Lisboa cumplirá así de forma parcial con los compromisos internacionales pactados en su rescate financiero, en mayo, y en los que se especificaba la posibilidad de que «las condiciones del mercado» permitiesen la enajenación de ambas compañías antes de terminar 2011.

Los antiguos monopolios de EDP y de REN suscitaron el interés de numerosas empresas, y con su venta el Estado luso pretende sumar ingresos extraordinarios a sus debilitadas cuentas públicas.

Las ofertas presentadas por las cuatro compañías interesadas en adquirir la participación del 21,35% que ostenta el Gobierno portugués en EDP oscilaron entre 2.300 y 2.700 millones de euros, según informó el diario «Jornal de Negocios«.

De este modo, el rotativo, que no citó fuentes, destacó que el montante de las propuestas recibidas supondría al Estado plusvalías de entre el 22,5% y el 42,9%.

El pasado viernes, la alemana E.ON, la china Three Gorges, y las brasileñas Cemig y Eletrobras presentaron sus ofertas vinculantes por el 21,35% de EDP en manos del Estado luso, que se comprometió a una amplia ronda de privatizaciones en el marco de las medidas de ajuste acordadas con el FMI y la Unión Europea para recibir ayuda financiera.

De las cuatro ofertas recibidas, el diario portugués señaló que Three Gorges habría presentado la de mayor importe, mientras que la menor habría sido presentada por E.ON.

La agencia estatal Parpública (con el 25,05% de las acciones de EDP), encargada de dirigir el proceso, dará a conocer al Gobierno hoy su opinión sobre las propuestas recibidas y recomendará una de las cuatro con el objetivo de cerrar la operación a finales de 2011.

Aparte del Estado portugués, el accionariado de EDP cuenta con las españolas Iberdrola (6,79%) y CajAstur (5,01%), así como con el grupo luso Jose De Mello (4,82%) y la argelina Sonatrach (2%). La eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán ya había descartado pujar para incrementar su participación en EDP.

EDP es el operador dominante en Portugal del mercado de la electricidad y el gas y en España controla HC Energía y varias sociedades regionales de distribución en baja y alta presión. Su proceso de privatización ya había sido iniciado en 2010 por el anterior Gobierno luso, de signo socialista.

En el tercer trimestre del año, la compañía registró una subida de sus beneficios netos del 6%, hasta 824 millones de euros.

Merkel apoya la oferta de E.ON

Por otro lado, el diario británico «Financial Times» destacó que la canciller alemana, Angela Merkel, expresó a su homólogo portugués, Pedro Passos Coelho, su apoyo a la oferta presentada por E.ON, según indicaron fuentes conocedoras de la situación.

En este sentido, a pesar de que la oferta de la alemana sería la de menor importe, E.ON habría propuesto trasladar a Portugal parte de sus operaciones en el segmento de energías renovables, algo que, según Berlín, podría contribuir a la recuperación de la economía lusa.

Asimismo, la compañía energética alemana habría mostrado su disposición a asociarse con EDP para invertir en este segmento en Portugal, coincidiendo con la apuesta del Gobierno germano de que el Sur de Europa puede encontrar un nicho de desarrollo industrial en el área de las energías renovables.

Retraso en la venta de REN

Los avances en el proceso de EDP contrastan con el retraso en la venta de REN, la transportadora lusa de electricidad y gas que gestiona la red nacional de distribución de ambos servicios.

El proceso todavía sigue en su fase inicial, aunque la pasada semana, el Consejo de Ministros aprobó las condiciones de la privatización, que afectará al 40% de las acciones de la compañía, ahora en manos del Estado.

Las propuestas de los inversores interesados deben cubrir entre el 5% y el 25% del capital de REN, lo que asegura la incorporación de al menos dos nuevas empresas a su accionariado.

Según Luís Marques Guedes, secretario de Estado de Presidencia, el Ejecutivo todavía no comenzó la fase de selección de los aspirantes a entrar en la compañía y esta circunstancia obligará a demorar el proceso, que no podrá concluir este año.

El propio presidente de la compañía energética lusa, Rui Cartaxo, ya auguró en noviembre que sería difícil completar la venta antes del cierre de este ejercicio y recomendó al Gobierno retrasarla para encontrar mejores condiciones en el mercado.

Cartaxo aseguró entonces que ya existen al menos cuatro empresas interesadas en participar en el concurso, entre ellas la china State Grid.