activaron los protocolos europeos para controlar la entrada de posibles productos radiactivos de Japón a España hasta ahora, no ha entrado ningún alimento procedente de este país. No obstante, siguen activos los controles sobre estos productos en los 42 puntos fronterizos españoles, 22 puertos y 20 aeropuertos, donde trabajan más de 400 profesionales.

El Ministerio de Sanidad informó además de que ninguno de los 119 pasajeros que llegaron de Japón en el avión fletado por el Gobierno presentaba contaminación radiactiva.

Los Estados de la UE acuerdan realizar una evaluación sobre la seguridad de las nucleares europeas antes de fin de año

Los titulares de Energía de la Unión Europea acordaron elaborar en las próximas semanas un catálogo de criterios en base a los cuales se harán estas pruebas en las centrales, con el objetivo de armonizar la política energética de los países miembros y llegar a unas normas comunes sobre energía nuclear.

Así lo explicó, en rueda de prensa, el ministro húngaro de Desarrollo Nacional, Tamas Fellegi, junto al comisario europeo de Energía, Günter Ottinger. Además, Fellegi, confirmó que los Veintisiete discutieron la posibilidad de cerrar centrales si no pasan las pruebas, aunque no quiso entrar en detalles al respecto ni confirmar si todos respaldan este principio.

Se trata de una iniciativa «voluntaria» en la que se avanzará la próxima semana, cuando hay prevista una reunión entre los países miembro, las empresas energéticas y los supervisores de los diferentes Estados.

En esta primera toma de contacto, se planteó que los citados criterios sean estrictos y afecten a todos los países europeos en los que hay centrales nucleares en funcionamiento. En esta iniciativa habrán de participar también los países que no cuentan con estos reactores, ya que el riesgo que entraña la energía nuclear va más allá de las fronteras del país donde se ubica la planta.

Las pruebas que se practiquen tendrán que tener en cuenta aspectos como el riesgo de inundación de una planta, el riesgo ante un accidente o un ataque terrorista, el diseño técnico, las características del sistema de refrigeración, los generadores de asistencia cuando no funciona la red eléctrica, la edad del reactor, el tipo de reactor y los planes de evacuación y emergencia, entre otros.

El comisario de Energía defendió examinar «la calidad» de los sistemas de refrigeración y diseños de las centrales, para ver sobre todo «que cuentan con un sistema de suministro eléctrico de seguridad» alternativo.

Se trata, por lo tanto, de elaborar unas exigencias comunes para evaluar los riesgos de una central en base a ellos, teniendo en cuenta que la decisión de cerrar una central corresponde a cada país, no a la Unión Europea.

Partiendo de la base de que la energía nuclear suscita ideas y posiciones muy dispares en los diferentes países («no se percibe igual en todos ellos» y, de hecho 14 Estados tienen centrales y 13 no), la meta que persigue Bruselas es presentar una propuesta de evaluación de la directiva sobre energía nuclear y llegar a normas europeas armonizadas. A su juicio, «la política energética europea tiene que hablar con una voz única».

Los ministros de Energía incidieron asimismo en la prioridad de prestar apoyo humano y técnico a Japón y a Libia y destacaron que el mercado energético y el abastecimiento de energía, hasta ahora, están pudiendo hacer frente a las dificultades derivadas de la situación que viven estos dos países.

Defendieron, además, la importancia de ser transparentes e informar a la ciudadanía, pero sin generar «alarma». Oettinger defendió su «evaluación» de la situación sobre el terreno, aunque rebajó el tono al asegurar que Japón vive «un desastre» y no «un apocalipsis».

«Algunas personas son más precavidas en su evaluación de lo que quizá haya sido yo. Mi evaluación no ha creado pánico ni ha minimizado el riesgo», insistió el comisario Oettinger, preguntado por las críticas que le lanzaron ya varios ministros por sus polémicas declaraciones.

Para los responsables de Energía de la Unión Europea es preciso «resistir a las presiones que quieren obligarnos a tomar decisiones políticas cuando aún no ha terminado el drama de Japón ni sabemos qué ha pasado». Abogaron, por ello, por no precipitarse y esperar a ver «el panorama completo».

La situación en la central de Fukushima mejora aunque de forma «lenta pero constante»

Por su parte, la empresa operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), informó de que todavía falta por conectar a la red eléctrica dos de los seis reactores de Fukushima, los números 3 y 4, que fueron los más afectados por el terremoto, tras conseguir restablecer el suministro en el 2, por lo que vuelven a funcionar sus sistemas de control de la radiactividad y de refrigerado.

Además, el 5 y el 6 se encuentran en «parada fría», término que se emplea para describir el apagado completo del reactor y que supone que ya no existe peligro alguno de fusión de su núcleo.

Por su parte, los equipos de emergencia han reanudado el vertido de agua sobre los reactores tres y cuatro de la central nuclear de Fukushima. Se calcula que hasta el momento estos equipos han derramado unas 3.700 toneladas de agua marina sobre dichos reactores con el objetivo de rebajar su elevada temperatura y evitar con ello una fusión parcial de sus núcleos, que supondría una nueva emisión de partículas radiactivas a la atmósfera.

La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón advirtió de que la presión está aumentando en el reactor número 3 de la central de Fukushima, por lo que podría ser necesario «ventilar» sus instalaciones para rebajarla.

De hecho, los operarios que trabajan para controlar la crisis en la central detectaron humo en uno de los reactores, lo que llevó a evacuar temporalmente en la zona sureste de la unidad 3. Apesar de ello, no se han apreciado cambios importantes en los niveles de radiactividad.

El director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, reconoció que la situación en torno a la central nuclear es «muy seria» pero se mostró convencido de que Japón conseguirá superar la crisis.

Amano indicó que «se han detectado altos niveles de contaminación en la localidad donde está la planta», que se encuentra a 240 kilómetros al norte de Tokio. Pero, ha añadido, «no tengo ninguna duda de que esta crisis será superada de forma efectiva».

Asimismo, el Ministerio de Sanidad de Japón instó a los residentes en un pueblo de la prefectura de Fukushima a no beber agua del grifo debido a los materiales radiactivos detectados en ella, aunque descartó que su consumo suponga un riesgo inmediato para la salud humana, informa la televisión estatal NHK.

De acuerdo con las mediciones realizadas, el agua de la localidad de Iitate triplica los niveles normales de radiación, puesto que el ministerio detectó 965 becquerelios de yodo radiactivo cuando lo habitual son 300 becquerelios.

En consecuencia, desaconsejó a sus 3.700 habitantes el consumo de agua, aunque señaló que ésta es apta para la higiene personal y para cocinar los alimentos.

También la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que la detección de contaminación radiactiva en los alimentos procedentes de las zonas más afectadas por la actual emergencia nuclear de Japón supone un problema «más grave de lo que se esperaba».

«Claramente se trata de una situación grave», declaró desde Manila el portavoz de la oficina de la OMS para el Pacífico Occidental, Peter Cordingley. «Es más grave de lo que se pensaba en los primeros días, cuando se creía que este tipo de problemas se limitaba a un radio de entre 20 a 30 kilómetros», añadió.

Pese a que las autoridades japonesas aseguraron que no reviste problemas para la salud, la detección de radiación en vegetales, áridos, leche y agua afectó a los mercados de alimentos regionales.

El Gobierno prohibió la venta de leche fresca procedente de la prefectura de Fukushima y de espinacas procedentes de cuatro prefecturas próximas a Fukushima.

En las prefecturas de Gunma, Tochigi (centro) y Chiba (centro-este), ubicadas al sur de Fukushima, se detectó una radiación excesiva en las hojas de espinaca, que superan 27 veces los niveles legales de radiactividad. Sin embargo, la organización dijo que no supone una amenaza para la salud, pese a que rebasa los límites normales.

Además, las autoridades delegaron en los gobiernos municipales la decisión de cesar voluntariamente el comercio de alimentos posiblemente contaminados.

Según Cordingley, la OMS no tiene evidencias de que la contaminación de alimentos procedentes de la prefectura de Fukushima –donde se encuentra la planta nuclear de Fukushina– haya afectado a otros países.

«No hemos podido establecer ninguna relación entre Fukushina y las exportaciones, pero es lógico suponer que algunos productos contaminados hayan salido de la zona», admitió.

Por último, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en coordinación con el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, puso en marcha un dispositivo para el control radiológico de las personas procedentes de Japón.

Para ello, se desplegará un equipo de inspectores y de su unidad de apoyo, que actuarán equipados con instrumental adecuado, y cuya tarea consistirá en realizar un primer chequeo radiológico a los pasajeros y tripulación que lleguen del país nipón. Además, estos profesionales examinarán los equipajes y analizarán varias zonas del avión, como la cabina, la bodega de carga o la superficie exterior.

En caso de que se detectara algún tipo de radiación en alguna de las personas analizadas, se le realizaría en primer lugar una descontaminación exterior en los casos que proceda. A continuación, en colaboración con las autoridades sanitarias, se procedería a realizar una revisión en un contador de radiactividad corporal para medir la posible contaminación interna.

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha habilitado un teléfono (901 400 100) y un correo electrónico (oiac@mspsi.es) para atender cuestiones relativas a este asunto.

Tokio eleva a cinco el nivel de gravedad del accidente en la central nuclear de Fukushima

De este modo, el suceso pasa de ser considerado «accidente con consecuencias de alcance local» (nivel 4) a ser reconocido como un «accidente con consecuencias de mayor alcance» (nivel 5). Estos niveles se corresponden con la escala internacional de Sucesos Nucleares (INES), que consta de siete niveles.

Según datos oficiales, las unidades 2 y 3 de Fukushima Daiichi han sido recalificadas con nivel 5 en la Escala INES, mientras que se mantiene que la integridad del edificio de contención primaria de la unidad 1 permanece intacta. Por su parte, la unidad 4 de la central de Fukushima Daiichi fue calificada con nivel 3 («incidente importante»), al igual que las unidades 1, 2 y 4 de Fukushima Daini.

El nivel 6 de la escala INES supondría pasar a un «accidente importante» y el nivel 7 equivaldría a un «accidente grave», en el que se liberarían al exterior materiales radiactivos con repercusiones serias para la salud y para el medio ambiente, como ocurrió en Chernóbil (Ucrania).

Según los citados datos, los monitores de radiación localizados fuera del emplazamiento detectan radiación «relativamente alta en algún punto»; no obstante, «los niveles de radiación no alcanzan un nivel perjudicial para la población«.

Mientras tanto, unos 130 bomberos están lanzando agua desde camiones cisternas sobre el reactor número tres de la central de Fukushima. Según informó la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón y la Tokyo Electric Power Company (TEPCO), los niveles de radiación en uno de los puntos de medición de la central descendieron considerablemente de forma paulatina en la mañana del viernes, después de que los trabajadores que intentan evitar el desastre en Fukushima arrojasen agua por tierra y por aire sobre el reactor número 3, el único que funciona con un combustible nuclear llamado MOX que además de uranio contiene plutonio, mucho más peligroso.

Así. la radiactividad era de 279,4 microsievert, cuando en la jornada anterior se registraron 292,2. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la radiación liberada por la central nuclear japonesa no ha alcanzado la atmósfera superior, por lo que el tráfico aéreo puede continuar con seguridad excepto en la zona más próxima a la planta y añadió que tampoco es necesario someter a una revisión a los pasajeros de aviones procedentes de Japón.

El descenso se detectó tras una operación de más de una hora de duración por parte de la policía antidisturbios y las Fuerzas de Autodefensa para suministrar agua desde tanques cisterna al edificio del reactor 3, uno de los más dañados en las sucesivas explosiones que ha sufrido la central, que le han hecho emitir gran cantidad de vapor, lo que hace temer una eventual fusión parcial de su núcleo.

Ayer, cinco camiones cisterna arrojaron agua para intentar enfriar la piscina de combustible nuclear gastado de este reactor. Esta piscina -al igual que la del reactor 4- preocupa tanto o más que el calentamiento en los núcleos de los reactores, pues el combustible nuclear que hay en ella también se está calentando y emitiendo radiactividad. Además, se intentó determinar el estado de la piscina de almacenamiento de la unidad 4, puesto que se desconoce si todavía queda agua para cubrir el combustible utilizado que se encuentra en ese recipiente. Un responsable de TEPCO, señaló que la cantidad de combustible en la piscina del reactor 4 es «muy elevada» y hay «mucha incertidumbre» sobre si hay agua o no.

Los técnicos nipones realizaron una operación poco convencional para intentar enfriar los reactores. Por primera vez helicópteros del ejército japonés arrojaron agua de mar borada sobre los reactores 3 y 4 de la central. Hasta cuatro veces se produjo la descarga (se vertieron 64 toneladas de agua), que el miércoles había tenido que ser abortada por los elevados niveles de radiación de la central.

En el reactor 3 el núcleo está dañado y el combustible nuclear descubierto (tal y como sucede en el reactor 1, el otro que estaba funcionando cuando se produjo el terremoto) pero además las unidades 2 y 3 han sufrido daños en la estructura de contención (la barrera de acero y hormigón que debe impedir una fuga radiactiva en caso de que se produzca una fusión del núcleo).

Los operarios continúan con la misión este viernes. Entretanto, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), que explota la central, avanzó en los trabajos de conexión a la red que permitirán poner de nuevo en marcha los sistemas de refrigeración. Y es que ayer, consiguieron conectar un cable de 1 kilómetro de largo desde la red principal hasta el reactor 2, con la esperanza de restablecer el flujo eléctrico para reactivar los sistemas de refrigeración, que atajen el recalentamiento de las piscinas con combustible usado de los reactores para ayudar a refrigerarlo. «Si el trabajo de restauración se completa, seremos capaces de activar varias bombas eléctricas y arrojar agua a los reactores y piscinas para combustible nuclear gastado», declaró un portavoz de TEPCO.

«Planean reconectar la energía (eléctrica) a la unidad 2 una vez que se haya completado el riego de agua sobre el reactor 3″, dijo la AIEA. Esto supone que las tareas de reconexión tendrán que interrumpirse este viernes mientras se arroja agua sobre el reactor 3.

Precisamente, parece que los intentos para restablecer la energía eléctrica en el reactor 2 también están avanzando. Eso sí, más lentamente de lo esperado. «El trabajo preparatorio no ha ido hasta ahora tan rápido como habíamos esperado», reconoció un portavoz de la compañía que gestiona la planta. Los elevados niveles de radiactividad en la planta obligaron a controlar frecuentemente a los trabajadores.

TEPCO dijo que este sábado por la mañana podría restablecerse el suministro eléctrico en el reactor número 4. Poco antes, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial anunció que la electricidad podría volver a los reactores 1 y 2 el sábado.

Por otra parte, el generador diésel de emergencia en el reactor 6 vuelve a estar operativo y suministrando electricidad a las unidades 5 y 6 (que están a unos 200 metros de los otros cuatro reactores de la central), según el organismo nuclear nipón (NISA).

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, afirmó que su Gobierno está dando a conocer toda la información de que dispone sobre el accidente ocurrido en la central de Fukushima. «Hemos estado diciendo con sinceridad que la situación relativa al accidente en la planta nuclear sigue siendo muy grave», declaró en televisión. Asimismo, el primer ministro nipón podría visitar la próxima semana las zonas del noreste del país más afectadas por el terremoto y el posterior tsunami.

Por otro lado, el subdirector general de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, Hideohiko Nishiyama, afirmó que los ingenieros japoneses no pueden decir aún si los reactores dañados están bajo control. «Con las operaciones de rociamiento de agua, estamos luchando contra un incendio que no podemos ver», explicó. «El fuego no se está extendiendo, pero todavía no podemos afirmar que está controlado», añadió.

Ni siquiera si TEPCO consigue restablecer la energía con el reactor 2, está claro si el sistema de refrigeración funcionará, pues puede haber sufrido daños por el desastre natural y las explosiones.

El responsable nuclear de EEUU, Gregory Jaczko, advirtió, de hecho, que la resolución de la crisis llevará «algún tiempo, posiblemente semanas». Asimismo, la AIEA consideró que la situación en Fukushima sigue siendo «muy grave», si bien parecía que no había empeorado desde el día anterior. Sin embargo, la radiactividad había aumentado en las localidades de la zona de evacuación en torno a la central, con respecto al miércoles.

Además, el Gobierno japonés informó de que posiblemente militares de EEUU operen un avión no tripulado Global Hawk de reconocimiento a gran altura, para tomar imágenes del interior del edificio que alberga el reactor 4 y ver sus daños.

También, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) confirmó que al menos 23 trabajadores resultaron heridos en las operaciones de contención de Fukushima, la mayoría como consecuencia directa de las explosiones registradas en diferentes puntos de la central nuclear durante los últimos seis días. Además, otros dos se encuentran desaparecidos y al menos 20 se vieron expuestos a niveles de radiación por encima de lo permitido, pero sólo tres han necesitado atención médica.

Asimismo, unas 10.000 personas se sometieron a pruebas de medición de radiactividad en la prefectura de Fukushima. TEPCO indicó que solo seis personas tuvieron que someterse a procesos de descontaminación, aunque fueron parciales, por lo que solo se llevaron a cabo en cara y manos. Las pruebas, se desarrollaron en los centros sanitarios y refugios de la prefectura, y abarcaron a los vecinos de las instalaciones nucleares y los a residentes en otras 26 localidades.

Mientras tanto, se confirmó que unas 28.000 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares por su cercanía a la central de Fukushima, donde se registran esos niveles preocupantes de radiación. Hasta 31 gobiernos municipales de la prefectura de Fukushima hablan de un total de 28.152 ciudadanos evacuados, a los que se añaden aquellos que ya se encuentran en refugios alejados de la zona de peligro. Muchos de los refugios temporales ya están saturados y no pueden recibir a más evacuados. El número de personas que tratan de salir de Fukushima hacia otras prefecturas no hace sino aumentar.

La vecina prefectura de Niigata recibió ya a 2.700 evacuados de Fukushima y las autoridades reservaron las plazas de 17 hoteles en la Ciudad de Niigata y otras poblaciones para los próximos que lleguen. En la prefectura de Yamagata, se empezaron a realizar pruebas de radiactividad y chequeos médicos a los desplazados, que en este territorio ya suman 1.600. Tochigi, al sur de Fukushima, recibió a 320 habitantes de esta región.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó a la población de los perjuicios que puede entrañar para la salud el uso indiscriminado del potasio iodado y de productos con iodo, utilizados ahora como respuesta a la exposición radioactiva, e informó de que tomarlas sin supervisión puede tener efectos secundarios como la inflamación de las glándulas salivales, náuseas, complicaciones intestinales y reacciones alérgicas.

Cuando se produce un accidente nuclear, las pastillas de potasio iodado evitan que las glándulas de la tiroides absorban la radioactividad y así se reduce el riesgo de desarrollar un cáncer a largo plazo

En cuanto a la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que agrupa a las principales operadoras mundiales, decidió ceder equipos de comunicación por satélite en las áreas afectadas por el terremoto y el tsunami de Japón. En concreto, se instalaron 78 teléfonos de satélite Thuraya con CPS para facilitar las labores de búsqueda y rescate, además de 13 terminales Iridium y 37 Inmarsat. Otros 30 terminales Inmarsat para ser enviados a las zonas afectadas por el desastre natural.

El Gobierno español recomienda alejarse a 120 km de Fukushima

Por su parte, el Gobierno español recomendó a todos los españoles que estén viviendo en Japón que se alejen al menos a 120 kilómetros de la central nuclear de Fukushima.

Asimismo, se desaconsejó viajar a Japón en estos momentos de crisis nuclear, puesto que «existe riesgo de réplicas y tsunamis en todo Japón». En cualquier caso, «se recomienda encarecidamente a los españoles que se encuentren en el país que sigan las consignas de las autoridades locales para estos casos, extremen las precauciones tanto en sus lugares de residencia como en sus desplazamientos, especialmente en las zonas urbanas, y que se pongan en contacto con la Embajada en Tokio».

Para ello, y dadas las dificultades que presentan las comunicaciones, el Gobierno recordó los datos para ponerse en contacto con la Embajada en Tokio. En concreto, pueden hacerlo a través del teléfono 03 3505 8762, de los faxes 03 3582 8627 y 03 3505 8783, y del e-mail emb.tokio.info@maec.es.

«También hemos reforzado la Embajada de España para atenderles de la mejor manera» con dos diplomáticos, dijo la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez.

Por su parte, el vicepresidente primero y portavoz del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció que «en las próximas horas» saldrá un avión tipo jumbo rumbo a Japón, con el objetivo de repatriar a los cerca de 300 españoles que han manifestado su deseo de salir del país. El avión, que tiene 450 plazas, se ha fletado ante la imposibilidad que tienen los españoles residentes en Japón para poder salir del país, ya que los vuelos comerciales están saturados y no hay ningún billete para los próximos diez días.

Cuatro de los seis reactores de Fukushima, fuera de control

«Creemos que la muralla secundaria de confinamiento ha sido destruida (en el reactor 4), que no hay más agua en las piscinas con los combustibles gastados y que los niveles de radiación son extremadamente elevados», advirtió el director de la Comisión Regulatoria Nuclear estadounidense (NRC), Gregory Jaczko, hablando de unos daños en este reactor mucho mayores de lo que habían dicho hasta ahora las autoridades niponas.

Tales niveles de radiación dificultarán las tareas de control en toda la planta nuclear. «Sería muy difícil para los trabajadores de emergencia acercarse a los reactores. Las dosis (de radiación) podrían ser letales», dijo Jaczko en una comparecencia ante el Congreso de EEUU.

Aunque el núcleo del reactor 4 no contenía combustible nuclear (cuando se produjo el terremoto, estaba parado por tareas de mantenimiento), sí tiene combustible nuclear gastado en una piscina de refrigeración, que resultó dañada en la explosión e incendios que ha sufrido esta unidad. No ha sido posible determinar la causa de estos incendios precisamente por los elevados niveles de radiación en el lugar. «Pensamos que ha habido una explosión de hidrógeno», explicó Jaczko.

Al igual que es necesario enfriar el combustible del núcleo en los reactores que sufrieron una súbita parada con el seísmo (lo que ahora intentan los técnicos en los reactores 1, 2 y 3), las barras de combustible gastado necesitan estar cubiertas de agua para enfriarlas. Si no se enfrían, se dañan y pueden emitir sustancias radiactivas.

Por su parte, la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) informó de que las barras de combustible de los reactores 1 y 2 de la nuclear están dañadas al 70 y 33 por ciento, respectivamente, según recoge la agencia de noticias Kyodo.

Además, el sistema informático utilizado para medir la propagación de la radiactividad en torno a la nuclear de Fukushima dejó de funcionar, según adelantó la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, que no se atrevió a aventurar cuándo volverá a estar operativo el equipo.

«Las autoridades japonesas han informado de su preocupación sobre la condición de la piscina de combustible nuclear gastado en las unidades 3 y 4 de Fukushima Daiichi», informaron unas horas antes la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).

Los reactores 3 y 4 han sido los que han sufrido nuevos problemas en las últimas horas, puesto que se declaró un nuevo incendio en el reactor 4. La compañía eléctrica que gestiona la central, Tepco, reconoció que su estado es «crítico». Sólo unas horas después, comenzaba a salir humo blanco del edificio del reactor 3, el único de la planta en el que se utiliza plutonio, mucho más nocivo que el uranio.

Las autoridades niponas reconocieron que el reactor 3 -la «prioridad», según Tepco- ha sufrido daños en su recinto primario de contención (la estructura de acero y hormigón para evitar una fuga radiactiva) y parece estar liberando vapor radiactivo.

El director general del AIEA, Yukiya Amano, dijo que su organismo no ha visto por ahora signos de emisiones de plutonio en el reactor. «El plutonio no es una inquietud en este momento» y añadió que «los niveles de la radiación liberada a la atmósfera no suponen un riesgo inmediato para la salud».

De momento no hay pruebas de que se haya producido una extensión significativa de la radiación fuera de Japón a raíz de los problemas que tienen tres centrales nucleares según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Han circulado rumores a través de mensajes de texto y otros medios sobre una amenazadora nube de radiación que se está expandiendo por Asia y más allá desde las instalaciones nucleares dañadas de Japón», afirmó la OMS, que pidió que «se ponga fin a estos rumores, que son perjudiciales para la moral pública».

«Los expertos comparten la preocupación de Japón por la situación» de la central Fukushima-1, pero «basándose en la información disponible hasta la fecha, la OMS cree que actualmente no existe un riesgo importante para la salud humana para las personas que viven fuera de la zona de exclusión de un radio de 30 kilómetros«.

El ministro portavoz, Yukio Edano, reconoció que estaban considerando que esta unidad podía haber sufrido un fallo similar al del reactor 2 (que sufrió una explosión en la madrugada del martes), donde resultó dañada la estructura primaria de contención y, posiblemente, también la vasija del reactor. Lo prioritario, dijo Edano, es controlar las labores de refrigeración.

«Verter agua en las piscinas de combustible nuclear gastado de los reactores número 3 y número 4 es una alta prioridad», declaró en una conferencia de prensa Hidehiko Nishiyama, funcionario de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón.

Sin embargo, la tarea de refrigeración se está mostrando harto difícil. Los altos niveles de radiación obligaron a retirar brevemente a los trabajadores de Fukushima. Además, impidieron que un helicóptero volara hasta la zona para lanzar agua sobre el reactor número 3 y así intentar enfriar sus barras de combustible. Los trabajadores intentaban también limpiar de escombros la zona para construir un camino para que los camiones de bomberos pudieran llegar al reactor número 4 del complejo.

En una señal de desesperación, las autoridades se disponen a arrojar agua mediante cañones (utilizados habitualmente para dispersar manifestaciones) sobre la unidad 4 y posiblemente también sobre la 3, según el organismo de Naciones Unidas.

En este contexto, admitió que podría ser necesario la ayuda de terceros países. Así, barajó la posibilidad de solicitar la intervención de las fuerzas militares estadounidenses para atender la emergencia. A pesar de esta advertencia, Edano solicitó a la población que mantenga la calma y frene la compra compulsiva de combustible.

«En las próximas horas habrá nuevos eventos catastróficos, que podrían presentar una amenaza a las vidas de las personas en la isla», advirtió este miércoles el comisario de energía de la Unión Europea, Günther Oettinger, al Parlamento Europeo. Oettinger indicó que el sitio nuclear estaba «efectivamente fuera de control». El comisario ya dijo que la situación en la central es «apocalíptica».

«Todavía no hay pánico, pero Tokio, con 35 millones de personas, es la mayor metrópolis en el mundo», advirtió. Al ser consultada, su portavoz señaló que sus predicciones de la catástrofe para las próximas horas no estaban basadas en una información privilegiada específica.

También el director general del AIEA se mostró inquieto por una situación que calificó de «muy grave», si bien consideró que «no es el momento de decir que las cosas están fuera de control», cuando fue preguntado por las declaraciones de Oettinger. «Los operadores están haciendo todo lo posible para restaurar la seguridad del reactor», añadió Amano.

Según dijo, se han confirmado daños en los núcleos de tres reactores. En los tres reactores que estaban en funcionamiento cuando se produjo el terremoto (el 1, 2 y 3) el núcleo sigue parcialmente descubierto, es decir, las barras de combustible no están totalmente cubiertas de agua y, por tanto, se están calentando. En caso de que no consiga bajarse su temperatura, puede producirse la fusión del núcleo.

Según Amano, el agua está a un nivel que deja dos metros de las barras de combustible (que miden casi cuatro metros) expuestas. El responsable del AIEA anunció además que viajará a Japón lo antes posible para evaluar la situación, pues necesita más información de las autoridades niponas, que hasta ahora han comunicado los problemas de la central con cuentagotas.

Desde que el pasado viernes Japón se vio sacudido por un devastador terremoto, las explosiones e incendios se han sucedido en la central de Fukushima Daiichi. Al día siguiente del seísmo, se produjo la primera explosión en la planta, en su reactor número 1 (el primero que mostró problemas de calentamiento y elevada presión), que aparentemente sólo produjo daños en el edificio.

La madrugada del domingo al lunes, fue el reactor número 3 fue el que registró una explosión de hidrógeno. Hace dos noches, el reactor número 2 sufrió una nueva explosión (a las 6:10 del martes en Japón, 22:10 horas del lunes en la Península). Unos minutos después, registraba una explosión en el número 4 y, tres horas después, se declaraba un incendio en este edificio. Esta noche, han sido de nuevo los reactores 3 y 4 los que han mostrado problemas.

En el caso del reactor 2, los daños parecen especialmente importantes. Según reconocieron las autoridades niponas al AIEA, la estructura primaria de contención (una estructura de acero y hormigón preparada para frenar una posible fuga radiactiva) se vio dañada y es posible que también haya daños en la vasija del reactor.

La energía se encarecerá y lastrará el desarrollo mundial tras el terremoto en Japón

Las explosiones producidas en la central nuclear de Fukushima tras el terremoto y el maremoto que asolaron Japón el pasado 11 de marzo han alimentado un debate sobre la energía nuclear que supondrá «una ralentización en la construcción de centrales y una inversión en seguridad de las existentes«, explicó Banca March.

«En su conjunto va a implicar un aumento del coste de la energía con un efecto negativo en el crecimiento mundial y en la inflación«, dijo, si bien apuntó a que a largo plazo la reconstrucción mejorará la actividad económica del país.

La firma indicó que la incertidumbre del movimiento sísmico sobre el crecimiento económico del planeta ha provocado una bajada del precio del petróleo, pero advirtió de que la demanda de crudo por parte de Japón aumentará como consecuencia de las centrales nucleares afectadas.

En este sentido, apuntó a que las empresas beneficiadas van a ser las de petróleo y gas y, sobre todo, las de energías renovables, ya que las eléctricas buscarán un ‘mix’ más diversificado, lo que las obligará a invertir más en energías más caras.

Por otro lado, destacó que las empresas más afectadas a escala mundial serán las compañías de seguros y reaseguro, ya que en Japón está extendida la cultura del seguro, aunque también las compañías relacionadas con la construcción de centrales o fabricación de combustible nuclear.

Banca March advirtió de que se puede producir una repatriación de capitales, porque tanto el sector público como el privado tienen unas fuertes reservas en divisa extranjera, lo que provocaría una apreciación del yen.

Sin embargo, consideró que el Banco de Japón contrarrestará dicha apreciación del yen mediante la emisión de moneda, a lo que se sumarán inyecciones de liquidez en el sistema si se producen tensiones en el interbancario.

Aunque aún no se han cuantificado las pérdidas provocadas por el terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter y el maremoto, el movimiento sísmico ha sido más fuerte que el que asoló a Kobe en 1995 y que costó 9,6 billones de yenes, el 2% del PIB de Japón, destacó March.

El Gobierno francés aconseja poner en práctica medidas de ahorro mientras se conduce

«No es broma: cuando se reduce un poco la velocidad, cuando se conduce sin tirones ni frenazos», y con un menor uso de la climatización «son pequeños actos que reducen el consumo del vehículo», explicó Christine Lagarde durante una visita a una gasolinera para presentar una campaña de controles para verificar los márgenes.

Preguntada sobre una disminución del límite de velocidad en las autopistas como en el caso de España, respondió que «hay medidas que permiten rebajar hasta en un 10% el consumo por vehículo», como «reducir un poco la velocidad», conducir con suavidad o llevar los neumáticos correctamente inflados. «Todos tenemos que hacer esfuerzos», subrayó

Según un comunicado de su departamento, evitar los acelerones y los frenazos puede disminuir el gasto de combustible de un vehículo en un 40%, rebajar la velocidad en 10 kilómetros por hora supone un litro menos por cada 100 kilómetros recorridos y llevar los neumáticos correctamente inflados un 2,4%.

El Ejecutivo francés no ha querido hasta ahora hablar de medidas restrictivas de obligado cumplimiento y, según las palabras de la ministra, el Gobierno privilegia la regla de «transparencia, competencia y control».

Así recordó que una página web actualizada por su departamento informa de los precios de venta al público de las gasolineras del país, de forma que los automovilistas pueden consultar cuál es la más barata en las cercanías del lugar en que se encuentran. De hecho, se ha constatado «diferencias que pueden llegar a 25 céntimos».

Además, el Observatorio de los Precios y los Márgenes, que hasta ahora se dedicaba únicamente a la verificación del mercado de los alimentos se va a ocupar también de la energía y realizará comparaciones entre el precio de los carburantes a la salida de las refinerías y en las gasolineras.

Lagarde anunció que reunirá a los profesionales del sector a finales de mes con los datos disponibles.

El secretario de Estado de Comercio, Frédéric Lefebvre, advirtió de que teniendo en cuenta la tendencia al alza de los precios de la energía -que representa el 7% del gasto de las familias-, «hay una evolución estructural y los franceses tienen que cambiar sus costumbres».

La semana pasada los precios de los carburantes en las gasolineras francesas superaron los picos históricos del verano de 2008, con una media de 1,5067 euros por litro para la gasolina súper sin plomo de 95 octanos y de 1,5417 para la de 98 octanos. El gasóleo se vendió de media a 1,3513 euros el litro.

París quiere una regulación internacional contra la especulación del petróleo

Asimismo, la ministra francesa de Economía abogó también por una regulación internacional contra la especulación en el mercado del petróleo, que, a su juicio, aumentó últimamente, al tiempo que descartó una reducción de los impuestos sobre los carburantes en su país.

Lagarde consideró que hay «un problema» por el «aumento de la actividad especulativa» en el mercado del petróleo que «no es aceptable».

Por eso defendió que «hay que encuadrar esos movimientos especulativos», y aludió al hecho de que la presidencia francesa del G20 ha puesto en la agenda de esta instancia el problema del alza de las materias primas.

Explicó que hay que clarificar elementos como la situación de las reservas de petróleo y la voluntad de los países productores de garantizar el abastecimiento, porque a su juicio los mercados no lo tienen en cuenta por la forma en que reaccionan con la crisis de Libia, un país que representa una aportación limitada.

La ministra francesa excluyó una disminución de los impuestos que gravan el combustible en su país (y que representan entre la mitad y los dos tercios del precio final) porque «hay que sanear las finanzas públicas» y «no se pueden tomar en estos momentos ese tipo de medidas» que «nos pondrían en peligro en la escena financiera y en la escena internacional».

Jeremy Rifkin augura una tercera revolución industrial en la que cada edificio será su propia central eléctrica

Durante su exposición en la jornada de debate «La energía del futuro y el trabajo«, organizada por CCOO, UGT, y otras organizaciones civiles, económicas y empresariales, Jeremy Rifkin subrayó que la economía basada en los combustibles fósiles está llegando a su final porque ya no es sostenible.

Además, manifestó que, en su opinión, la crisis económica mundial es sólo la réplica del gran terremoto económico que supuso a nivel mundial que el precio del petróleo llegara a 147 dólares el barril a finales de 2008 y que supuso un «punto de fricción para la vida moderna», ya que 1.000 millones de personas padecieron un «cataclismo en la alimentación».

En ese sentido, recordó que un incremento del precio del petróleo aumenta el precio de toda la cadena de producción. «Estamos llegando al final del petróleo. Tenemos que replantear la civilización instantáneamente», advirtió.

Así, explicó que es necesaria una «nueva visión» que pasa por una revolución de la energía basada en cinco pilares y que convergerá en una revolución social. Mientras tanto, criticó que la sociedad está dormida y que los líderes no han podido llegar, ni siquiera, a un acuerdo sobre el CO2.

Por este motivo, señaló que es preciso un plan económico que se pueda introducir rápidamente y que pueda aplicarse tanto en el mundo desarrollado como en el que está en desarrollo y sobre las generaciones futuras. «Las grandes revoluciones económicas ocurren cuando los hombres cambian su forma de gestionar la energía. La revolución de la energía converge en una revolución de la comunicación», manifestó.

Para Rifkin, profesor de la Escuela Wharton de Finanzas y Comercio, «este es el comienzo de un esfuerzo que va a comenzar» y como una de las soluciones plantea una nueva fusión entre la comunicación y la energía. A su juicio, esta va a ser una «tercera revolución industrial que en poco tiempo va a modificar la conciencia social», del mismo modo que se ha producido una revolución en el mundo tecnológico en los últimos 15 años.

De este modo, explicó que la energía funcionará de forma distribuida con las tecnologías y que ya no será un combustible el protagonista, sino las energías y las fuerzas de la naturaleza que aparecen todos los días y «prácticamente» en cada metro cuadrado de la Tierra. Estas son el sol, el viento, la geotermia de la Tierra, la biomasa, el agua, y las mareas.

«España se estaba acercando hasta hace dos años a esta revolución, pero desde hace dos años todo se ha parado», lamentó, al tiempo que ha explicado que en su propuesta un pilar clave es la edificación, porque cada edificio puede convertirse en una central de energía, convirtiendo el tejado con el viento y el sol, el calor del suelo en electricidad y que todo esté centralizado con un software por ordenador.

De este modo, confió en que cada propietario se convertiría en un productor eléctrico y España podría tener así miles de centrales eléctricas que envían electricidad a la red, ya que aseguró que la tecnología «existe y está creada».

En este contexto, vaticinó que España va a ser centro de un movimiento comercial totalmente novedoso y mostró especial interés por Aragón y Navarra, a las que puso de ejemplo de cómo hacer este proceso tanto para España como para el resto de Europa. «Ustedes importan petróleo y debaten sobre la reducción de la velocidad y no se fijan en todo lo que pierden de energía en todos los edificios. No lo entiendo», protestó.

A su juicio, esta tercera revolución supondrá una democratización de la energía, así como un nuevo modelo de economía social con «‘mini protagonistas’ de la economía».

Por último, reflexionó sobre el papel de la energía nuclear en este proceso. A este respecto, dijo que la industria nuclear «ha vuelto porque parece que es limpia y no emite CO2», pero destacó que hay 400 centrales en todo el mundo, la mayoría muy antiguas, que producen el 5 por ciento de la energía de todo el mundo.

Así, aseguró que para alcanzar un impacto mínimo en el cambio climático, la nuclear tendría que representar el 20 por ciento de la energía del mundo, para lo que habría que construir tres centrales cada treinta días durante los próximos 60 años, es decir 2.000 nuevas plantas, algo que se cuestiona que se vaya a hacer, a lo que sumó el problema de los residuos nucleares; que en Francia, por ejemplo, utiliza el 40 por ciento del agua del país para refrigerar los reactores nucleares; o que «casi» no crean empleos.