El regulador argentino abre sumario a directivos de Repsol por la venta no declarada de acciones de YPF

El sumario fue abierto el 18 de abril pasado pero se hizo público tras las notificación a las partes, explicaron las fuentes consultadas.

El expediente se abrió en el marco de una investigación por la supuesta venta de acciones de YPF por parte de directivos a Repsol antes de la expropiación del 51% de los títulos de la compañía española en la petrolera argentina.

El sumario alcanza al presidente de Repsol, Antonio Brufau, a Antonio Gomis Sáez, quien hasta que el Estado argentino tomara el control de YPF -en mayo de 2012- era director general de la petrolera argentina, y a una decena de miembros del Consejo de Administración de Repsol.

El regulador fijó una audiencia preliminar en este caso para el próximo 19 de junio.

Eni vende un 6,7% del capital de Galp por 677 millones de euros

En un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores (CMVM) lusa, Galp proporcionó los resultados de esta operación, desarrollada durante este jueves y que se enmarca dentro de la decisión ya anunciada por Eni de abandonar el accionariado de la firma portuguesa.

La compañía italiana poseía el 33% de los títulos de la petrolera a principios de año -el mismo porcentaje que Amorim Energía, ahora su principal accionista-, aunque después de la venta progresiva de una parte de sus participaciones durante los últimos meses y de esta ultima operación, ya sólo le resta un 16%.

Los responsables de Eni justificaron su salida de Galp por un cambio de estrategia, ya que no desean continuar invirtiendo en firmas que no estén bajo su control.

La venta del paquete accionarial que todavía se encuentran en su poder está adjudicada, ya que se desprenderá de la mitad (8%) a través de una emisión de obligaciones convertibles en títulos de Galp y la otra mitad forma parte de un acuerdo con Amorim Energía para que ésta refuerce todavía más su posición en la petrolera.

Galp ganó durante el primer trimestre del año 75 millones de euros, un 51% más que en el mismo período del año anterior, y es considerada como la compañías portuguesa más exportadora.

Eni vende un 6,7% del capital de Galp por 677 millones de euros

En un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores (CMVM) lusa, Galp proporcionó los resultados de esta operación, desarrollada durante este jueves y que se enmarca dentro de la decisión ya anunciada por Eni de abandonar el accionariado de la firma portuguesa.

La compañía italiana poseía el 33% de los títulos de la petrolera a principios de año -el mismo porcentaje que Amorim Energía, ahora su principal accionista-, aunque después de la venta progresiva de una parte de sus participaciones durante los últimos meses y de esta ultima operación, ya sólo le resta un 16%.

Los responsables de Eni justificaron su salida de Galp por un cambio de estrategia, ya que no desean continuar invirtiendo en firmas que no estén bajo su control.

La venta del paquete accionarial que todavía se encuentran en su poder está adjudicada, ya que se desprenderá de la mitad (8%) a través de una emisión de obligaciones convertibles en títulos de Galp y la otra mitad forma parte de un acuerdo con Amorim Energía para que ésta refuerce todavía más su posición en la petrolera.

Galp ganó durante el primer trimestre del año 75 millones de euros, un 51% más que en el mismo período del año anterior, y es considerada como la compañías portuguesa más exportadora.

La empresa de movilidad eléctrica Better Place se declara en quiebra

«Hoy es un día muy triste en el que fracasa nuestra visión global de reducir la dependencia energética de contaminantes«, señaló el consejo directivo en un comunicado colgado en la página web de la compañía.

Fundada en 2007 por el empresario israelí-estadounidense Shai Agassi, que fue obligado a abandonar el proyecto en octubre pasado, Better Place tuvo problemas con el cumplimiento de sus planes comerciales desde el principio.

«Desgraciadamente, tras un año de operación comercial, estaba claro para nosotros que, pese a los muchos clientes satisfechos, la aceptación en el público más amplio no sería suficiente y el apoyo por parte de los productores de vehículos no llegaría«, indicó su responsable ejecutivo, Dan Cohen.

Este mismo mes, Better Place sufrió un duro golpe cuando el presidente de Renault y Nissan, Carlos Ghosn, dijo que la compañía reducirá notablemente su producción de vehículos eléctricos con baterías intercambiables, precisamente el concepto sobre el que se basaba el proyecto de esta empresa.

«En los últimos seis meses, la dirección de Better Place ha hecho cambios fundamentales en la compañía, ha centrado su estrategia, objetivos y mercados, y al mismo tiempo ha seguido buscando financiación, así como garantizar modelos adicionales que añadir a su actual oferta», señaló la empresa.

Pese a estos esfuerzos, «los ingresos son aún insuficientes para cubrir los gastos operativos y, a la luz de la continuada posición negativa de flujo de caja, el Consejo Directivo ha decidido que no tiene más opción que solicitar a los tribunales una liquidación ordenada de la compañía», agrega.

Su principal accionista, Israel Corporation, también rechazó aumentar su participación, según el diario económico israelí «Globes«, que calculaba en cuatro años y 387 millones de euros las necesidades de Better Place para equilibrar sus cuentas.

La empresa, con sede en Palo Alto (California) y el centro de operaciones cerca de Tel Aviv, donde lanzó al público su proyecto piloto en 2012, desarrolló una red de carga y cambio de baterías, desplegada inicialmente en Israel y Dinamarca.

Sin embargo, los vehículos en la carretera con batería eléctrica no alcanzan el millar en Israel y son menos aún en Dinamarca, según medios israelíes.

Better Place ha pasado de proyecto constantemente alabado casi en cada discurso por el presidente israelí, Simón Peres, y otros dirigentes del país a una iniciativa de la que sólo se hablaba en los últimos meses para aventurar su negro final.

«El camino para lograr nuestra visión fue difícil, complejo y lleno de obstáculos, de los que no pudimos superar todos. Superamos los retos técnicos, pero no el resto de obstáculos, pese al esfuerzo masivo y los recursos desplegados con ese objetivo», resumió el Consejo Directivo.

La empresa de movilidad eléctrica Better Place se declara en quiebra

«Hoy es un día muy triste en el que fracasa nuestra visión global de reducir la dependencia energética de contaminantes«, señaló el consejo directivo en un comunicado colgado en la página web de la compañía.

Fundada en 2007 por el empresario israelí-estadounidense Shai Agassi, que fue obligado a abandonar el proyecto en octubre pasado, Better Place tuvo problemas con el cumplimiento de sus planes comerciales desde el principio.

«Desgraciadamente, tras un año de operación comercial, estaba claro para nosotros que, pese a los muchos clientes satisfechos, la aceptación en el público más amplio no sería suficiente y el apoyo por parte de los productores de vehículos no llegaría«, indicó su responsable ejecutivo, Dan Cohen.

Este mismo mes, Better Place sufrió un duro golpe cuando el presidente de Renault y Nissan, Carlos Ghosn, dijo que la compañía reducirá notablemente su producción de vehículos eléctricos con baterías intercambiables, precisamente el concepto sobre el que se basaba el proyecto de esta empresa.

«En los últimos seis meses, la dirección de Better Place ha hecho cambios fundamentales en la compañía, ha centrado su estrategia, objetivos y mercados, y al mismo tiempo ha seguido buscando financiación, así como garantizar modelos adicionales que añadir a su actual oferta», señaló la empresa.

Pese a estos esfuerzos, «los ingresos son aún insuficientes para cubrir los gastos operativos y, a la luz de la continuada posición negativa de flujo de caja, el Consejo Directivo ha decidido que no tiene más opción que solicitar a los tribunales una liquidación ordenada de la compañía», agrega.

Su principal accionista, Israel Corporation, también rechazó aumentar su participación, según el diario económico israelí «Globes«, que calculaba en cuatro años y 387 millones de euros las necesidades de Better Place para equilibrar sus cuentas.

La empresa, con sede en Palo Alto (California) y el centro de operaciones cerca de Tel Aviv, donde lanzó al público su proyecto piloto en 2012, desarrolló una red de carga y cambio de baterías, desplegada inicialmente en Israel y Dinamarca.

Sin embargo, los vehículos en la carretera con batería eléctrica no alcanzan el millar en Israel y son menos aún en Dinamarca, según medios israelíes.

Better Place ha pasado de proyecto constantemente alabado casi en cada discurso por el presidente israelí, Simón Peres, y otros dirigentes del país a una iniciativa de la que sólo se hablaba en los últimos meses para aventurar su negro final.

«El camino para lograr nuestra visión fue difícil, complejo y lleno de obstáculos, de los que no pudimos superar todos. Superamos los retos técnicos, pero no el resto de obstáculos, pese al esfuerzo masivo y los recursos desplegados con ese objetivo», resumió el Consejo Directivo.

La fiebre por el «fracking» alimenta una guerra en el EEUU rural

Gracias a la fractura hidráulica o «fracking», que inyecta grandes volúmenes de agua a profundidades superiores a los 3 km para liberar gas, en pocos años lo que era una fuente inexistente se ha convertido en el origen de casi un tercio del gas natural que produce EEUU y un pozo de dinero que no para de crecer.

Según datos del Departamento de Energía, la producción de gas procedente de yacimientos de esquisto bituminoso es en la actualidad la única en crecimiento en Estados Unidos y seguirá aumentado hasta que para 2040 supere todas las otras técnicas de extracción juntas.

Esta nueva forma de extraer petróleo y gas natural ha multiplicado los ingresos de petroleras y vecinos dispuestos a ceder sus tierras a la explotación, mientras que el Gobierno de Barack Obama lo presenta como la solución a su dependencia de la energía extranjera.

El desempleo en estados como Dakota del Norte o Wyoming ronda el 4% y los vecinos de condados como el de Bradford (Pensilvania), con más de 600 pozos activos, ha recibido desde 2008 con mejor o peor cara más de 160 millones de dólares en cesiones de explotación, según datos del Pulitzer Center.

«Nos ofrecieron firmar la cesión de nuestra tierra para la explotación por cinco años a cambio de dinero sin explicarnos lo que harían, además descubrimos después que obligaron a los vecinos a mantener silencio sobre los inconvenientes», explicaba esta semana en el foro «Stop the Frack Attack» Jim Sconyers, de Virginia Occidental.

Decenas de afectados por esta práctica, que convirtió sus entornos rurales de aguas limpias y vida salvaje en «un infierno» con niveles de polución récord, se reunieron esta semana cerca del Capitolio para exponer el lado oscuro de esta técnica.

Las experiencias repiten el mismo patrón: aguas con arenas negras, pozos que huelen a químicos, enfermedades y dolores que antes no existían o inexplicables géiseres, problemas que la industria atribuye a casos aislados.

En pleno corazón del poder de Washington, este grupo explicó como pasaron a tener que consumir agua embotellada, experimentar desmayos en la ducha o enfermedades respiratorias por la contaminación derivada del «fracking».

Sus experiencias han unido a un heterogéneo grupo que incluye ganaderos, ambientalistas o como Sharon Wilson, extrabajadora de la industria petrolera en Texas y «una buena tiradora», que explica como se vio obligada a vender su rancho y fue amenazada por denunciar la explotaciones de gas.

«Esas personas estarán siempre contra la industria del gas natural hagamos las mejoras que hagamos», explica Patrick Creighton, portavoz de Marcellus Shale Coalition, patronal de las empresas de hidrocarburos que explotan el mayor yacimiento de arenas bituminosas de Estados Unidos, especialmente centrado en Pensilvania, con cerca de 9.000 pozos.

«En toda industria hay riesgos y procesos de mejora, el desarrollo de gas natural es seguro y hay regulaciones estatales y federales que cumplimos«, subraya el portavoz.

Para pequeños ganaderos como John Fenton, de Wyoming, luchar contra el poder en relaciones públicas y financiero de estas empresas es una misión que los lleva «a sufrir los mismos abusos y ocupaciones que en su día experimentaron los nativos americanos».

«Solo tienes que firmar la cesión de tus derechos para condenarte», asegura Fenton vestido con sus botas y sombrero de cowboy.

Los afectados de los fallos en extracción de gas, que se intentan evitar protegiendo los acuíferos con paredes reforzadas con acero y cemento, aseguran que sólo pueden conseguir compensaciones por la contaminación de sus tierras tras firmar un acuerdo de confidencialidad que compra su silencio y reprime cualquier investigación posterior.

Además de ex legisladores convertidos en sus representantes en Washington, estas petroleras y gasistas han creado organizaciones como Center for Sustainable Shale Development, asociadas ahora con Environmental Defense Fund (EDF), una ong medioambiental bien posicionada en los centros del poder.

Hoy más de 60 organizaciones civiles criticaron a EDF por estar en connivencia con la industria que promueve el «fracking».

Gail Pressberg, directora de Civil Society Institute, y una de las promotoras de esta acusación recuerdan que esto se engloba en una estrategia de la industria para componer a su conveniencia leyes sobre la calidad de las aguas o contra la polución que les eximen de detallar que químicos liberan a la tierra en la extracción.

«Es muy fácil estar sentado en Washington firmando leyes si no ven lo que pasa en las comunidades rurales», denuncia.

La fiebre por el «fracking» alimenta una guerra en el EEUU rural

Gracias a la fractura hidráulica o «fracking», que inyecta grandes volúmenes de agua a profundidades superiores a los 3 km para liberar gas, en pocos años lo que era una fuente inexistente se ha convertido en el origen de casi un tercio del gas natural que produce EEUU y un pozo de dinero que no para de crecer.

Según datos del Departamento de Energía, la producción de gas procedente de yacimientos de esquisto bituminoso es en la actualidad la única en crecimiento en Estados Unidos y seguirá aumentado hasta que para 2040 supere todas las otras técnicas de extracción juntas.

Esta nueva forma de extraer petróleo y gas natural ha multiplicado los ingresos de petroleras y vecinos dispuestos a ceder sus tierras a la explotación, mientras que el Gobierno de Barack Obama lo presenta como la solución a su dependencia de la energía extranjera.

El desempleo en estados como Dakota del Norte o Wyoming ronda el 4% y los vecinos de condados como el de Bradford (Pensilvania), con más de 600 pozos activos, ha recibido desde 2008 con mejor o peor cara más de 160 millones de dólares en cesiones de explotación, según datos del Pulitzer Center.

«Nos ofrecieron firmar la cesión de nuestra tierra para la explotación por cinco años a cambio de dinero sin explicarnos lo que harían, además descubrimos después que obligaron a los vecinos a mantener silencio sobre los inconvenientes», explicaba esta semana en el foro «Stop the Frack Attack» Jim Sconyers, de Virginia Occidental.

Decenas de afectados por esta práctica, que convirtió sus entornos rurales de aguas limpias y vida salvaje en «un infierno» con niveles de polución récord, se reunieron esta semana cerca del Capitolio para exponer el lado oscuro de esta técnica.

Las experiencias repiten el mismo patrón: aguas con arenas negras, pozos que huelen a químicos, enfermedades y dolores que antes no existían o inexplicables géiseres, problemas que la industria atribuye a casos aislados.

En pleno corazón del poder de Washington, este grupo explicó como pasaron a tener que consumir agua embotellada, experimentar desmayos en la ducha o enfermedades respiratorias por la contaminación derivada del «fracking».

Sus experiencias han unido a un heterogéneo grupo que incluye ganaderos, ambientalistas o como Sharon Wilson, extrabajadora de la industria petrolera en Texas y «una buena tiradora», que explica como se vio obligada a vender su rancho y fue amenazada por denunciar la explotaciones de gas.

«Esas personas estarán siempre contra la industria del gas natural hagamos las mejoras que hagamos», explica Patrick Creighton, portavoz de Marcellus Shale Coalition, patronal de las empresas de hidrocarburos que explotan el mayor yacimiento de arenas bituminosas de Estados Unidos, especialmente centrado en Pensilvania, con cerca de 9.000 pozos.

«En toda industria hay riesgos y procesos de mejora, el desarrollo de gas natural es seguro y hay regulaciones estatales y federales que cumplimos«, subraya el portavoz.

Para pequeños ganaderos como John Fenton, de Wyoming, luchar contra el poder en relaciones públicas y financiero de estas empresas es una misión que los lleva «a sufrir los mismos abusos y ocupaciones que en su día experimentaron los nativos americanos».

«Solo tienes que firmar la cesión de tus derechos para condenarte», asegura Fenton vestido con sus botas y sombrero de cowboy.

Los afectados de los fallos en extracción de gas, que se intentan evitar protegiendo los acuíferos con paredes reforzadas con acero y cemento, aseguran que sólo pueden conseguir compensaciones por la contaminación de sus tierras tras firmar un acuerdo de confidencialidad que compra su silencio y reprime cualquier investigación posterior.

Además de ex legisladores convertidos en sus representantes en Washington, estas petroleras y gasistas han creado organizaciones como Center for Sustainable Shale Development, asociadas ahora con Environmental Defense Fund (EDF), una ong medioambiental bien posicionada en los centros del poder.

Hoy más de 60 organizaciones civiles criticaron a EDF por estar en connivencia con la industria que promueve el «fracking».

Gail Pressberg, directora de Civil Society Institute, y una de las promotoras de esta acusación recuerdan que esto se engloba en una estrategia de la industria para componer a su conveniencia leyes sobre la calidad de las aguas o contra la polución que les eximen de detallar que químicos liberan a la tierra en la extracción.

«Es muy fácil estar sentado en Washington firmando leyes si no ven lo que pasa en las comunidades rurales», denuncia.

Going Green invierte 1,5 millones en una fábrica de motos eléctricas

La fábrica está ubicada en la zona empresarial de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) y su puesta en marcha supuso la creación de medio centenar de puestos de trabajo.

El director general de la empresa, Gonzalo Alonso, destacó que la de L’Hospitalet «es la primera fábrica de España de donde salen exclusivamente motos eléctricas, un sector que estamos convencidos que tiene un gran futuro». En Alemania funcionan dos fábricas similares a la catalana.

La iniciativa se puso en marcha gracias a la colaboración de Invest in Catalonia, el área de atracción y promoción de inversiones del Departamento de Empresa y Empleo, y con el apoyo del Plan Estratégico de la motocicleta gestionado por la Dirección General de Industria.

El director general de Going Green destacó que «las empresas y el turismo» son los dos grandes objetivos de la empresa.

Alonso explicó que «uno de los principales problemas de los vehículos eléctricos es la autonomía, un problema que tenemos solucionado en el caso de las motos porque están pensadas para hacer trayectos cortos».

Otra de las ventajas de las motos eléctricas respecto a los coches eléctricos, según Alonso, es el precio: «no es muy diferente entre una moto eléctrica y una tradicional».

Está previsto que de la fábrica salgan 5.000 motos eléctricas al año .

Going Green invierte 1,5 millones en una fábrica de motos eléctricas

La fábrica está ubicada en la zona empresarial de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) y su puesta en marcha supuso la creación de medio centenar de puestos de trabajo.

El director general de la empresa, Gonzalo Alonso, destacó que la de L’Hospitalet «es la primera fábrica de España de donde salen exclusivamente motos eléctricas, un sector que estamos convencidos que tiene un gran futuro». En Alemania funcionan dos fábricas similares a la catalana.

La iniciativa se puso en marcha gracias a la colaboración de Invest in Catalonia, el área de atracción y promoción de inversiones del Departamento de Empresa y Empleo, y con el apoyo del Plan Estratégico de la motocicleta gestionado por la Dirección General de Industria.

El director general de Going Green destacó que «las empresas y el turismo» son los dos grandes objetivos de la empresa.

Alonso explicó que «uno de los principales problemas de los vehículos eléctricos es la autonomía, un problema que tenemos solucionado en el caso de las motos porque están pensadas para hacer trayectos cortos».

Otra de las ventajas de las motos eléctricas respecto a los coches eléctricos, según Alonso, es el precio: «no es muy diferente entre una moto eléctrica y una tradicional».

Está previsto que de la fábrica salgan 5.000 motos eléctricas al año .

El Gobierno de Nicaragua seguirá manteniendo un subsidio en la tarifa de la luz a 680.000 familias

«Nuestro presidente (Daniel Ortega), después de intensas jornadas de trabajo, ha aprobado para enviar a la Asamblea Nacional la reforma a la Ley de Estabilidad Energética«, dijo a través de medios oficiales la primera dama y portavoz gubernamental, Rosario Murillo.

La funcionaria explicó que el proyecto de reforma, el cual espera sea ratificado por el Parlamento, donde el oficialismo tiene mayoría absoluta, mantiene el subsidio en la tarifa de energía eléctrica a los clientes que consumen menos de 150 kilovatios al mes.

Según Murillo, esa iniciativa protegerá de eventuales alzas en la tarifa de electricidad al 86% de los consumidores domiciliares, «es decir más de 800.000 familias nicaragüenses», aunque no especificó de donde saldrá la financiación para el subsidio.

Las familias que consumen menos de 150 kilovatios al mes representan el 82% de los 830.000 clientes de energía eléctrica de Nicaragua, unos 680.600 consumidores, de acuerdo a cifras del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), ente regulador del sector.

«También en esa (iniciativa de reforma a la) ley se contempla la exigencia a la empresa distribuidora para que haga las inversiones necesarias de manera que se mejore y se amplié a más familias nicaragüenses el servicio de la energía«, adelantó Murillo.

Además, exige a las empresas distribuidoras «mejorar sus redes, invertir de manera que se pueda ampliar el servicio, incluido el domiciliar, y que se estabilice el servicio», señaló la funcionaria.

Las distribuidoras Disnorte y Dissur, antes propiedad de la española Gas Natural Fenosa, pertenece ahora a la sociedad TSK-Melfosur Internacional, conformada por las españolas TSK y Melfosur.

Gas Natural Fenosa vendió sus participaciones en las distribuidoras Disnorte y Dissur a la sociedad nicaragüense TSK-Melfosur Internacional por 57,8 millones de dólares, informó la compañía en Barcelona en febrero pasado.

La filial de la española Gas Natural Fenosa era dueña del 84% de las acciones de Disnorte y Dissur que distribuyen la energía eléctrica en Nicaragua desde el año 2000 y por un período de 30 años.

La eléctrica española cedió al Estado nicaragüense en mayo de 2008 el 16% de las acciones de su filial en Nicaragua como pago de una deuda por 11,5 millones de dólares, y un asiento en el consejo de administración de su filial en Managua. El Gobierno sandinista reiteró que el 16% de las acciones del Estado no son negociables.