Los contratos bajo sospecha fueron investigados por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), organismo auditor del Estado, y se refieren a la refinería Abreu y Lima, que se construye en el estado de Pernambuco. Las obras comenzaron en 2007 y en principio en esa refinería se asociarían las estatales Petrobras y Petróleos de Venezuela (PDVSA), pero PDVSA finalmente desistió de entrar en el negocio por sus dificultades financieras.

Petrobras asumió entonces todo el proyecto, que permitirá refinar unos 230.000 barriles de crudo diarios y cuyo coste se calculó hace ocho años en unos 5.000 millones de dólares, pero después de diversos y graduales reajustes esta cantidad se ha triplicado en la actualidad. El informe del TCU dice que los supuestos sobreprecios habrían favorecido a los tres consorcios encargados de la construcción de la refinería, cuya inauguración se espera para finales de este año.

La estatal brasileña Petrobras está actualmente en el centro de varios escándalos que son investigados por la policía y por una comisión especial del Congreso y se refieren a diversos casos de supuesta corrupción registrados en los últimos años. En el marco de estas investigaciones fue detenido el exdirector de Refino y Abastecimiento de la empresa, Paulo Roberto Costa, quien está acusado de corrupción, lavado de dinero y otros delitos.

El exfuncionario aceptó colaborar con la Justicia a cambio de una reducción de pena y, según testimonios a la policía que se filtraron a la prensa, ha acusado de complicidad en esos delitos a unos cincuenta políticos. Entre ellos, aunque esa información no ha sido contrastada, estarían el actual ministro de Energía, Edison Lobão; y los presidentes del Senado, Renan Calheiros, y de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves.

Asimismo, la extensa lista incluiría además a cinco exgobernadores de regiones en las que Petrobras ejecutó diversas obras, entre los que aparece Eduardo Campos, quien era candidato presidencial del Partido Socialista Brasileño y falleció en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto. Eduardo Campos gobernó entre 2007 y abril pasado el estado de Pernambuco, en el que se construye la refinería Abreu y Lima.

En consecuencia, el impuesto sobre el fuel calefactor se reducirá de 330 euros para cada 1.000 litros a 230 euros. Las estimaciones de OBE apuntan a que esta rebaja significará una reducción de 10 a 12 céntimos por litro de fuel, que pasará a costar entre 1,13 y 1,15 euros por litro. La OBE señaló que desde 2011, cuando se incrementó la tasa sobre el fuel calefactor de 23 euros por cada 1.000 litros a 330 euros, los ingresos de los hogares se redujeron enormemente.

«Consideramos que la reducción de un 30% es insuficiente. Sólo si la tasa cae al mismo nivel que había en 2011 aumentará el consumo de fuel. Me temo que nuevamente habrá los mismos problemas sin que haya un incremento de los ingresos públicos», aseguró el presidente de la Asociación de Gasolineras de Grecia, Mijalis Kiusis.

La principal razón que adujo el Gobierno griego para llevar a cabo este elevado aumento de la tasación del fuel para calefacción fue igualarlo con las tasas del combustible para vehículos y hacer frente así al contrabando de fuel, una práctica muy extendida en Grecia. Como resultado se registró una gran caída del consumo del fuel calefactor de más del 70%, que produjo una drástica reducción de los ingresos del Estado heleno por este impuesto.

En consecuencia, gran parte de la población de los grandes centros urbanos de Grecia empezó a utilizar las chimeneas, muchas de ellas construidas con un objetivo decorativo y, por tanto, no preparadas para ser usadas, para quemar todo tipo de leña no recomendada para calefacción como muebles y objetos que contenían sustancias tóxicas. Toda esta situación provocó un elevado aumento de los índices de contaminación y que el aire se volviese irrespirable durante el invierno.

La construcción de cada reactor costará unos 5.000 millones de dólares, lo que eleva las cifras totales del acuerdo a entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, según las estimaciones. Los reactores que Rusia construirá en Sudáfrica, con una capacidad de 9,6 gigavatios (GW), serán los primeros desarrollados con tecnología rusa en el continente africano.

El pacto fue firmado en Viena, en el seno de la reunión del Organismo Internacional para la Energía Atómica, por la ministra sudafricana de Energía, Tina Joemat-Petterson, y el director general de Rosatom, Sergey Kirienko. Con la firma de este compromiso, Rusia se impone a países como Francia, Estados Unidos, Japón, China o Corea del Sur en la lucha por dominar el mercado nuclear sudafricano. Sudáfrica y Rusia mantienen estrechas relaciones comerciales y políticas como miembros del grupo de las principales economías emergentes, BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Sudáfrica busca reducir su dependencia del carbón, con el que la empresa nacional, Eskom, produce el 80% de la energía eléctrica, y poner fin a los problemas de suministro del país austral, que cuenta actualmente con una única central nuclear. El silencio del Gobierno de Pretoria, que no confirmó hasta el momento públicamente el acuerdo, ha provocado críticas en Sudáfrica.